ANIMALES. Las aves migran a lo largo de rutas ancestrales

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03 septiembre 2022.- Aunque todavía apuramos los últimos días para disfrutar de un clima de playa, miles de millones de aves han comenzado a volar en uno de los grandes espectáculos de la naturaleza: la migración otoñal. Las aves vuelan hacia el sur desde el norte de EE.UU. y Canadá hasta las áreas de invernada en el sur de EE.UU., el Caribe y América Latina, a veces cubriendo miles de millas. Otras aves abandonan la zona templada de Eurasia hacia África, Asia tropical o Australia.

Las plumas aparecieron por primera vez no en las aves sino en los dinosaurios mucho antes de que las aves evolucionaran; incluso algunos primeros tiranosaurios las lucían. Las plumas de dinosaurio probablemente se usaron para aislamiento o exhibición. Plumas más complejas especializadas para el vuelo llevaron a las aves -el único linaje de dinosaurios restante- a nuevas alturas.

Usando registros de observación y datos recopilados a través del anillado de aves , los ornitólogos del siglo XX mapearon aproximadamente las rutas migratorias generales y el tiempo para la mayoría de las especies migratorias. Más tarde, utilizando radares en aeropuertos y estaciones meteorológicas, descubrieron cómo el clima y otros factores afectan la migración de las aves y la altura a la que vuelan.

En 1918, el Congreso Norteamericano aprobó la Ley del Tratado de Aves Migratorias para proteger a las aves de los asesinatos indiscriminados. Para celebrar el centenario, la Sociedad Nacional Audubon, BirdLife International y el Cornell Lab of Ornithology han declarado 2018 como el Año de las Aves. 

Hoy en día, los avances tecnológicos brindan nuevos conocimientos sobre la migración de las aves y muestran que es más complejo y maravilloso de lo que los científicos jamás imaginaron. Estas tecnologías nuevas y en constante mejora son ayudas clave para proteger a las aves migratorias frente a la pérdida de hábitat y otras amenazas .

GRULLAS CANADIENSES, SANTUARIO ROWE, NEBRASKA. Entre mediados de febrero y mediados de abril, medio millón de estas aves se congregan a lo largo del río Platte. Exhaustas tras su llegada desde México y el sur de Estados Unidos, aquí engordan para después migrar a sus áreas de nidificación subárticas y árticas. Fuente: AUDUBON’S ROWE SANCTUARY

Observación de aves a través de las fronteras

El poder de Internet ha ayudado en gran medida a la investigación de las aves migratorias. Usando la popular red eBird , los observadores de aves de todo el mundo pueden cargar los avistamientos en una base de datos central , creando un registro en tiempo real del flujo y reflujo de la migración. Los ornitólogos también han aprendido a utilizar NEXRAD , una red nacional de radares meteorológicos Doppler, para visualizar las aves que migran por el continente norteamericano .

Ahora, los científicos están configurando una red global de estaciones receptoras llamada Motus Network, que actualmente tiene 1500 receptores en 31 países. Cada receptor registra constantemente la presencia de cualquier pájaro u otro animal dentro de un radio de nueve millas (15 kilómetros) que los científicos han equipado con transmisores de radio pequeños y livianos, y comparte los datos en línea. La red será cada vez más útil para comprender la migración de las aves a medida que más estaciones receptoras se activen a lo largo de las rutas de migración.

ALCATRACES ATLÁNTICOS, BASS ROCK, ESCOCIA. En la época de cria, 150.000 alcatraces atlánticos abarrotan esta isla del estuario de Forth. En invierno estas aves migran hacia el sur y llegan hasta el África occidental. Fuente:  THE DALRYMPLE FAMILY AND THE SCOTTISH SEABIRD CENTRE

Seguimiento de aves individuales vía satélite

Tres nuevas tecnologías están ampliando rápidamente lo que sabemos sobre la migración de las aves. El primero es la telemetría satelital del movimiento de las aves. Los investigadores colocan en las aves pequeños transmisores alimentados por energía solar, que envían datos sobre la ubicación de las aves a un satélite y luego a la computadora de la oficina de un científico. El científico puede saber dónde está un pájaro, la ruta que tomó para llegar allí y qué tan rápido viaja.

Por ejemplo, la aguja colibarda , un ave playera del tamaño de una paloma, se reproduce en Alaska y luego migra a Nueva Zelanda. Los transmisores de satélite muestran que las agachadizas a menudo vuelan sin escalas desde Alaska a Nueva Zelanda. Recientemente, un agachadiza estableció el récord del vuelo sin escalas más largo de un ave terrestre: 8.100 millas (13.000 kilómetros) en 10 días, desde Alaska hasta Australia .

