ENIGMAS. La misteriosa desaparición del Arca de la Alianza

  Con el Arca a cuestas. El pintor Juan Montero de Rojas recreó en este lienzo, de 1667, el episodio bíblico del paso del río Jordán por lo...

 

Con el Arca a cuestas. El pintor Juan Montero de Rojas recreó en este lienzo, de 1667, el episodio bíblico del paso del río Jordán por los israelitas que huían de Egipto cargados con el Arca de la Alianza. Museo del Prado, Madrid. Foto: Album.

Depositada por Salomón en la cámara más sagrada del Templo de Jerusalén, el Arca de la Alianza desapareció luego misteriosamente. Algunos dijeron que un faraón se la llevó a Egipto, otros que la saqueó un rey babilonio o incluso que se trasladó a Etiopía

20 mayo 2023.- Jerusalén, año 70 d.C. Los soldados romanos llevan a cabo el asalto final al Monte del Templo y destruyen los últimos focos de resistencia. A continuación, se entregan al saqueo de los tesoros del templo de Yahvé, donde, entre otras muchas riquezas, debería encontrarse el Arca de la Alianza, el objeto más sagrado de la religión judía.

El historiador judío Flavio Josefo, contemporáneo de estos hechos, narró el saqueo del Templo y, meses después, el desfile triunfal de las tropas de Tito en Roma mostrando al pueblo los tesoros expoliados en el santuario. En ambos casos la noticia era la misma: el Arca de la Alianza no estaba entre el botín obtenido. En realidad, no es que el Arca se hubiera perdido o hubiera sido destruida durante el saqueo de la capital judía por los romanos, sino que hacía ya mucho tiempo que había desaparecido.


El Arca cruza el río Jordán. Gouache sobre tabla de James Tissot, c. 1896-1902. Museo Judío, Nueva York.


Los orígenes del Arca

Hay que volver unos siglos atrás para saber qué era el Arca de la Alianza y cuáles fueron sus primeros emplazamientos. El Antiguo Testamento cuenta cómo Yahvé, tras entregar las Tablas de la Ley a Moisés en el monte Sinaí, le ordenó construir un arca de madera de acacia revestida por completo con láminas de oro. En sus cuatro extremos había cuatro anillos, también de oro, donde se encajaban unas varas de madera de acacia, igualmente revestidas con láminas de oro. La caja tenía una tapa de los mismos materiales y encima había dos querubines con las alas extendidas. En su interior debían guardarse las Tablas de la Ley y la vara de Aarón, el hermano de Moisés, que tenía poderes milagrosos. 

La descripción que hacen las fuentes antiguas del Arca de la Alianza parece remitir a un objeto de raíces egipcias. Se percibe cierto parecido con unos cofres cuya parte inferior tenía forma de barco, que se utilizaban en los festivales egipcios para trasladar las imágenes de la divinidad.

La forma recuerda también a objetos de sobra conocidos del arte egipcio, como un sarcófago de madera recubierto con láminas de oro hallado en la tumba de Tutankhamón. Los querubines, cuya función era claramente protectora, también remiten a objetos egipcios y de otras culturas del Próximo Oriente. De nuevo en la tumba de Tutankhamón encontramos el sarcófago de cuarcita del rey flanqueado en sus cuatro esquinas por figuras de diosas con las alas extendidas a modo de protección. 


El templo de Jerusalén. La reconstrucción sobre estas líneas muestra el templo de Jerusalén en época romana. En su sanctasantórum habría debido de estar guardada el Arca de la Alianza; sin embargo, hacía tiempo que había desaparecido. Foto: Getty Images.

También se pueden encontrar paralelismos del Arca judía con el sarcófago del rey Ahiram de Tiro, en Fenicia: con los tronos de divinidades sostenidos por animales alados (como las dos esfinges de Ayia Irini, en Chipre, del siglo VII a.C.) o con los lamassu, genios celestiales representados como toros alados que protegían las entradas de los palacios asirios y persas. También es llamativa asimismo la presencia en el Arca de los querubines, porque supone un quebranto de la prohibición de construir imágenes: «No te fabricarás escultura ni imagen alguna de lo que existe en los cielos por arriba o de lo que existe en la tierra por abajo, o de lo que hay bajo las aguas bajo la tierra», se lee en el capítulo 20 del libro bíblico del Éxodo.

