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17 enero 2025.- Un equipo de investigación liderado por la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el CIBER ha demostrado que el ayuno intermitente –limitar las horas de comida y ampliar los periodos diarios de ayuno– es una estrategia eficaz para perder peso y mejorar la salud cardiovascular en personas con obesidad.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine, demuestra que terminar la última comida antes de las 5 de la tarde y saltarse la cena es un método seguro y eficaz para reducir la grasa abdominal subcutánea, la capa de grasa que se encuentra debajo de la piel. Este método es especialmente beneficioso después de períodos de exceso de comida, como durante las vacaciones.
En España, el sobrepeso y la obesidad afectan al 70% de los hombres y al 50% de las mujeres. Estas afecciones están estrechamente relacionadas con trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2 y aumentan significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Este aumento generalizado de peso no solo disminuye la calidad de vida, sino que también supone una grave carga para el sistema de salud pública. La investigación científica en curso se centra en desarrollar estrategias efectivas y prácticas para abordar esta creciente crisis sanitaria, reconocida ya oficialmente como enfermedad.
Las dietas de restricción calórica ayudan a perder peso y a mejorar la salud cardiovascular. Sin embargo, no son fáciles de mantener a largo plazo y suelen hacer que la mayoría de las personas abandonen el tratamiento y recuperen el peso perdido o incluso aumenten más del peso inicial.
Ante las dificultades de mantener la adherencia a la restricción calórica tradicional, están surgiendo nuevas estrategias nutricionales. Una de ellas es el ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de alimentación con periodos de ayuno que van desde horas hasta días. Un tipo de ayuno intermitente que ha ganado popularidad en los últimos años es el que reduce el número de horas de ingesta y amplía las horas de ayuno cada día. Es lo que se conoce como alimentación restringida en el tiempo .
En España, normalmente, el primer desayuno se hace a las 7-8 de la mañana y la cena a las 21-22 horas, por lo que se tiene una ventana de ingesta de 12-14 horas. En este tipo de ayuno intermitente, la ventana de ingesta se reduce de 12-14 horas a 6-8 horas, y se ayuna durante 16-18 horas. Esta estrategia nutricional ayuda a mantener un ciclo diario de alimentación y ayuno, que estabiliza los ritmos biológicos de nuestro cuerpo. Sabemos que comer de forma irregular o por la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
El grupo de investigación PROFITH CTS-977 del Departamento de Educación Física y Deporte, Facultad de Ciencias del Deporte y del Instituto Universitario de Investigación Deporte y Salud (iMUDS) liderado por el Dr. Jonatan Ruiz, en colaboración con el ibs.Granada, el Hospital Clínico Universitario San Cecilio y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, así como el grupo de investigación liderado por la Dra. Idoia Labayen de la Universidad de Granada, en colaboración con la Dra. Idoia Labayen de la Universidad de Granada y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. Idoia Labayen de la Universidad Pública de Navarra y el Hospital Universitario de Navarra, junto con el CIBER de Obesidad (CIBEROBN) y el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) han investigado los efectos de una intervención de 12 semanas con tres estrategias de ayuno diferentes: ayuno temprano (hora de ingesta: aproximadamente 9:00-17:00), ayuno tardío (aproximadamente 14:00-22:00) y ayuno autoseleccionado, donde las personas podían seleccionar la franja horaria en la que querían comer, y lo hacían de media entre las 12:00 y las 20:00 horas.
Estudio con 197 participantes
Además, todas las personas que participaron en el estudio recibieron también el tratamiento estándar, que consistía en un programa de educación nutricional sobre la dieta mediterránea y los estilos de vida saludables. En este ensayo aleatorizado, controlado y multicéntrico, realizado en Granada (sur de España) y Pamplona (norte de España) y uno de los más grandes hasta la fecha, participaron un total de 197 personas (50% mujeres) de entre 30 y 60 años. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los siguientes grupos: tratamiento habitual (49 participantes), ayuno temprano (49 participantes), ayuno tardío (52 participantes) o ayuno autoseleccionado (47 participantes).