Las aves terrestres son capaces de volar cientos de kilómetros sobre mar abierto. Nourani et al. muestran que las trayectorias de migración otoñal de algunas de estas aves se corresponden con la elevación sobre la superficie del mar. Una elevación adecuada significa menos resistencia, lo que hace que cruzar el mar sea menos exigente en términos energéticos. Además, una fuerte elevación puede permitir que las aves se eleven. Fuente: Elham Nourani / Instituto Max Planck de Comportamiento Animal

Los estudios de telemetría satelital muestran cuánto varían las aves individuales, incluso aquellas del mismo lugar de reproducción, en su comportamiento migratorio. Las diferencias individuales en el comportamiento migratorio probablemente se deban a diferencias en la condición física, el aprendizaje, la experiencia y las preferencias personales.

Otra ave playera, el zarapito trinador , también hace un viaje fenomenalmente largo sobre el océano. La telemetría satelital ha demostrado que algunos zarapitos viajan desde el noroeste de Canadá, a través del continente norteamericano hasta la costa este de Canadá, luego parten sobre el Océano Atlántico en un vuelo sin escalas de 3,400 millas (5,400 kilómetros) durante seis días hasta la costa de Brasil. En total, podrán recorrer 6.800 millas (11.000 kilómetros) .

Lamentablemente, los cazadores matan a algunas de estas aves cuando aterrizan para descansar en las islas de las Antillas Menores . El desafortunado destino de dos zarapitos rastreados por satélite ha catalizado una campaña para endurecer las regulaciones sobre la caza de aves playeras en el Caribe .

Una bandada de ánsares nivales inunda el cielo del refugio del Bosque del Apache, en Nuevo México. Esta especie llegó a estar casi extinguida, pero hoy sus poblaciones son tan numerosas que están deteriorando las zonas de cría y amenazan a otras especies. Llegan en el mes de noviembre desde el norte de Canadá y pasan unos tres meses en la zona. A finales de febrero la mayoría ya habrá partido hacia sus áreas de cría. Fuente: DONALD JESKE, NATIONAL GEOGRAPHIC CREATIVE.

Geoetiquetado de pájaros pequeños

Muchas aves son demasiado pequeñas para llevar un transmisor satelital. Dado el esfuerzo energético requerido para la migración, un dispositivo debe pesar menos del 5 % del peso corporal de un ave, y muchos pájaros cantores migratorios pesan menos de 20 gramos.

Una solución ingeniosa para las aves pequeñas es una etiqueta geolocalizadora o geologger , un pequeño dispositivo que simplemente registra la hora, la ubicación y la presencia o ausencia de luz solar . Los científicos conocen el momento de la salida y la puesta del sol en una fecha determinada, por lo que pueden calcular la ubicación de un ave en esa fecha con una precisión de unos 200 kilómetros (125 millas).

Un banderín pintado equipado con un registrador de datos de geolocalización solar de 0,7 gramos. Jeffrey F. Kelly , CC BY-ND

Las aves que llevan geologgers deben ser recapturadas para descargar los datos. Eso significa que el ave debe sobrevivir a un viaje de ida y vuelta de migración y regresar al mismo lugar donde fue capturada y etiquetada por primera vez. Sorprendentemente, muchas aves pequeñas etiquetadas con geologger lo hacen.

Los geógrafos han demostrado que las currucas de Blackpoll , pequeños pájaros cantores que se reproducen en los bosques boreales de América del Norte, vuelan largas distancias sobre el Atlántico en otoño, en dirección a la cuenca del Amazonas. Las aves que se reproducen en el este de América del Norte se dirigen al Atlántico en el Canadá marítimo o el noreste de los EE.UU. y realizan un vuelo de 60 horas, sin escalas, de 1500 millas (2500 kilómetros) hasta las Antillas Mayores. Allí descansan y se recuperan, luego continúan a través del Caribe hasta América del Sur.

Un halcón de Eleonora volando frente al islote de Alegranza en el Océano Atlántico. A pesar de ser poderosos voladores, Nourani et al. muestran que los halcones son muy selectivos de los vientos de apoyo durante la migración transoceánica. Fuente: Wouter Vansteelant

Los pollitos negros que se reproducen en Alaska vuelan a través del continente norteamericano antes de dejar la costa atlántica y volar a Sudamérica . En total, recorren 6.600 millas (10.700 kilómetros) durante 60 días.