Tras su construcción, el Arca pasó a ser el centro de la vida religiosa israelita. Durante los años de marcha por el desierto, el Arca condujo al pueblo y tuvo un papel determinante en las guerras que los israelitas trabaron con otros pueblos.

El Arca tenía unos poderes que les ayudaban y castigaban a los extranjeros: las aguas del Jordán se abrieron a su paso y las murallas de Jericó –una ciudad cananea asediada por los israelitas liderados por Josué– cayeron en su presencia, tras tocar los sacerdotes israelitas siete trompetas. Existía también la prohibición de tocar o mirar dentro del Arca bajo la amenaza de morir por mano de Yahvé. 

Tras marchar por el desierto durante el Éxodo, el Arca entró en la Tierra Prometida con los israelitas y se estableció en el santuario de Silo. Allí permaneció hasta que, con motivo de una batalla contra los filisteos, fue trasladada a la localidad de Eben Ezer. Los filisteos vencieron a los israelitas y capturaron el Arca, que fue llevada sucesivamente a Ashdod, Gat y Ecrón, ciudades que formaban parte de la llamada Pentápolis filistea junto con Ascalón y Gaza. 

El libro de Jueces relata la época en que Canaán estaba gobernada por una confederación de las Doce Tribus. Para evitar el dominio tribal y los celos, la 'tienda de reunión' se erigió en tierras tribales en rotación durante períodos de tiempo específicos. La invasión de los filisteos al final de la Edad del Bronce (los Pueblos del Mar en otros textos antiguos) resultó en varias derrotas para los israelitas. 1 Samuel 4 relata la decisión de los sacerdotes de Silo (donde se alojaba temporalmente el Arca), de llevar el Arca a la batalla como seguro contra el enemigo. Con gran consternación, el Arca fue capturada por los filisteos y colocada en su templo a Dagón (su dios principal) en Asdod.

Lo que siguió fue una lista de problemas para los filisteos. Cada mañana se encontraba la estatua de Dagón en el suelo frente al Arca. Los filisteos fueron castigados con tumores y furúnculos (probablemente peste bubónica ), y una plaga de ratones destruyó su grano. Pusieron el Arca en un carro y se la devolvieron a los israelitas. Permaneció en la ciudad de Keriat-Jearim ( Abu Gosh) durante los siguientes 20 años. Finalmente, los filisteos decidieron devolver el Arca tras sufrir una devastadora epidemia, posiblemente de peste, que atribuyeron a un acto de venganza del dios de los judíos contra ellos.

David, segundo rey de Israel (que reinó entre 1000 y 961 a.C.), trasladó el Arca a su nueva capital, Jerusalén, que había arrebatado a los jebuseos. Allí permaneció alojada en una tienda, el Tabernáculo, hasta que su hijo Salomón (961-922 a.C.) construyó el Templo en la cima del monte Moriá. A partir de ese momento, el Arca estuvo en el sanctasanctórum del Templo, una habitación a la que sólo podía entrar el Sumo Sacerdote una vez al año.

El Arca perdida. Jeremías predijo la desaparición del Arca. En la imagen, este profeta en un mosaico de la basílica de San Marcos, en Venecia. Foto: Scala, Firenze.

¿Dónde está el Arca?

El relato que hace el primer libro de los Reyes de cómo se introdujo el Arca en el Templo es la última referencia que tenemos de la misma. A partir de aquel momento, la suerte que corrió el Arca ha sido objeto de especulación. La ausencia de referencias podría explicarse por el hecho de que el Arca no volvió a salir del Templo, y que se encontraba, como hemos dicho, en una habitación a la que no tenía acceso más que una persona. Pero ya desde tiempos muy antiguos los judíos constataron que el Arca no se encontraba en el Templo y comenzaron a surgir explicaciones para todos los gustos sobre la suerte que pudo correr el objeto más sagrado de su religión.

