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| Las vacunas podrían volverse más efectivas si se dirigen a variantes más nuevas del virus SARS-CoV-2, no solo al original. Fuente: Joseph Prezioso/AFP/Getty |
Las vacunas COVID-19 deben actualizarse, dicen los científicos, pero las variantes emergentes y las reacciones inmunes volubles significan que no está claro cómo deberían ser las nuevas inyecciones.
29 junio 2022.- A medida que los países se preparan para otra ola de Omicron impulsada por las variantes BA.4 y BA.5, los llamados para actualizar las vacunas contra el COVID-19 son cada vez más fuertes.
Las vacunas existentes basadas en la versión del virus SARS-CoV-2 que surgió en Wuhan, China, a fines de 2019 no coinciden con las cepas actuales de Omicron. Como resultado, las vacunas ahora ofrecen solo una protección de corta duración contra la infección, aunque parecen estar resistiendo enfermedades graves.
Muchos, aunque no todos, los científicos están de acuerdo en que las vacunas contra el COVID-19 son obsoletas frente a las nuevas variantes, que surgen constantemente y las respuestas inmunitarias difíciles de predecir significan que no está nada claro cómo deberían ser las nuevas inyecciones.
El virus está cambiando, y lo que funcionó hace dos años puede no funcionar para futuras variantes. Actualizar las vacunas contra la COVID-19 no será tan simple como intercambiar material genético basado en la cepa de Wuhan por la correspondiente a Omicron.
Arenas movedizas
Omicron alteró el curso de la pandemia y generó una serie de ramificaciones, siendo BA.4 y BA.5 las últimas. Cada una ha erosionado la inmunidad ganada por la vacunación y la infección con cepas anteriores, incluidas las versiones anteriores de Omicron.
Entonces, si las próximas vacunas se basan en el Omicron original, llamado BA.1, existe una posibilidad real de que, para cuando se lancen a finales de este año, las cepas de Omicron en circulación sean diferentes. Básicamente, BA.1 es noticia de ayer.
También es posible, y algunos científicos dicen que es probable, que surja una variante completamente nueva de una parte distante del árbol genealógico del SARS-CoV-2, y, con ello, la suposición de que Omicron es con lo que nos enfrentaremos en el futuro.
Como resultado de tal incertidumbre, los científicos dicen que las próximas vacunas contra el COVID-19 deben lanzar una red amplia, idealmente provocando una respuesta inmune que pueda reconocer variantes pasadas, presentes y futuras.
Mezclar y combinar
Cómo lograr tal amplitud es la pregunta del millón. Moderna, la compañía de biotecnología en Cambridge, Massachusetts, que co-desarrolló una vacuna exitosa basada en ARNm con NIAID, está probando una nueva vacuna que codifica dos versiones de la proteína de punta SARS-CoV-2: la formulación original y una versión basada en BA.1.
El 25 de junio, la empresa publicó los resultados del ensayo 1 , que proporciona un refuerzo de esta vacuna 'bivalente' a personas que han recibido tres dosis de la vacuna Moderna original, y compara sus respuestas inmunitarias con las observadas en personas que reciben una cuarta dosis de la vacuna original. Pero los datos anunciados este mes sugieren que la vacuna actualizada desencadenó respuestas de anticuerpos que fueron un 75 % más potentes contra BA.1 y un 24 % más fuertes contra una versión del SARS-CoV-2 de los primeros meses de la pandemia, en comparación con una dosis adicional de la vacuna original.
Y la semana pasada, Moderna agregó que la vacuna bivalente genera anticuerpos que aún bloquean BA.4 y BA.5, aunque sus niveles eran unas tres veces más bajos que los de BA.1. Sin embargo, la compañía no proporcionó una comparación con las respuestas provocadas por una dosis adicional de la vacuna original. De confirmarse, esto representaría un refuerzo claramente superior.
Otros fabricantes de vacunas, incluidos Pfizer de la ciudad de Nueva York y su colaborador BioNTech de Mainz, Alemania, así como Novavax de Gaithersburg, Maryland, están probando sus propias vacunas basadas en Omicron. En un comunicado de prensa del 25 de junio, Pfizer-BioNTech informó que una vacuna Omicron BA.1 solo generó respuestas de anticuerpos neutralizantes contra BA.1 que fueron alrededor de 2 a 3 veces más potentes que una dosis adicional de la vacuna original; su vacuna bivalente, similar a la de Moderna, generó respuestas BA.1 que fueron entre 1,5 y 2 veces más fuertes. BA.4 y BA.5 minaron estas respuestas de manera similar a la vacuna Moderna.
Parece algo confuso, insuficiente protección y, posiblemente, de difícil "venta" a la ciudadanía en general. De hecho, hay científicos que se preguntan si las mejoras anunciadas por las farmacéuticas, que ofrecen vacunas actualizadas, valen la pena. La cuestión que deben decidir los asesores científicos y funcionarios de la salud, es si este modesto aumento es suficiente para justificar el gasto y la complejidad de un cambio de composición. Hoy por hoy, los datos proporcionados por Pfizer y Moderna no ofrecen garantías que justifiquen un cambio de composición a Omicron.
Participante sorpresa
Dicho esto, no debemos suponer que la vacuna original es la mejor manera de desencadenar una respuesta contra cepas anteriores que no son de Omicron. Los científicos esperan resultados que arrojen cierta luz sobre las combinaciones ideales. Otro ensayo encontró que el refuerzo de Sanofi-GSK, que se basa en la variante Beta, desencadenó fuertes respuestas de anticuerpos neutralizantes contra todas las variantes, incluidas BA.1 y Delta 2 . Esto sugiere que Beta no debe descartarse como un componente de futuras actualizaciones, dicen los científicos.
La búsqueda de una formulación actualizada también se complica por la posibilidad de que las vacunas basadas en una cepa en particular, como Omicron, no siempre desencadenen una respuesta inmunológica potente contra esa cepa. Algunos estudios recientes 3 han encontrado que las infecciones con Omicron después de la vacunación recuerdan los mismos anticuerpos que las vacunas desencadenaron contra cepas anteriores, en lugar de provocar todas las respuestas nuevas a Omicron. Pero aún no está claro si las vacunas actualizadas se comportarán de la misma manera. Los estudios preclínicos de vacunas basadas en Omicron en animales que muestran poca diferencia entre Omicron y los refuerzos de la cepa original sugieren que podrían, dice John Moore.
Un fenómeno similar, conocido como impronta, afecta la forma en que las personas responden a la vacunación e infección contra la influenza, lo que hace que los niveles de protección varíen entre las personas y de un año a otro. No obstante, los funcionarios de salud intentan hacer coincidir la composición de las vacunas estacionales con las cepas que con mayor probabilidad vayan a estar en circulación.
Pero las decisiones en torno a la composición de las vacunas contra la influenza se basan en una comprensión sólida de cómo evolucionan esos virus, algo que los investigadores aún no pueden afirmar para el SARS-CoV-2. Conocemos las reglas de la gripe y podemos predecirlo muy bien. Para COVID, no lo sabemos hacer, aún.
Fuentes:
1. Chalkia, S. et al. Preimpresión en medRxiv https://doi.org/10.1101/2022.06.24.22276703 (2022).
2. Launay, O. et al. Preimpresión en medRxiv https://doi.org/10.1101/2022.05.25.22274904 (2022).
3. Reynolds, CJ et al. Ciencia https://doi.org/10.1126/science.abq1841 (2022).
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