el origen semita del alfabeto
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Tablilla con escritura en el alfabeto cuneiforme de Ugarit. 1300 a.C. Museo del Louvre, París. DEA / Scala, Firenze |
Hace casi cuatro mil años, gentes que hablaban una lengua semítica se inspiraron en los jeroglíficos egipcios para crear un sistema de escritura adaptado a su propio idioma.
La invención del alfabeto, el sistema por el que cada símbolo o letra expresa un sonido, permitió simplificar radicalmente toda la complicación de las escrituras cuneiforme y jeroglífica.
20 agosto 2023.- Los primeros sistemas de escritura que se desarrollaron en el Próximo Oriente, tanto en el área de Mesopotamia como en Egipto, se caracterizaban por su notable complejidad. La escritura cuneiforme sumeria, que tal vez ya existía en torno a 3500 a.C. y que más tarde sería adaptada por los acadios y por otros pueblos, se basaba en un conjunto de signos pictográficos que representaban palabras y objetos originalmente relacionados con el comercio.
La escritura jeroglífica egipcia, contemporánea en su origen a la cuneiforme sumeria, también contaba con un complejo sistema que combinaba los símbolos ideográficos y los consonánticos, esto es, signos que representaban una o más consonantes. En conjunto, se conocen más de 6.000 signos diferentes en el período más tardío de la escritura jeroglífica, aunque el repertorio usado habitualmente por los escribas nunca superó los 700-1.000 signos.
El sarcófago de Ahiram, un rey de Biblos que vivió en torno al año 1000 a.C., contiene la inscripción más antigua que se conserva del alfabeto fenicio. La inscripción consta de 38 palabras que recorren el borde del sarcófago y consiste en una maldición del heredero de Ahiram, Ithobaal I, contra quienes osaran alterar el descanso eterno del soberano difunto. Fue hallado en el año 1.923 por el arqueólogo francés Pierre Montet en la tumba V de la necrópolis real de Biblos. Museo Nacional de Beirut, Líbano.Inscripciones del sarcófago de Ahiram. En ambas inscripciones la ciudad de Biblos se encuentra escrita en su nombre local, es decir, Gobel. Algunos investigadores creen que las inscripciones en alfabeto fenicio halladas en el sarcófago de Ahiram representan el "terminus post quem", es decir, la fecha más antigua o lejana de la aparición del alfabeto fenicio.
Pese a las grandes diferencias que presentan a primera vista, los alfabetos que se utilizan hoy en día –como el latino, el griego, el árabe o el hebreo– están emparentados entre sí y proceden de un mismo alfabeto originario.
Desde el siglo XIX, los estudiosos demostraron el papel fundamental que el alfabeto fenicio tuvo en el triunfo del sistema alfabético. En efecto, de ese alfabeto fenicio primitivo, desarrollado en torno a 1100 a.C. en las grandes ciudades mercantiles de la costa del actual Líbano e Israel, derivan el griego, origen a su vez del etrusco y el latín, y el arameo primitivo, del que surgieron los diversos alfabetos que se usaban en el Próximo Oriente, como el siriaco, el árabe primitivo y el judío (o hebreo).
Durante mucho tiempo se aceptó que fueron los fenicios los que crearon el alfabeto inspirándose en los caracteres egipcios. Hoy sabemos, sin embargo, que el alfabeto fenicio fue el resultado de una evolución que se inició siglos antes.
El alfabeto más antiguo conocido se remonta al menos a 1800 a.C. y su rastro se encuentra en Serabit al-Khadim, un yacimiento arqueológico del desierto del Sinaí, cerca de una mina de turquesa que los antiguos egipcios explotaron desde tiempos del faraón Sesostris I (1920-1875 a.C).
Esfinge de Serabit con inscripción protosinaítica. Uno de los ejemplos más antiguos de escritura, encontrado en la Península del Sinaí, Egipto. British MuseumPara adaptar los jeroglíficos egipcios a su lengua, los trabajadores semitas de Serabit al-Khadim utilizaron un método que los lingüistas llaman acrofonía, o «sonido inicial». Su principio consiste en dar a un símbolo un valor fonético que coincide con el primer sonido de la palabra que expresa.