Según las fuentes bíblicas, las únicas de las que disponemos, se puede asegurar que a finales del período del Primer Templo (hacia 950 a.C.-586 a. C.) se asumía que el Arca no estaba en el gran santuario de Jerusalén. En el libro del profeta Jeremías se explica que los reyes judíos dejaron de invocar el Arca de la Alianza y de convocar al pueblo en su nombre, porque ya no se encontraba entre ellos. 

Así pues, cuando el rey Nabucodonosor II de Babilonia conquistó Jerusalén y destruyó el Templo en 586 a.C., no encontró el Arca, lo mismo que le ocurriría a Tito seis siglos después. La conclusión es que la desaparición debió de tener lugar entre el año 950 a.C. aproximadamente, cuando Salomón la introdujo en el Templo, y 586 a.C., cuando los babilonios tomaron la ciudad santa. Pero ¿cómo se produjo esa desaparición?.

El faraón Shishak

El Antiguo Testamento nos ofrece algunos indicios. En el primer libro de los Reyes, capítulo 14, se lee: «En el año quinto del rey Roboam, Shishak, rey de Egipto, subió contra Jerusalén y se apoderó de todos los tesoros de la Casa de Yahvé y del palacio real; todo lo cogió». 

La mayor parte de los investigadores identifica a este Shishak del relato bíblico con el faraón Sheshonq I, fundador de la dinastía XXII, que alrededor del año 935 a.C. emprendió una campaña militar en Palestina. Sheshonq consignó el relato de la campaña en un pilono (una puerta monumental) del templo de Karnak. Sin embargo, en ese texto Jerusalén no aparece en la lista de ciudades sometidas durante la campaña. Todas estas ciudades se encuentran al sur del reino de Judá, en el desierto del Néguev, la zona fronteriza con el Sinaí y, por tanto, con Egipto; lejos, pues, de Jerusalén. 

Aun así, si se quisiera tirar de este hilo aferrándose al relato bíblico habría que asumir que, puesto que el texto dice que el faraón se apoderó de «todos los tesoros», también el Arca habría caído en manos de Shishak-Sheshonq. Entonces, ¿por qué las fuentes egipcias no la mencionan? 

Quizá porque para ellos no era más que una caja de madera cubierta de oro. Acostumbrados como estaban los egipcios a ver objetos similares y mucho más suntuosos es lógico que no le prestasen demasiada atención. Ésta es la teoría que explora la famosa película En busca del Arca perdida, protagonizada por el buscador de tesoros y profesor de arqueología Indiana Jones. Según la película, el Arca estaría en la ciudad de Tanis, en el Delta del Nilo, en un lugar conocido como el «Pozo de almas», donde la habría ocultado Sheshonq. La tumba del faraón parece que estuvo en la necrópolis real de Tanis, pero hasta hoy no se ha podido localizar y es probable que fuera saqueada hace siglos. Así pues, no hay esperanzas de encontrar el Arca allí.


Iglesia de Santa María de Sion. Un grupo de fieles reza en esta iglesia, en la localidad etíope de Aksum, donde la tradición dice que se oculta el Arca de la Alianza, que habría depositado aquí Menelik I, hijo de Salomón y la reina de Saba. Foto: J. D. Dallet / AGE Fotostock.


Reyes perversos

El judaísmo ha conservado otras tradiciones sobre el paradero del Arca de la Alianza. La primera nos llevaría a un siglo antes de la destrucción del Templo de Jerusalén por Nabucodonosor. El libro segundo de Crónicas cuenta que, durante el reinado de Manasés de Judá (entre 687 y 642 a.C.), los asirios, que unos años antes habían destruido el reino norteño de Israel y que en el año 701 a.C. ya habían fracasado en una ocasión en su intento de destruir también el reino sureño de Judá y su capital Jerusalén, volvieron a amenazar su integridad, hasta el punto de apresar al propio rey: «Trajo Yahvé sobre ellos a los jefes del ejército de Asiria, quienes prendieron a Manasés con garfios, lo ataron con grilletes y lo condujeron a Babilonia». 

