hidrógeno, unión europea
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La Comisión Europea, alentada por las empresas de combustibles fósiles, está promoviendo un plan para poner la exportación de hidrógeno a Europa en el centro de la recuperación de la posguerra de Ucrania.
17 agosto 2022.- El hidrógeno se extrae del gas fósil y se utiliza en procesos industriales y de refino de petróleo. Tiene una enorme huella de carbono, ya que el carbono sobrante se libera en el aire.
Los cabilderos del hidrógeno dicen que en el futuro el gas será azul (con el carbono sobrante capturado y almacenado) o verde (hecho por electrólisis, pasando una corriente eléctrica a través del agua). Pero incluso el hidrógeno verde, el único tipo libre de carbono, consume enormes cantidades de electricidad renovable. Los planes para exportar hidrógeno desde Ucrania, que necesitará esa electricidad limpia en las próximas décadas, son poco más que especulaciones cínicas en tiempos de guerra.
El hidrógeno puede usarse en el futuro en sectores industriales que son difíciles de descarbonizar, como la fabricación de acero, la producción de fertilizantes y el transporte de larga distancia. Pero la imagen que pintan los cabilderos, de su uso generalizado para la calefacción residencial y el transporte urbano, es peligrosamente contraproducente.
Socava las políticas climáticas efectivas en interés de las empresas de combustibles fósiles, que ven el hidrógeno como una estrategia de supervivencia, porque puede fabricarse a partir de gas y utiliza infraestructuras y tecnologías similares.
De dónde vino el plan
La política de descarbonización Fit for 55 de la Comisión Europea , publicada en 2021, presentó un plan para generar hidrógeno verde a partir de miles de celdas electrolíticas en Ucrania y el norte de África, y exportarlo a países europeos. Esta idea surgió de un plan propuesto por Hydrogen Europe, un grupo de cabildeo de la industria, el año anterior.
La invasión rusa de Ucrania en febrero, lejos de ofrecer una pausa para pensar en sumergir recursos en una tecnología especulativa, aceleró el plan de importación de hidrógeno. En mayo, la Comisión Europea publicó sus propuestas de política energética RePowerEU , que se centraban en reducir la dependencia de las importaciones energéticas rusas. Sus objetivos para expandir el uso de hidrógeno para 2030 se habían multiplicado casi por cuatro, aunque hay formas mucho mejores de reducir la dependencia de las importaciones rusas.
En respuesta, European Hydrogen Backbone, un grupo de cabildeo respaldado por empresas de transporte de gas, ofreció una red de transporte de hidrógeno, lista para 2040 y compatible con los planes RePowerEU, por 80-143 mil millones de euros (81-145 mil millones de dólares). El beneficio adicional para las compañías de gas es obvio: reutilizar sus tuberías para un nuevo combustible.
Bruselas ahora está negociando una “asociación estratégica” con Ucrania sobre hidrógeno y biometano. Y un estudio vinculado, respaldado por el gobierno alemán, respalda la propuesta de Hydrogen Europe de 8 GW de capacidad de generación eólica y solar en Ucrania, un poco más que el total actual, para la producción de hidrógeno en 2030.
En la Conferencia de Recuperación de Ucrania en Lugano el mes pasado, el gobierno ucraniano presentó un plan de reconstrucción de posguerra, en el que el hidrógeno es la mayor inversión en energía. De los $ 114 mil millones propuestos para la transición energética, el hidrógeno ocupa $ 40 mil millones para la generación de electricidad y la infraestructura de transporte, y $ 7 mil millones para las celdas electrolíticas que enviarían corriente eléctrica a través del agua para producir hidrógeno. A las energías renovables para las propias necesidades de electricidad de Ucrania se les asignan $ 15 mil millones, la producción de gas $ 18 mil millones y la industria nuclear $ 14 mil millones.
La sociedad civil reaccionó con alarma ante estas propuestas. El gobierno ucraniano tiene "expectativas injustificadas" para la exportación de hidrógeno, dijo el grupo de campaña ecologista Ecoaction.
En lugar de usar electricidad renovable para exportar hidrógeno, sería "mucho más conveniente" ponerlo en la red ucraniana, para reducir la capacidad de generación de carbón, gas y nuclear.
Cinco razones para parar
Hay cinco razones por las que el plan de exportación de hidrógeno debería descartarse.
Primero, Ucrania debería, lo más rápido posible, aumentar la generación de electricidad renovable, como propone Ecoaction.
Cuanto más rápido lleguen las energías renovables a dominar el suministro de energía de Ucrania, más efectiva y socialmente justa será la transición necesaria para alejarse del carbón en las áreas mineras devastadas por el ejército ruso; y cuanto antes Ucrania pueda dejar de importar gas. Desde 2016, Ucrania ha importado gas en su frontera occidental, en lugar de directamente de Rusia, pero sigue siendo casi todo de origen ruso. Este gas llega a través de países como Polonia, Austria y Alemania, pero fue producido en Rusia.
