nutrición, salud, vida saludable, vitamina K
![]() |
Según un estudio realizado en ratones, muy poca vitamina K puede perjudicar la memoria y retardar el crecimiento de las células cerebrales. |
Un nuevo estudio de la Universidad Tufts descubre que no obtener suficiente vitamina K, presente en vegetales de hojas verdes como la espinaca y la col rizada, podría perjudicar la salud del cerebro a medida que envejecemos.
14 abril 2025.- En experimentos con ratones, una dieta deficiente en vitamina K provocó inflamación, deterioro de la memoria y una disminución en la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, una región crucial para el aprendizaje. Los investigadores aún no recomiendan suplementos, pero sí recomiendan firmemente consumir más verduras para mantener la agudeza mental en la vejez.
Explorando el vínculo entre la vitamina K y la salud cerebral
Los científicos continúan explorando cómo la nutrición impacta la salud del cerebro a medida que envejecemos, y un nuevo estudio del Centro de Investigación en Nutrición Humana sobre el Envejecimiento Jean Mayer USDA (HNRCA) en la Universidad de Tufts señala un papel importante de la vitamina K. La investigación sugiere que no obtener suficiente vitamina K puede afectar negativamente la función cognitiva a medida que las personas envejecen.
El estudio, realizado en ratones de mediana edad, encontró que los niveles bajos de vitamina K estaban relacionados con una mayor inflamación y una reducción del crecimiento de nuevas células cerebrales en el hipocampo, una región del cerebro involucrada en el aprendizaje y la memoria y conocida por su capacidad para generar nuevas neuronas.
Mientras los científicos buscan desentrañar las intrincadas conexiones potenciales entre la nutrición y el envejecimiento cerebral, un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Tufts arroja luz sobre cómo el consumo insuficiente de vitamina K puede afectar negativamente la cognición a medida que las personas envejecen. Crédito: Jake Belcher/Universidad de TuftsEl papel más amplio de la vitamina K en el organismo
La vitamina K, presente en vegetales de hoja verde como las coles de Bruselas, el brócoli, los guisantes, la col rizada y las espinacas, ya es conocida por su papel en la coagulación sanguínea. Según la autora principal, Sarah Booth, directora del HNRCA y profesora de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la Universidad de Tufts, investigaciones anteriores también han sugerido que la vitamina K podría favorecer la salud cardiovascular y articular. Este nuevo estudio refuerza la creciente evidencia de que también podría beneficiar al cerebro.
“También existen investigaciones que indican que la vitamina K contribuye a la función cerebral y que esta se deteriora durante el proceso de envejecimiento”, afirma Tong Zheng, autor principal del estudio e investigador del HNRCA. “La vitamina K parece tener un efecto protector. Nuestra investigación busca comprender el mecanismo subyacente de dicho efecto, para que algún día podamos abordarlos específicamente”.
El aprendizaje y la memoria se ven afectados
En la nueva investigación, publicada en el Journal of Nutrition , los investigadores llevaron a cabo una intervención dietética de seis meses para comparar el rendimiento cognitivo de ratones alimentados con una dieta baja en vitamina K y aquellos que recibieron una dieta estándar.
El equipo de investigación se centró en la menaquinona-4, una forma de vitamina K prevalente en el tejido cerebral, y halló niveles significativamente más bajos de este nutriente en el cerebro de los ratones con deficiencia de vitamina K. Esta deficiencia se asocia con un deterioro cognitivo notable, medido en una serie de pruebas conductuales diseñadas para evaluar el aprendizaje y la memoria.
El deterioro cognitivo está vinculado a la deficiencia de vitamina K
En una de estas pruebas, la prueba de reconocimiento de objetos novedosos, los ratones con deficiencia de vitamina K mostraron una capacidad reducida para distinguir entre objetos familiares y nuevos, un claro indicio de deterioro de la memoria. En una segunda prueba, para medir el aprendizaje espacial, se les pidió a los ratones que aprendieran la ubicación de una plataforma oculta en un estanque. Los ratones con deficiencia de vitamina K tardaron considerablemente más en aprender la tarea en comparación con sus contrapartes con niveles adecuados de vitamina K.
Cuando los investigadores examinaron el tejido cerebral de los ratones, encontraron cambios significativos en el hipocampo, una región cerebral crucial para el aprendizaje y la memoria. En concreto, observaron una reducción en el número de células proliferantes en el giro dentado del hipocampo en los ratones con deficiencia de vitamina K. Esta disminución se tradujo en una menor generación de neuronas inmaduras, un proceso conocido como neurogénesis. «Se cree que la neurogénesis desempeña un papel fundamental en el aprendizaje y la memoria, y su deterioro podría contribuir directamente al deterioro cognitivo observado en el estudio», afirma Zheng.
La inflamación cerebral agrava el daño
Añadiendo otra capa de complejidad, los investigadores también encontraron evidencia de una mayor neuroinflamación en los cerebros de los ratones deficientes en vitamina K.
“Encontramos una mayor cantidad de microglía activada, que son las principales células inmunitarias del cerebro”, afirma Zheng. Si bien la microglía desempeña un papel vital en el mantenimiento de la salud cerebral, su sobreactivación puede provocar inflamación crónica, que se reconoce cada vez más como un factor clave en el deterioro cognitivo relacionado con la edad y las enfermedades neurodegenerativas.
La verdadera moraleja: la dieta sigue siendo la reina supremaTanto Booth como Zheng enfatizan que su investigación no significa que las personas deban apresurarse a comenzar a tomar suplementos de vitamina K.
«La gente necesita llevar una dieta saludable», dice Booth. «Necesitan comer verduras».
Booth señaló que el equipo de Tufts trabaja en estrecha colaboración con el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, y que el equipo de Rush realiza estudios de observación en humanos sobre la salud cerebral y la cognición, mientras que Tufts se centra en modelos para estudiar mecanismos específicos.
“Sabemos que una dieta saludable funciona, y que las personas que no la siguen no viven tanto ni tienen un buen rendimiento cognitivo”, afirma Booth. “Al combinar estudios con animales y humanos, podemos mejorar la salud cerebral a largo plazo identificando y actuando sobre mecanismos específicos”.
Referencia: “Low Vitamin K Intake Impairs Cognition, Neurogenesis, and Elevates Neuroinflammation in C57BL/6 Mice” by Tong Zheng, Shannon Marschall, Jasper Weinberg, Xueyan Fu, Andrew Tarr, Barbara Shukitt-Hale and Sarah L Booth, 28 January 2025, The Journal of Nutrition. DOI: 10.1016/j.tjnut.2025.01.023
COMENTARIOS