El hallazgo de Serabit al-Khadim demuestra, pues, que el primer alfabeto de la historia, conocido como protosinaítico, deriva de los jeroglíficos egipcios. Una cuestión diferente es si fue la comunidad de trabajadores semitas en Serabit al-Khadim la que ideó por sí misma el alfabeto. Si fuera así, la invención del sistema alfabético habría tenido lugar en el reino de los faraones.
Podría incluso pensarse que el primer alfabeto surgió en Canaán (el territorio del Próximo Oriente entre el Mediterráneo y el río Jordán), y sería patrimonio común de las poblaciones semitas de origen cananeo, tanto las asentadas de manera más o menos pacífica en el valle del Nilo durante el Reino Medio como las que permanecieron en sus lugares de origen, y no la invención de los mineros de turquesa que trabajaban de manera forzada o voluntaria en la península del Sinaí.
De lo que no cabe duda es de que existe una conexión directa entre los antiguos símbolos hallados en el Sinaí y Luxor y el sistema alfabético de 22 letras utilizado en Canaán y Fenicia, atestiguado en esa zona en torno a 1200 a.C. Frente a la antigua tesis de que los fenicios crearon el alfabeto inspirándose directamente en los caracteres egipcios, hoy sabemos que su alfabeto se entronca con el que usaban los pueblos de Canaán desde siglos atrás.
Sello con inscripción en escritura fenicia. El primer alfabeto creado a partir de jeroglíficos egipcios en el área del Sinaí fue recogido por comerciantes fenicios en el siglo XI a. C., quienes lo adoptaron y lo modificaron para adaptarlo a sus propias necesidades, como podemos ver en este sello de piedra de 2700 años de antigüedad. British MuseumEn cambio, en las ciudades fenicias se desarrolló un estilo caligráfico que tendría más seguidores e imitadores y que daría lugar a posteriores evoluciones del alfabeto. La escritura fenicia se escribía de derecha a izquierda y se basó en un número preciso de letras que recuerdan vagamente a las mayúsculas del alfabeto latino.
Por ello, muchos pueblos del Mediterráneo que estaban en contacto con los mercaderes procedentes de Fenicia acabaron por adoptar su sistema de escritura y adaptarlo para escribir su lengua. Fue así como se originó la escritura cursiva aramea, que utilizaron los imperios asirio, babilónico y persa aqueménida.
Los griegos también adoptaron el alfabeto tal y como lo habían diseñado los fenicios. Ellos mismos eran conscientes de ese origen de su alfabeto: Heródoto recogió la tradición de que los griegos habían aprendido la escritura a partir de un grupo de fenicios que se asentó en Beocia. Cabe destacar que, en comparación con los alfabetos semíticos que surgieron en la misma época, la escritura griega conservó mucho mejor la forma original de los trazos fenicios.
Como es bien sabido, del alfabeto griego proceden el alfabeto latino (a través del etrusco) y también el cirílico, y, por consiguiente, todas las escrituras modernas empleadas en Europa. De este modo, cuando escribimos en nuestro alfabeto, debemos pensar que estamos reproduciendo unas letras que idearon antiguos semitas que vivieron entre Egipto y el Sinaí hace casi cuatro mil años: nuestra A sigue recordando a un buey, nuestra K a la palma de la mano, la M al agua, la N a una serpiente y la O a un ojo vacío… Reproducir estas y otras letras nos une con antiguas culturas que nos dejaron un legado cuya utilidad no ha sido superada hasta hoy.
La evolución de los alfabetos hasta el día de hoy. Getty imagesPara saber más:
Alfred C. Moorhouse. Historia del alfabeto. Fondo de Cultura Económica, Madrid, 2016.
Ignace J. Gelb. Historia de la escritura. Alianza Editorial, Madrid, 1995.
VV. AA. Leyendo el pasado. Antiguas escrituras del cuneiforme al alfabeto. Akal, Madrid, 2003.
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