Posteriormente Manasés fue liberado, sólo para convertirse en uno de los reyes vasallos de Asiria, según especifican las crónicas del rey asirio Asarhadón y su hijo Asurbanipal. La forma tradicional de vasallaje consistía en el pago de un tributo que aseguraba al rey vasallo una cierta autonomía respecto a su verdadero señor, el conquistador asirio en este caso. Por lo que nos cuenta la Biblia, Manasés era un compendio de perversiones y maldades, con muy poco apego por el exigente Yahvé y su Templo, que profanó en varias ocasiones. Así que resulta fácil imaginar que entre el tributo pagado a los asirios podría hallarse cualquier objeto de valor que hubiese en Jerusalén y, por supuesto, en el Templo, como la famosa Arca. De todas formas, no existen pruebas de ello. 

Otra tradición recogida en el Talmud (el código civil y religioso que elaboraron los eruditos hebreos entre los siglos III y VI d.C.) sugiere que, unos años antes de la destrucción de Jerusalén, el rey Josías (640-609 a.C.) escondió el Arca, junto con los demás utensilios sagrados del Templo, en una cueva en Jerusalén que Salomón había construido tiempo atrás. Los rabinos de los primeros siglos de la era cristiana creían que el hallazgo del Arca sería uno de los signos que anunciarían la llegada del Mesías. 

Ambas tradiciones, tanto la de Josías como la de Salomón, parecen ser relatos judíos realizados a posteriori para tranquilizar la conciencia sobre el incierto destino del Arca, reflejando más el deseo de que no hubiese caído en manos impías que un probable recuerdo de un acontecimiento histórico.

El momento de la conquista de Jerusalén por los babilonios en el año 586 a.C. también ha dado lugar a diversas tradiciones sobre el posible destino del objeto más sagrado del judaísmo. El texto conocido como 4 Esdras o Apocalipsis de Esdras (que no debe confundirse con el libro bíblico del Apocalipsis) fue escrito entre los años 70 y 218 d.C., y llegó a estar incluido en la Biblia cristiana, la Vulgata latina, además de formar parte del canon de textos revelados de la Iglesia copta. En este texto se apunta que cuando Nabucodonosor tomó Jerusalén, entre el botín obtenido por las tropas babilonias se encontraba todo el tesoro del Templo, incluida el Arca, la cual habría acabado en Babilonia. Sobre la suerte que habría corrido después no se dice nada más.


El monte del Templo. La Cúpula de la Roca, desde donde Mahoma subió a los cielos, en el monte del Templo de Jerusalén. Allí se alzaron el templo de Salomón, que custodiaba el Arca, y el Segundo Templo, obra de Herodes. Foto: Nick Brundle Photography / Getty Images.

La otra tradición que nos sitúa en este momento de la caída de Jerusalén tiene como protagonista al profeta Jeremías. En el segundo libro de los Macabeos se cuenta que este profeta, después de tener una revelación, tomó consigo el Tabernáculo y el Arca de la Alianza y, tras cruzar el río Jordán, llegó con todos estos tesoros hasta el monte Nebo, en la actual Jordania, el lugar desde donde, según la tradición, Moisés pudo ver la Tierra Prometida antes de morir y donde fue enterrado, sin que tampoco se haya hallado su tumba hasta el día de hoy. Al parecer, Jeremías encontró allí una cueva en la que escondió los objetos y luego cegó la entrada. Una vez cerrada la cueva, ninguno de los presentes fue capaz de recordar el camino para recuperarla, por lo que Jeremías declaró el lugar como secreto hasta el día del Juicio Final. 

Según el libro de Samuel, cuando los filisteos devolvieron el Arca, los judíos la llevaron a la ciudad de Beth Shemesh. Grabado por Gustave Doré. Foto: Bridgeman / ACI


Para los antiguos judíos, el Arca era el recipiente en el que se guardaban las Tablas de la Ley, por lo que debía ser tratada con veneración. Pero no se trataba de ningún tipo de adoración por el objeto en sí, sino que se consideraba que la tapa que cerraba el Arca se convertía en el trono de Yahvé, tal como el propio Dios había comunicado a Moisés: «Allí te citaré, y hablaré contigo desde encima del propiciatorio, de entre los dos querubines que estarán sobre el Arca» (Éxodo 25, 22). 

