desperdicio de alimentos, huella de carbono, FAO
29 septiembre 2022.- Se estima que 931 millones de toneladas de alimentos acabaron en los contenedores de basura de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios de todo el mundo en 2019, según el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Esa cifra supone el 17% del total de la comida consumible a nivel mundial.
La mayor parte de este desperdicio proviene de los hogares, pues 569 millones de toneladas, es decir, un 61% sobre el total alimentos desechados, corresponden a la categoría de residuos domésticos. Los servicios de alimentación también son culpables de desechar cantidades significativas de alimentos, en concreto, 244 millones de toneladas al año, mientras que el informe calcula que los establecimientos minoristas son responsables del desperdicio de 118 millones de toneladas.
El PNUMA apunta que el desperdicio de alimentos tiene importantes efectos ambientales, sociales y económicos. Destaca que, por ejemplo, entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen, si se toman en cuenta las pérdidas que suceden antes del nivel del consumidor.
El desperdicio de alimentos en el mundo se está convirtiendo en un problema de peso. En concreto, de casi mil millones de toneladas. Y es que, según el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el mundo se desperdician 931 millones de toneladas de alimentos cada año (el 17% del total de alimentos disponibles para los consumidores), de los cuales 569 millones proceden de los hogares. La cantidad restante se atribuye a los restaurantes y otros servicios de alimentación (244 millones de toneladas) y al comercio minorista (118 millones de toneladas). A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares.
Pero ¿qué tan derrochadores son los países cuando se trata de alimentos? Las cifras absolutas más altas de desperdicio de alimentos se registraron, como es lógico, en los dos países con más de mil millones de habitantes. Se calcula que China desperdicia 91,6 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que India desecha 68,8 millones de toneladas. Estados Unidos está un poco más abajo en la clasificación, con 19,4 millones de toneladas de residuos alimentarios, mientras que en América Latina, Brasil y México producen aproximadamente 12 millones de toneladas anuales. España, por su parte, genera 3,61 millones.
El panorama es bastante diferente cuando se trata de residuos producidos per cápita. Por ejemplo, un hogar medio de la India desecha 50 kg de alimentos al año, mientras que en Estados Unidos esa cifra se eleva a 59 kg. A pesar de parecer que el nivel de desperdicio total de alimentos es relativamente bajo en comparación con otros países, con 2,6 millones de toneladas al año, el índice muestra que Australia tiene un alto nivel de desperdicio per cápita, con 102 kg por hogar al año. En comparación, se calcula que los residuos domésticos de Rusia ascienden a 4,9 millones de toneladas al año y que los residuos per cápita sólo alcanzan los 33 kg.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe sobre la cantidad de alimentos que desaparecen antes de llegar al consumidor. El organismo estima esta cifra en un 13,8% del total, es decir, casi un séptimo de los productos agrarios recolectados en todo el mundo. En el caso de los tubérculos, raíces y cultivos oleíferos (categoría en la que se encuentran las patatas, por ejemplo) el porcentaje asciende al 25,3%, ligeramente por encima de las frutas y verduras (con un 21,6%), tal y como recoge el informe.
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Según el estudio Fusions 2016 de la Comisión Europea, se desperdician alrededor de 88 millones de toneladas de comida al año en la Unión Europea. Más de la mitad de esta comida, el 53%, se pierde en los hogares, una cantidad mayor que en las industrias de producción, procesado, venta y los servicios de alimentación juntos. Cuando los ciudadanos europeos son preguntados cómo se podría hacer descender el desperdicio de comida en casa, la mayoría (un 63%) señala que se debería planear mejor el carro de la compra y tratar de aprovechar los alimentos adquiridos al máximo, según la encuesta “Food waste and date marking” de la Comisión Europea.
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Para abordar el desperdicio de alimentos, comprender el problema es clave para encontrar buenas soluciones. Un primer paso es medir la cantidad de alimentos que se desperdician y comprender en qué parte de la cadena de suministro se produce el desperdicio. Dependiendo de dónde suceda a lo largo de la cadena de suministro, usamos los términos pérdida de alimentos o desperdicio de alimentos.
La pérdida de alimentos se refiere a cualquier alimento que se deseche, incinere o se elimine de otro modo a lo largo de la cadena de suministro de alimentos desde la cosecha/sacrificio/recuperación hasta, pero excluyendo, el nivel de venta al por menor, y que no se utilice para ningún otro uso productivo, como alimento para animales. o semilla.
