El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con órdenes ejecutivas durante una ceremonia de firma en el Despacho Oval de la Casa Blanca...
21 enero 2025.- La orden del presidente Donald Trump de abandonar el Acuerdo de París era ampliamente esperada, pero la decisión de iniciar la acción horas después de su toma de posesión subrayó la seriedad de los compromisos del republicano para reformar rápidamente la política energética y climática de Estados Unidos.
"Me retiro de inmediato de la injusta y unilateral estafa del acuerdo climático de París", dijo Trump, antes de firmar una carta en la que notifica a las Naciones Unidas que Estados Unidos tiene la intención de abandonar el acuerdo. "Estados Unidos no saboteará nuestras propias industrias mientras China contamine impunemente".
La salida del pacto de reducción de emisiones es solo uno de una serie de cambios que Trump inició en su primer día de regreso a la Casa Blanca, a medida que cambia la política de Estados Unidos hacia la promoción de la producción de combustibles fósiles y la lucha contra el cambio climático. En su discurso inaugural, Trump prometió que sus acciones del lunes "pondrán fin al nuevo acuerdo verde".
La energía eólica marina se ve afectada. Trump ordenó congelar los permisos para los proyectos masivos de energía renovable. También descartó la venta de nuevos contratos de arrendamiento eólico en todas las aguas costeras del país, invocando la misma autoridad legal que sus predecesores han utilizado para frustrar la perforación petrolera en alta mar.
El petróleo y el gas recibieron un gran impulso. El presidente revocó las prohibiciones de arrendamiento de petróleo y gas en alta mar que bloqueaban efectivamente la perforación en la mayoría de las aguas costeras de Estados Unidos, como parte de una revisión radical de las políticas de combustibles fósiles. También presentó una serie de cambios destinados a impulsar el desarrollo de petróleo, gas natural y minerales críticos en Alaska.
El apoyo a los vehículos eléctricos está en peligro. Trump ordenó a su administración que considerara eliminar los subsidios y otras políticas que favorecen a los vehículos eléctricos. La directiva pide específicamente que se ponga fin a las exenciones que permiten a los estados limitar las ventas de automóviles a gasolina.
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