Igual que durante la marcha por el desierto Yahvé se manifestó en una columna que precedía al pueblo de Israel, ahora que tenían el Arca, Yahvé se hacía presente en su trono, entre los querubines. Los doctores de la ley judíos de la época posterior a la destrucción del Templo por los romanos en el año 70 d.C. desarrollaron el concepto de shejiná o «presencia de Dios». Con ello no se referían a la presencia corpórea de Yahvé, sino a una señal inequívoca de su existencia, como la luz de un faro por la noche. Al verla, sabemos que se trata de un faro, pero lo que vemos no es el faro. Cabe entonces preguntarnos: si el Arca y el Templo ya no existen, ¿dónde se encuentra ahora la shejiná?


El Arca llega a Etiopía. Esta pintura etíope del siglo XIX recrea el momento en que Menelik I trae de Jerusalén el Arca de la Alianza para depositarla en Santa María de Sion, en Aksum. Foto: PFH / AGE Fotostock


La historia de la visita de la reina de Saba a Salomón, mencionada en el Antiguo Testamento, ha inspirado la teoría de que el Arca de la Alianza fue trasladada en secreto a Etiopía. Así se expone en el Kebra Nagast o Libro de la gloria de los reyes de Etiopía, un texto del siglo XIII que remonta la genealogía de los reyes de Etiopía a Salomón. 

Según estas tradiciones, cuando la reina de Saba visitó a Salomón concibió de él un hijo, Menelik, que cuando cumplió 22 años fue a Israel a conocer a su padre. Salomón lo reconoció como hijo y heredero, lo que provocó el recelo de las élites judías. Viéndose presionado, Salomón se vio obligado a enviar a su hijo de vuelta a Etiopía, pero, irritado, ordenó que Menelik fuera acompañado por los primogénitos de Israel, unos 12.000 varones, incluidos sacerdotes como Azarías, hijo de Sadoq. Según esta leyenda, fueron ellos quienes robaron el Arca y la llevaron consigo, comunicando el robo a Menelik sólo cuando ya era demasiado tarde para devolverla. Así, el Arca acabó en Etiopía, en la iglesia de Santa María de Aksum, donde tan sólo puede verla un monje consagrado a su cuidado. 


Dos caballeros templarios ante las puertas de Jerusalén, en poder de los musulmanes, en 1099. Ilustración del Romance de Godofredo de Bouillon. Siglo XIV. Biblioteca Nacional de Francia, París. Foto: Heritage / Album.


En décadas recientes, el destino del Arca de la Alianza se ha puesto en relación con los templarios. La orden del Temple se fundó en 1129, justo treinta años después de la toma de Jerusalén por los cruzados, e instaló su cuartel general en la Explanada de las Mezquitas, donde en su día se había alzado el Templo de Yahvé, de donde proviene el nombre de la Orden. Los templarios ocuparon un espacio subterráneo en un lado del monte del Templo, el llamado «establo de Salomón», y eso ha inspirado teorías más o menos fantasiosas sobre la posibilidad de que se dedicaran a buscar allí el Arca de la Alianza. 

Algunos autores plantean que la buscaron pero no la encontraron, mientras que otros afirman que sí la hallaron y se la llevaron consigo a Inglaterra o a Francia. En un libro publicado en 1966, Louis Charpentier arguyó que algunos templarios que escaparon a la violenta supresión de la orden en 1312 enterraron el Arca en la capilla de Rosslyn, próxima a la catedral de Chartres. Obviamente se trata de meras fantasías, basadas en una improbable cadena de hipótesis no demostradas.


Mosaico de alfombra que representa la fachada del templo con el Arca de la Torá que data del siglo IV d.C. Excavado en Khirbet es-Samarah.


Arqueología del siglo XXI

En nuestra época han surgido nuevas hipótesis sobre el paradero del Arca de la Alianza. Así, el arqueólogo Leen Ritmeyer sugiere que, durante la construcción del Templo, Salomón habría enterrado el Arca en los cimientos del mismo, lo que explicaría por qué no hay ninguna referencia posterior al Arca en la literatura judía. Lo más curioso de esta teoría es que es compartida por una corriente religiosa judía actual que persigue la restauración del Templo de Jerusalén en su lugar originario, es decir, donde actualmente se levanta la Cúpula de la Roca musulmana. 