El desperdicio de alimentos se refiere a los alimentos que se descartan a nivel de minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores. La comida se desperdicia de muchas maneras, por ejemplo:
- Producto fresco que se desvía de lo que se considera óptimo (por ejemplo, tamaño, forma o color) y se retira durante las acciones de clasificación
- Alimentos que los minoristas o los consumidores descartan cuando está cerca o más allá de la fecha de consumo preferente.
- Alimentos sin usar o sobrantes que se tiran de los hogares o restaurantes.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU tiene como objetivo reducir a la mitad el desperdicio de alimentos a nivel minorista y de consumo y reducir la pérdida de alimentos en las cadenas de suministro. Medir la pérdida y el desperdicio de alimentos a escala nacional, regional y mundial no es fácil, pero se están desarrollando metodologías y herramientas que nos permitan medir el progreso. 2 A continuación, enumeramos algunas estadísticas y datos clave sobre el desperdicio y la pérdida de alimentos según las estimaciones actuales.
- Aproximadamente 1/3 de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se pierde o se desperdicia.
- El desperdicio de alimentos por sí solo genera alrededor del 8% - 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
- Si el desperdicio de alimentos fuera un país, sería el tercer país emisor más grande del mundo. En otras palabras: el desperdicio de alimentos emite más gases de efecto invernadero que todos los países del mundo excepto China y EE.UU.
Las últimas estimaciones sugieren que en 2019 se generaron alrededor de 931 millones de toneladas de desperdicio de alimentos, de los cuales:
61% procedían de hogares ; 26% del servicio de alimentos; 13% del comercio minorista.
Las estimaciones anteriores del desperdicio de alimentos por parte del consumidor subestimaron significativamente su escala: a pesar de las incertidumbres de los datos, el desperdicio de alimentos a nivel del consumidor (hogar y servicio de alimentos) parece ser más del doble de lo que estimó la FAO en 2011.
Anualmente se generan alrededor de 88 millones de toneladas de desperdicio de alimentos en la UE. Esto es igual a:
174 kg por persona o 143 mil millones de euros o 170 000 000 toneladas de CO 2
Las estimaciones muestran que hasta el 10 % de los 88 millones de toneladas de desperdicio de alimentos que se generan en la UE cada año están relacionados de alguna manera con el etiquetado de la fecha :
- El 53% de los consumidores no conocen el significado del etiquetado "mejor antes",
- El 60 % de los consumidores no conocen el significado de la etiqueta de “usar antes de”
- Los niveles de desperdicio de alimentos son similares en los países de ingresos altos, medios altos y medios bajos de Europa.
La Estrategia de la granja a la mesa de la UE ha establecido la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos como una parte importante de la estrategia y propone establecer objetivos legalmente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos en toda la UE para 2023.
Cuanto más a lo largo de la cadena de suministro se produce la pérdida de alimentos, más carbono intensivo es la pérdida y el desperdicio. Esto se debe a que se han invertido más recursos en la producción, por ejemplo, de salsa de tomate (procesamiento, transporte, venta al por menor y envasado, además del uso de la tierra y el agua y la agricultura) que podemos comprar en el supermercado que en un tomate recogido directamente del campo. Si desperdiciamos la salsa de tomate, desperdiciamos los recursos adicionales que se han acumulado a lo largo de la cadena de suministro
Diferentes alimentos tienen diferentes impactos ambientales. Por ejemplo, el volumen de carne que se desperdicia y se pierde no es muy elevado en comparación con alimentos como los cereales y las verduras. Sin embargo, la producción de carne requiere muchos más recursos, por lo que el desperdicio de carne aún tiene un impacto significativo en el cambio climático (se estima que contribuye al 20 % de la huella de carbono del desperdicio y la pérdida total de alimentos).
Referencias
- FAO. Pérdida y desperdicio de alimentos.
- Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2021) Informe del índice de desperdicio de alimentos 2021.
- FAO (2011) Pérdidas y desperdicio de alimentos a nivel mundial. Alcance, Causas y Prevención.
- Stenmarck, Å., et al. (2016) Estimaciones de los niveles de desperdicio de alimentos en Europa. Informe del proyecto EU FUSIONS.
- Comisión Europea. Marcado de fecha y desperdicio de alimentos
- Comisión Europea (2015) Flash Eurobarómetro 425: Desperdicio de alimentos y marcado de fecha.
- FAO (2015) Huella del desperdicio de alimentos y cambio climático.
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