Cop16: la reunión más grande del mundo para salvar la naturaleza terminó sin un camino claro por delante
 |
| Los delegados se reúnen para las negociaciones de la COP16. Philipp Montenegro , CC BY-NC-ND |
Los avances en la cumbre de biodiversidad de las Naciones Unidas, COP16, en Cali, Colombia, han sido lentos y frustrantes.
04 noviembre 2024.- Había grandes esperanzas de que los anfitriones colombianos pudieran coordinar la acción entre los países desarrollados y en desarrollo para alcanzar el histórico acuerdo mundial sobre biodiversidad alcanzado en Montreal, Canadá, durante la COP15 hace dos años. Pero después de dos semanas y una larga noche, las negociaciones terminaron abruptamente. Muchos delegados tuvieron que tomar vuelos de regreso a sus países con cuestiones clave sin resolver.
Esta conferencia comenzó con la alarmante noticia de que la última edición de la Lista Roja –el registro oficial de especies amenazadas– muestra que más de un tercio de las especies de árboles se enfrentan a la extinción en estado silvestre. Esa cifra es superior a la de aves, mamíferos, reptiles y anfibios amenazados juntos.
Al instar a los negociadores a reconocer la gravedad de esta crisis natural, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió que estaban enfrentando “la batalla por la vida” . Ciertamente no faltaron personas que buscaban soluciones.
En el corazón de la ciudad, la zona verde de la COP16 albergó música vibrante, proyecciones de películas y artesanías indígenas. Los habitantes locales, las empresas y los delegados de la conferencia debatieron formas creativas y colaborativas de abordar la crisis de la naturaleza.
En la zona azul, el espacio oficial de la conferencia, se observó un notable aumento de la diversidad de comunidades participantes en los eventos paralelos y los pabellones. Se destacaron los vínculos entre la biodiversidad y la salud humana, así como la importancia de la naturaleza para la seguridad hídrica y alimentaria.
En su mensaje de video de apertura, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a los países reunidos a “involucrar a toda la sociedad” como “la Cop de la gente”.
Por eso, las protestas de los pueblos indígenas y las comunidades locales fueron particularmente contundentes. La inclusión de un mayor reconocimiento de estos grupos en las decisiones finales de la reunión fue una señal poco común de progreso. Un nuevo fondo para garantizar que estos grupos reciban una parte de las ganancias del uso comercial de la información digital sobre secuencias ( información genética de plantas y animales nativos ) fue otra victoria.
Un nuevo conjunto de principios desarrollado por el gobierno del Reino Unido para priorizar las cuestiones de género en la conservación y garantizar un acceso justo a los beneficios de la acción sobre la biodiversidad para todos los grupos marginados recibió un amplio apoyo.
El foco en la resiliencia económica fue más destacado que nunca, con dos días dedicados a los negocios y las finanzas. En 2018, solo 300 empresas asistieron a la COP14 en Egipto. En Cali, esa cifra fue de 3.000.
Los inversores privados, los fondos de pensiones, la industria de seguros y los bancos públicos destacaron la importancia de crear medidas sólidas para mejorar la biodiversidad. Los sectores empresariales se centraron en planes de transición que pudieran respaldar medios justos y transparentes para informar sobre los avances. El sector de la tecnología de la naturaleza también está creciendo, y se espera que las empresas emergentes atraigan hasta 2.000 millones de dólares (1.500 millones de libras esterlinas) en inversiones para finales de 2024.
En las salas de negociación, los delegados se enfrentaron a una ardua tarea. Solo 44 de los 196 planes nacionales para proteger la biodiversidad se han actualizado para reflejar los nuevos objetivos. Por lo tanto, no sorprende que se esté ampliando la brecha entre la realidad actual y el ambicioso conjunto de 23 objetivos que los gobiernos deben alcanzar para 2030. Si bien los países acordaron una revisión de los avances en 2026, no se llegó a un consenso sobre los indicadores que se utilizarán. El progreso fue dolorosamente lento.