Toda la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén es un lugar sagrado para el Islam, lo que ha provocado numerosos conflictos en los últimos años con los israelíes, de manera que hoy por hoy resulta impensable que se puedan realizar excavaciones arqueológicas en ese lugar, uno de los más sensibles de todo el planeta. Queda pendiente para un futuro, que no parece muy próximo, la posibilidad de excavar y encontrar los cimientos del Templo de Salomón –edificio, por cierto, de cuya existencia no tenemos ninguna prueba material concluyente–.

Las sinagogas tienen un nicho o lugar especial para un Arca de la Alianza simbólica. Aquí es donde se guardan los rollos de la Torá que contienen las enseñanzas de Moisés y los Profetas. Fuera de Israel, el Arca mira hacia Jerusalén. En Israel mismo, Yom HaAliyah (Día de la Aliyah, o "subir" como subir a Jerusalén), es una fiesta nacional que celebra el cruce de Josué del río Jordán mientras cargaba el Arca de la Alianza

Fuente: Javier Alonso López. IE University (Madrid). 

Para saber más:

  • Hancock, Graham. Sign and the Seal. Touchstone, 1993.
  • Munro-Hay, Stuart & Grierson, Roderick. The Ark of the Covenant . Orion Pub Co, 2000.
  • Munro-Hay, Stuart. The Quest for the Ark of the Covenant. I. B. Tauris, 2005.