Los 8 GW de capacidad renovable que Hydrogen Europe quiere usar para la exportación de hidrógeno podrían, en cambio, suministrar bombas de calor para calentar millones de hogares ucranianos que ahora dependen de calderas o sistemas de calefacción de distrito obsoletos que queman gas o carbón. Y Ucrania necesitará muchas veces esa cantidad de energías renovables en las próximas décadas para descarbonizar completamente su sistema energético.
La otra prioridad crucial para la política energética de Ucrania es la conservación. La infraestructura urbana que data de las décadas de 1960 y 1970 debe renovarse o reemplazarse. Las casas que pierden calor deben aislarse. Los sistemas de calefacción de distrito, y las plantas combinadas de calor y energía que los abastecen, necesitan desesperadamente ser renovados con bombas de calor eléctricas, como mostró un informe reciente del grupo de investigación Low Carbon Ucrania.
El plan de recuperación del gobierno incluye la impresionante cantidad de $59 mil millones para eficiencia energética residencial, $11 mil millones para calefacción urbana y $18 mil millones para bombas de calor. Esto es bueno. Pero la entrega es un desafío gigantesco: los planes anteriores fracasaron debido a la falta de recursos humanos y voluntad política. Desviar esos hacia el fantasioso plan de exportación de hidrógeno es menos de lo que merece una Ucrania devastada por la guerra.
En segundo lugar, si Ucrania decide usar energía renovable sobrante para producir hidrógeno verde, se debe examinar la posibilidad de usar eso en lugar de hidrógeno gris, producido a partir de gas, con una huella de carbono gigantesca, para el sector industrial del país. La mayor parte de este hidrógeno gris se utiliza para producir fertilizantes en plantas propiedad de Group DF, un holding controlado por el oligarca [ucraniano] Dmytro Firtash.
Ucrania produce 1,1 millones de toneladas de hidrógeno gris al año, según una investigación encargada por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas. Esta producción probablemente representa alrededor del 4% de las emisiones de dióxido de carbono de Ucrania.
En tercer lugar, al obtener la electricidad producida de forma renovable que Ucrania necesita desesperadamente, la UE reforzaría las relaciones económicas neocoloniales. La propuesta de importación de hidrógeno abarca Marruecos, Argelia y Egipto, además de Ucrania, y perpetuaría un “modelo energético neocolonial basado en la explotación de los países del Sur Global”, ha advertido el Corporate Europe Observatory. Las necesidades económicas y energéticas de los países exportadores estarían, en efecto, subordinadas a un negocio exportador que sirva a la industria del gas y a los países europeos más ricos.
Investigadores de energía en Alemania , el principal importador potencial, han señalado la Estrategia Nacional de Hidrógeno del país, que establece que el comercio de gas no debe “impedir el suministro de energía renovable, que es inadecuado en muchos casos, en los países en desarrollo”. Si se aplicara ese principio, el esquema ucraniano se detendría mañana.
En cuarto lugar, las empresas de combustibles fósiles concibieron el plan europeo de importación para crear un mercado de hidrógeno donde no se necesite, principalmente para la calefacción residencial. Como señala Jan Rosenow, investigador principal de energía en el Proyecto de asistencia regulatoria , los representantes de la industria del gas presentan el hidrógeno a los políticos como una "opción de bajo costo y sin interrupciones", respaldada por afirmaciones "exageradas" de que las alternativas limpias son demasiado costosas y perjudiciales.
El uso de energías renovables para alimentar bombas de calor es cinco veces más eficiente y más barato, según un estudio del Comité de Cambio Climático del Reino Unido. El hidrógeno solo tiene sentido para el respaldo de invierno en sistemas híbridos. Se está impulsando a expensas de una política climática racional.
En quinto lugar, la inversión de la UE en la importación de hidrógeno no beneficiaría ni a los ucranianos ni a la transición verde, pero ayudaría a las empresas de combustibles fósiles y quizás a las nucleares. Durante los próximos 20 años, señala la Agencia Alemana de Energía , es poco probable que haya disponible una infraestructura de transporte dedicada al hidrógeno. Cualquier hidrógeno producido en Ucrania probablemente se mezclaría con gas.
Las empresas europeas de transporte de gas están trabajando para lograr una mezcla gas-hidrógeno en la que el hidrógeno sea el 10% del volumen. Las oportunidades para el lavado verde de esta mezcla serían suntuosas, mientras que los recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero serían casi nulos.
Otra posibilidad que preocupa a los ecologistas ucranianos es que la electrólisis del hidrógeno verde sea alimentada por la importante capacidad de energía nuclear del país, en lugar de la eólica o la solar, otro salvavidas para una industria que necesita contraerse.
Si la Comisión Europea y la industria de los combustibles fósiles gastan miles de millones de euros en la problemática tecnología del hidrógeno, inevitablemente será a expensas de la conservación de la energía y las energías renovables, las verdaderas prioridades de descarbonización.
Fuente: Simon Pirani (Open Democracy)
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