Stonehenge
Stonehenge. La puesta de sol trae la paz pero no el silencio a Stonehenge, junto al que pasa una carretera muy transitada. Foto: Reuben Wu, Imagen creada con 13 exposiciones superpuestas. |
30 octubre 2022.- Cuatro mil años antes de que se construyera Stonehenge, la tierra dentro del actual emplazamiento estaba cubierta por bosques abiertos, con claros parecidos a prados, habitados por animales de pastoreo y cazadores-recolectores, según una investigación realizada por la Universidad de Southampton.
En un lapso de tiempo brevísimo, quizás apenas un siglo, un pueblo que no conocía las herramientas de metal, la tracción caballar ni la rueda construyó buena parte de los enormes círculos líticos, las descomunales empalizadas de madera y las majestuosas avenidas de piedras erguidas de Gran Bretaña. Para ello se cobraron los árboles más grandes de sus bosques y movieron millones de toneladas de tierra.
En los albores del siglo XXV a.C., con toda seguridad los habitantes de Gran Bretaña tenían plena conciencia de los transcendentales cambios tecnológicos que se estaban produciendo en el continente con el desarrollo de la metalurgia. De hecho, es posible que por entonces ya estuviesen usando herramientas de cobre importadas.
De los cientos de círculos líticos de Gran Bretaña, Stonehenge es el único cuyas piedras fueron transportadas a larga distancia. En el caso de Stonehenge, transportar a lo largo de 24 kilómetros decenas de enormes rocas sarsen, con un promedio de 18 toneladas de peso cada una, y erigirlas luego in situ exigió grandes trineos de madera, un incalculable número de andamios y, posiblemente, kilómetros de carriles de madera por los que arrastrar los trineos cargados de peso.
Una infografía que muestra el monumento megalítico Stonehenge de 5000 años de antigüedad en la llanura de Salisbury en Wiltshire, Inglaterra . Los hallazgos de una larga investigación arqueológica del sitio que data de la década de 1660 y el anticuario John Aubrey se presentan en su abundancia y complejidad, así como algunas hipótesis sobre la evolución y función del monumento.El vestigio más célebre de aquel boom prehistórico de la construcción es Stonehenge, el círculo lítico que atrae millones de visitantes a la llanura de Salisbury. Hace siglos que el milenario megalito inglés intriga y desconcierta a todo el que lo ve, empezando por el historiador medieval Enrique de Huntingdon. Cuando hacia el año 1130 consignó la primera referencia escrita a Stonehenge de la que tenemos noticia, lo incluyó entre las maravillas de Inglaterra y añadió que se ignoraba el modo y el motivo de su construcción.
En los 900 años transcurridos desde entonces, la erección de este anillo lítico alineado con el sol se ha atribuido a romanos, druidas, vikingos, sajones e incluso al mago de la corte del rey Arturo, Merlín. Pero la más inescrutable de todas las autorías propuestas resulta ser la verdadera: un pueblo desaparecido que no dejó lenguaje escrito, cuentos ni leyendas, solo un acervo disperso de huesos, cascos de cerámica, herramientas de piedra y de asta… y un conjunto de monumentos igual de misteriosos, algunos de los cuales quizá superasen a Stonehenge en dimensiones y majestuosidad.
Historiadores y arqueólogos llevan hurgando en los henges, túmulos y círculos de piedra ingleses desde el siglo XVII. Pero hasta hace unos años no se comprendió que muchos de esos megamonumentos se erigieron más o menos en la misma época, en un arreón frenético.
Stonehenge es la atracción principal de un área de 50 kilómetros cuadrados declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que a su vez está rodeada por zonas de suelo medioambientalmente sensible, una base militar con su campo de pruebas e innumerables pequeños vecindarios, por lo que no hay muchas opciones a la hora de desviar la carretera. La polémica propuesta de sortear el yacimiento de Stonehenge con un túnel de tres kilómetros de longitud y cuatro carriles de ancho concitó críticas de arqueólogos y protestas de una coalición de ecologistas y druidas. El año pasado el Tribunal Supremo británico dio la razón a los detractores y dejó en suspenso un proyecto que exigiría una inversión de casi 2.000 millones de euros.
Lo más irónico es que el inesperado hallazgo en torno al vecino henge de Durrington Walls de un anillo de enormes hoyos, de 1,6 kilómetros de diámetro y unos 4.400 años de antigüedad, trazado por excavadores neolíticos cerca del punto culminante del boom constructivo, paró los pies a los tuneladores del siglo XXI. Los hoyos se descubrieron en 2015 gracias a un estudio de teledetección realizado con tecnologías de última generación sobre 1.200 hectáreas del paisaje de Stonehenge, que reveló decenas de monumentos inesperados.
Stonehenge es impresionante, pero para asimilar la vasta escala y la amplísima diversidad de aquel boom constructivo hay que desplazarse otros 30 kilómetros hacia el norte, hasta el megahenge de Avebury. El nombre y los famosos trilitos de sarsen de Stonehenge se reconocen en el mundo entero, pero Avebury, tal y como dijo el historiador del siglo XVII John Aubrey, «supera en grandeza al tan renombrado Stoneheng [sic], igual que una catedral aventaja a una iglesia parroquial».
El henge de Avebury tiene kilómetro y medio de circunferencia, de modo que el pueblo homónimo –con su pub, sus pintorescas casas techadas de paja y sus prados salpicados de ovejas– cabe casi entero en su interior. El círculo lítico que contiene es, con más de 300 metros de diámetro, el más grande del mundo. Dentro hay otros dos círculos más, y una espléndida avenida de piedras hitas se aleja de él, recorriendo 2,5 kilómetros campiña a través hasta conectar con otro anillo de piedra y madera. Para completar el panorama, la inquietante mole de Silbury Hill, que con 450.000 toneladas de tierra es el mayor montículo artificial de la Europa prehistórica, se halla a solo 20 minutos de caminata.
Diversas teorías han sugerido que el gran círculo de piedra se usó como un observatorio prehistórico, un templo del sol, un lugar de curación y un templo de los antiguos druidas. Los investigadores del Stonehenge Riverside Project han rechazado todas estas posibilidades después del mayor programa de investigación arqueológica jamás realizado en este icónico monumento. Además de encontrar casas y un gran pueblo cerca de Stonehenge en Durrington Walls, también descubrieron el sitio de un antiguo círculo de piedra, Bluestonehenge, y revisaron la datación de Stonehenge. Todos estos descubrimientos se presentaron en el libro de Parker Pearson "Stonehenge: exploring the greatest Stone Age mystery" publicado por Simon & Schuster.
Fuente: National Geographic.
COMENTARIOS