COMENTARIOS

Nombre

actualidad,1131,ADN,2,agenda,9,agricultura,127,agujeros negros,5,ALCINE,1,alergia,5,alimentación,2,alzheimer,67,anemia,1,animales,126,antibióticos,2,apnea,1,arañas,1,ARNm,1,arqueologia,94,artrosis,1,aspirina,1,astronomia,155,atrofia muscular espinal,1,audiovisual,227,autismo,17,ávaros,1,avuelapluma,13,BIC,4,biocombustibles,6,biodiversidad,37,biotecnología,15,BIP,1,calefacción,1,calentamiento global,16,calor,4,cambio climático,77,canal baila,1,cancer,193,cannabidiol,1,cannabis,4,CAR-T,7,carnavales_2024,15,CBD,1,cemento,1,cerebro,1,ciberseguridad,2,ciencia,440,cine,109,clima,1,CO2,7,colesterol,3,compromiso179,8,computación cuántica,3,contaminación,22,convocatoria,40,COP28,5,COP29,1,covid-19,117,CRISPR,2,Crohn,1,cultura,222,cultura_alcala,5,cultura_guadalajara,1,cultura_torrejon,2,danza,7,deal,62,demencia,5,dengue,1,deportes,320,depresión,9,diabetes,61,dieta,1,economia,419,economia_empleo,129,economia_negocios,374,economia_sociales,72,economia_vivienda,80,edición genética,8,EII,1,El Niño,1,ELA,2,elecciones,26,elecciones_partidos,8,elecciones_UE2024,26,elecciones2023,78,elecciones2023_alcala,6,elecciones2023_coslada,1,elecciones2023_guadalajara,31,elecciones2023_madrid,7,elecciones2023_torrejon,24,elecciones2023_villalbilla,3,empleo,21,energia,920,energía nuclear,6,energía solar,60,energia_almacenamiento,8,energia_eolica,16,energías renovables,109,enfermedades infecciosas,13,enigmas,155,ensayos,3,enseñanza,1,envejecimiento,5,epigenética,1,epilepsia,2,esclerosis,22,esnoticia,3940,esnoticia_alcala,946,esnoticia_anchuelo,1,esnoticia_azuqueca,74,esnoticia_breves,20,esnoticia_coslada,384,esnoticia_guadalajara,425,esnoticia_madrid,1551,esnoticia_sanfernando,192,esnoticia_torrejon,446,esnoticia_velilla,2,esnoticia_villalbilla,87,espacio,5,estrés,1,europa,43,eventos,28,exposiciones,32,fagos,1,Fiestas_Alcala,9,fiestas_azuqueca,2,financiación_autonómica,1,FITUR_2023,18,FITUR_2024,16,FIVE,1,formacion,35,foros y debates,55,gastronomia,45,geología,1,glioblastoma,1,gripe aviar,4,hidrógeno verde,34,hispanidad,2,historia,181,historias,417,horteralia,1,huracanes,1,imserso,1,inca,1,incendios,2,influenza,1,inmigración,1,inmunoterapia,44,inteligencia artificial,103,ITS,1,James Webb,8,ketamina,1,laboral,32,LGBT,1,libros,167,lídar,1,litio,2,malaria,2,mayas,2,MDMA,1,medicamentos,31,medioambiente,354,melanoma,1,micenas,1,microplásticos,6,miocarditis,1,mitosyleyendas,59,motor,571,motor_electricos,137,motor_hibridos,81,motor_innovacion,64,motor_mercado,152,motor_noticias,150,movilidad,15,mpox,6,mujer,1,museos,2,musica,19,naturaleza,136,Navidad2023,52,neardental,2,neurociencia,30,nocturia,1,nutricion,144,nutrición,5,obesidad,11,opinión,210,osteoartritis,1,paleontología,1,parkinson,24,peliculas,36,pensiones,1,permanente,1,personajes,97,pesca,1,plantas,38,plásticos,2,poesia,44,polen,2,presupuestos2024,1,prime,70,psicologia,1,psilocibina,1,relatos,2,robótica,28,sal,1,salud,693,salud dental,13,salud mental,13,semana_santa,15,servicios_profesionales,1,SIDA,1,sueño,3,teatro,16,tecnologia,249,telemedicina,1,terremotos,1,THC,1,tradiciones,67,transmisión_sexual,1,transporte,2,TRIAPOL,1,turismo,267,universo,13,vacunas ARN,6,vidasaludable,151,video,41,VIH,4,violenciadegenero,1,viruela,2,virus,2,virus del nilo,2,yuca,1,
ltr
item
La Crónica del Henares: ENIGMAS. La misteriosa desaparición del Arca de la Alianza
ENIGMAS. La misteriosa desaparición del Arca de la Alianza
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAduIiWN9veO7u9x9iuH367hi166f3lnZu5I6DCFmWyPA830MyNwRu7dJn0iuWKqapPj0Jpk9voHZYBpchh3TOxms-Z1sQIGQtZgtn06-8mjHnawALgz1Y17UGJs2nqNgQ7yZfDTjYl2Z5gHKmASQOZ7z4D_uAWHt86z5MnOfBfWFLuN6x8s_6Oj9mPg/s320/enigmas.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAduIiWN9veO7u9x9iuH367hi166f3lnZu5I6DCFmWyPA830MyNwRu7dJn0iuWKqapPj0Jpk9voHZYBpchh3TOxms-Z1sQIGQtZgtn06-8mjHnawALgz1Y17UGJs2nqNgQ7yZfDTjYl2Z5gHKmASQOZ7z4D_uAWHt86z5MnOfBfWFLuN6x8s_6Oj9mPg/s72-c/enigmas.jpg
La Crónica del Henares
https://www.cronicadelhenares.com/2023/05/enigmas-la-misteriosa-desaparicion-del.html
https://www.cronicadelhenares.com/
https://www.cronicadelhenares.com/
https://www.cronicadelhenares.com/2023/05/enigmas-la-misteriosa-desaparicion-del.html
true
5995595061750506997
UTF-8
Cargar todos los posts No se encuentra Ver todo Leer más Responder Cancelar respuesta Borrar Por Inicio Páginas Posts Ver todo Relacionados Etiqueta ARCHIVO BUSCAR Todos los posts No se encuentra INICIO Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Dom Lun Mar Mie Jue Vie Sab Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Ene Feb Mar Abr Mayo Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic justo ahora hace 1 minuto hace $$1$$ minutos hace 1 hora hace $$1$$ horas Ayer hace $$1$$ días hace $$1$$ semanas hace más de 5 semanas Seguidores Siguen THIS PREMIUM CONTENT IS LOCKED STEP 1: Share to a social network STEP 2: Click the link on your social network Copy All Code Select All Code All codes were copied to your clipboard Can not copy the codes / texts, please press [CTRL]+[C] (or CMD+C with Mac) to copy Tabla de contenidos