Aún más sorprendente, los geógrafos muestran que otro pequeño pájaro cantor, la collalba del norte , migra desde América del Norte al África subsahariana. Las collalbas que se reproducen en Alaska vuelan 14.600 kilómetros (9.100 millas) a través de Asia hasta el este de África, y tardan tres meses en hacerlo. Aquellos que se reproducen en el este de Canadá viajan 4600 millas (7400 kilómetros) a través del Atlántico hasta Europa y luego a África occidental, incluido un vuelo sin escalas de cuatro días sobre el agua de 2100 millas (3400 kilómetros).

Grabación de las llamadas de migración nocturna de las aves

La mayoría de las aves migran de noche, y muchas dan un "chit", "zeep" específico de la especie u otra nota de llamada durante el vuelo. Las llamadas pueden servir para mantener juntas a las bandadas migratorias, incluidas diferentes especies que se dirigen al mismo destino .

Los ornitólogos están utilizando grabaciones acústicas pasivas automatizadas para estudiar estas llamadas nocturnas e identificar las especies o el grupo de especies relacionadas que emiten cada sonido. La tecnología es un micrófono dirigido al cielo, conectado a una computadora que registra continuamente el flujo de sonido y cuenta con la ayuda de un software de reconocimiento de sonido. A veces revela migrantes por encima de la cabeza que rara vez se ven en el suelo.

Muchos observadores de aves ahora están construyendo unidades de grabación caseras para identificar las aves que vuelan sobre sus hogares durante la migración.

En las últimas décadas se está comprobando cómo muchas especies han ido cambiando su comportamiento migrador y parte de la población de algunas de ellas acorta sus movimientos y no cruzan a África (cada vez es mayor el número de cigüeñas blancas, cigüeñas negras, aguilillas calzadas, etc. que pasan el invierno en la costa mediterránea o en el curso bajo del río Guadalquivir).

Los movimientos migratorios se dividen en etapas ya que suelen durar varios días o incluso semanas. Por ello, las aves deben parar a descansar y alimentarse en puntos adecuados que se denominan áreas de reposo o de sedimentación y que resultan muy importantes para que el viaje llegue a buen término. Existen numerosas estrategias de migración que dependen de la especie, la latitud donde se reproducen, las diversas condiciones meteorológicas, anuales, la distribución histórica de la especie y un largo etcétera.

El monitoreo por radar indica que la cantidad de aves migratorias está disminuyendo. Probablemente haya múltiples causas, pero la pérdida de hábitat es seguramente el principal culpable.

La telemetría satelital y los georegistradores muestran que hay sitios de escala especiales a lo largo de las rutas migratorias donde los migrantes descansan y se recargan. Los expertos en conservación están ampliamente de acuerdo en que para proteger a las aves migratorias, es fundamental conservar estos sitios .

Las medidas de conservación efectivas requieren saber dónde y cómo migran las aves, y qué peligros enfrentan durante la migración. Los ornitólogos, utilizando estas nuevas tecnologías, están aprendiendo cosas que esperamos ayuden a detener y revertir la disminución global de las aves migratorias .

Las rutas migratorias son caminos que las aves han recorrido durante siglos. Los científicos están trabajando para comprender mejor cómo las aves usan estas rutas.

Programa Migra

El Programa Migra, puesto en marcha en 2011 por SEO/BirdLife con la colaboración de la Fundación Iberdrola España, incorpora las últimas tecnologías en sistemas de geolocalización y seguimiento remoto para conocer con mayor detalle los movimientos de las aves dentro y fuera de nuestro país. 

Gracias a esta iniciativa se pueden conocer las fechas de inicio y fin de sus migraciones, los lugares de parada y puntos de alimentación, el tiempo que tardan en realizar esos viajes, si se repiten en la migración primaveral y otoñal, las principales áreas de invernada y dispersión, o si las rutas son iguales año tras año. La Fundación Iberdrola España colabora con este programa en el marco de su actividad en apoyo de la biodiversidad, una de sus principales áreas de actuación. 

Actualmente el programa Migra cuenta con 1.318 aves marcadas con diferentes dispositivos de 36 especies distintas. Además, el programa cuenta con más de 350 colaboradores y 60 entidades colaboradoras en España y en el extranjero. 

Principales rutas migratorias de las aves en Europa