Los negociadores debatieron cómo debería interactuar el acuerdo mundial sobre biodiversidad con sus convenciones hermanas sobre clima y desertificación . En posteriores debates el año próximo se podría determinar cómo podría funcionar esto, pero probablemente no se producirá un cambio drástico. Algunos países, entre ellos India y Rusia, todavía parecen no estar dispuestos a aceptar los riesgos críticos que supone para la naturaleza y la sociedad superar el objetivo global de 1,5 °C para el cambio climático.
A muchos países en desarrollo les preocupaba que una mayor integración entre la crisis climática y la biodiversidad llevara a una “doble contabilidad” de la financiación, con el peligro de que los países desarrollados pudieran dar marcha atrás en sus promesas de apoyar acciones específicas en favor de la naturaleza. Otros, incluida la UE, argumentaron que la acción para conservar y restaurar la naturaleza era una parte esencial de la lucha contra todos los desafíos ambientales y sociales globales.
El punto muerto entre estas posiciones se prolongó durante días. En las últimas horas de la COP16, los negociadores alcanzaron un compromiso que establece una vía más integrada para la acción conjunta sobre el clima y la naturaleza . Si bien los efectos del cambio climático exacerban directamente la pérdida de biodiversidad, restaurar la naturaleza puede ser una herramienta poderosa en la lucha por mitigar la crisis climática y beneficiar a la biodiversidad. Las soluciones basadas en la naturaleza (medidas como restaurar turberas y humedales, plantar árboles y manglares) ayudan a generar esa resiliencia.
Los jefes de Estado y ministros que se reunieron a mitad de la reunión señalaron la necesidad de garantizar que la naturaleza esté protegida tanto por su propio bien como por el de las comunidades que dependen de ecosistemas saludables para su sustento y bienestar.
Pero al final de una última y larga noche, estas palabras no fueron acompañadas de planes de acción concretos ni de compromisos financieros sobre cómo se debería financiar la protección de la naturaleza , como muchos de los presentes en la COP16 esperaban.
¿Toda la sociedad, todo el gobierno?
El acuerdo mundial sobre biodiversidad establecido en 2022 exigía un enfoque que involucrara a toda la sociedad para abordar la crisis de la naturaleza. La COP16 ciertamente lo logró. Desde las comunidades locales hasta las grandes empresas, hubo un espíritu de trabajar arduamente y poner a trabajar la inversión y la innovación utilizando soluciones basadas en la naturaleza para restaurar y conservar la biodiversidad.
La misma energía y compromiso se hicieron patentes en muchos de los gobiernos locales y subnacionales reunidos en la COP16. La primera reunión de Alcaldes por la Naturaleza demostró un compromiso significativo con la acción.
Los líderes de California y Quebec marcaron la pauta al invertir en programas a gran escala; Quebec no sólo se comprometió a financiar sus propias acciones en materia de biodiversidad, sino que también contribuyó al fondo mundial de biodiversidad: fue el primer gobierno regional en hacerlo .
Pero los gobiernos nacionales tuvieron dificultades para avanzar. La complejidad de abordar la biodiversidad y sus interacciones necesarias con sectores como la agricultura, el transporte y la minería, así como las preocupaciones por las injusticias históricas entre los países en desarrollo y los desarrollados, tal vez fue demasiado para que la COP16 pudiera resolverla.
El riesgo es que, mientras los gobiernos afrontan estos desafíos, el sector privado podría acelerar la acción sin que nadie lo controle.
Resulta preocupante que la falta de coordinación de políticas pueda disuadir a los inversores y ralentizar el ritmo de acción que las comunidades locales y los gobiernos regionales quieren adoptar. En lugar de esperar a que se alcance un consenso mundial, los grupos pueden catalizar el cambio y al mismo tiempo exigirse mutuamente la rendición de cuentas para avanzar rápidamente en la salvación de la naturaleza.
Fuente: The Conversation
COMENTARIOS