Este estudio fue parte de la tesis doctoral de Manuel Dote-Montero, quien actualmente es investigador postdoctoral en el prestigioso Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) en Estados Unidos.
Manuel Dote-Montero, junto con Antonio Clavero Jimeno, investigador predoctoral de la UGR, y Elisa Merchán Ramírez, investigadora postdoctoral de la UGR, lideraron este estudio en Granada, e indican que no está claro si el momento de la ventana de ingesta –temprano, tardío o autoseleccionado– puede tener un efecto diferente sobre la pérdida de peso, la grasa visceral (es decir, la grasa que rodea los órganos en el área abdominal) o la salud cardiovascular general en personas con sobrepeso u obesidad.
Los resultados del estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine , revelan que el ayuno intermitente no mostró beneficios adicionales sobre un programa de educación nutricional en la reducción de la grasa visceral. Sin embargo, los grupos de ayuno, independientemente del horario de ingesta, lograron una mayor pérdida de peso, de media 3-4 kg, en comparación con el grupo de tratamiento habitual que continuó con su ventana de ingesta de al menos 12 horas. Cabe destacar que el grupo de ayuno temprano redujo en mayor medida la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que se encuentra justo debajo de la piel.
El estudio también evaluó los niveles de glucosa en ayunas y durante 24 horas utilizando un monitor de glucosa continuo que los participantes usaron durante 14 días antes y al final de la intervención. Los resultados muestran que el grupo de ayuno temprano mejoró significativamente los niveles de glucosa en ayunas y durante la noche en comparación con los otros grupos.
Regulación de la glucosa
Estos hallazgos sugieren que el ayuno temprano puede ser especialmente beneficioso para optimizar la regulación de la glucosa, lo que puede ayudar a prevenir la diabetes y mejorar la salud metabólica. Al no comer por la noche, el cuerpo tiene más tiempo para digerir y procesar los nutrientes, lo que facilita una mejor regulación de la glucosa en sangre, lo que reduce el riesgo de desarrollar problemas de azúcar y otros trastornos metabólicos, afirma el Dr. Labayen, investigador principal del estudio en Pamplona y miembro del CIBEROBN junto con el Dr. Jonatan Ruiz y el Dr. Manuel Muñoz (CIBERFES).
Los investigadores destacan que todos los grupos que realizaron ayunos tuvieron una alta tasa de adherencia y no se registraron eventos adversos graves. Por lo tanto, el ayuno intermitente se presenta como una estrategia segura y prometedora para controlar el peso corporal y mejorar la salud cardiovascular en personas con sobrepeso u obesidad. Esta información podría ser crucial para mejorar la eficacia de las intervenciones nutricionales en dichas poblaciones.
Fuente: “Effects of early, late and self-selected time-restricted eating on visceral adipose tissue and cardiometabolic health in participants with overweight or obesity: a randomized controlled trial” by Manuel Dote-Montero, Antonio Clavero-Jimeno, Elisa Merchán-Ramírez, Maddi Oses, Jon Echarte, Alba Camacho-Cardenosa, Mara Concepción, Francisco J. Amaro-Gahete, Juan M. A. Alcántara, Alejandro López-Vázquez, Rocío Cupeiro, Jairo H. Migueles, Alejandro De-la-O, Patricia V. García Pérez, Victoria Contreras-Bolivar, Araceli Muñoz-Garach, Ana Zugasti, Estrella Petrina, Natalia Alvarez de Eulate, Elena Goñi, Cristina Armendariz-Brugos, Maria T. González Cejudo, Jose L. Martín-Rodríguez, Fernando Idoate, Rafael Cabeza, Almudena Carneiro-Barrera, Rafael de Cabo, Manuel Muñoz-Torres, Idoia Labayen and Jonatan R. Ruiz, 7 January 2025, Nature Medicine.
DOI: 10.1038/s41591-024-03375-y
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