19 octubre 2022.- La rebelión ha aumentado entre los países de la UE por un tratado energético internacional que otorga a las multinaciona...
19 octubre 2022.- La rebelión ha aumentado entre los países de la UE por un tratado energético internacional que otorga a las multinacionales el poder de demandar a los gobiernos, ya que Holanda se convirtió en el tercer país en anunciar planes para retirarse de un pacto que, según dice, obstaculiza los planes para abordar el cambio climático.
Los Países Bajos se unieron la semana pasada a un movimiento de España, siguiendo los pasos de Polonia, al prepararse para salir del Tratado sobre la Carta de la Energía que tenía por objeto proteger las inversiones energéticas internacionales de empresas o personas extranjeras. Italia se retiró en 2016, pero sigue sujeta a una cláusula de caducidad de 20 años.
Los activistas dicen que el pacto, diseñado en la década de 1990 para alentar la inversión posterior a la guerra fría, se ha convertido en un obstáculo para frenar los gases de efecto invernadero producidos por los proyectos de carbón, petróleo y gas.
Los inversores pueden demandar a los gobiernos si creen que sus activos están amenazados por cambios en la legislación o las políticas. El tratado cubre más de 50 países, incluida la UE como bloque.
El gobierno holandés dijo el martes que el tratado no estaba alineado con el objetivo del acuerdo climático de París de limitar el calentamiento global a "muy por debajo" de 2°C, e idealmente a 1,5°C, desde la época preindustrial.
Tres grupos energéticos, incluida la alemana RWE, están demandando a tres gobiernos europeos por decisiones de ordenar el cierre de centrales eléctricas de carbón, impedir el desarrollo de proyectos específicos o exigir una evaluación de impacto ambiental.
RWE apuntó a los Países Bajos por la decisión del país de eliminar gradualmente la generación a carbón para 2030. La compañía anunció este mes que pondría fin a la generación de electricidad a carbón en Alemania para 2030, pero dijo que no abandonaría el caso contra los holandeses.
En agosto, la británica Rockhopper ganó unos 250 millones de euros en un caso que presentó contra Italia por un yacimiento petrolífero propuesto en el mar Adriático. A pesar de su retiro del tratado, Italia sigue sujeta a una cláusula que obliga a los que se van a sus reglas por otros 20 años.
Un proceso para "modernizar" el pacto ha estado en marcha desde 2018, y los activistas han dicho que el texto revisado debe poner fin a las protecciones para las inversiones en combustibles fósiles.
En junio se llegó a un acuerdo en principio, pero el texto, que aún no se ha ratificado, continuaría protegiendo las inversiones en carbón, petróleo y gas en la UE y el Reino Unido durante 10 años después de su entrada en vigor. También protegería las nuevas inversiones en combustibles fósiles realizadas antes de agosto de 2023.
Los estados miembros de la UE están en un tira y afloja sobre si aprobar el tratado actualizado. Este mes, Bélgica dijo que se abstendría de votar si la UE debería respaldar el texto, porque “no hubo consenso dentro de Bélgica” entre los legisladores.
Si bien algunos apoyaron el texto, otros sintieron que era "insuficientemente ambicioso" y querían que la UE se retirara del tratado por completo, según un documento del gobierno visto por FT.
Alemania también está considerando abstenerse de la votación de la UE sobre el texto actualizado, al igual que Francia, que quiere que un bloque de países de la UE se retire como grupo, según el liberal francés Pascal Canfin, quien preside el comité de medio ambiente del parlamento europeo. Si suficientes países se abstienen o votan en contra del texto, la Comisión no obtendrá el apoyo de toda la UE.
La posición de la Comisión Europea es que el tratado no puede ser utilizado por un estado miembro de la UE contra otro.
Bruselas ha apoyado la decisión de España de impugnar la legalidad de los daños otorgados en virtud del tratado a los inversores con sede en la UE. Muchos de esos casos fueron presentados por empresas de energía renovable, luego de que el país cambiara su régimen de apoyo a la energía limpia.
Los defensores del tratado dicen que protege a los inversores en proyectos renovables. Sin embargo, la Federación Europea de Energías Renovables ha pedido a la UE que abandone el tratado.
El texto revisado del tratado establece que “no se aplicará” entre los miembros de la misma “organización de integración económica regional”, como la UE. Sin embargo, todos los signatarios deben aprobarlo por unanimidad para que se adopte el texto revisado. Una reunión está programada para el 22 de noviembre.
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