coches eléctricos, contaminación, neumáticos, emisiones neumáticos
Al conducir, los neumáticos emiten partículas contaminante. Y los vehículos eléctricos empeoran el problema.
03 septiembre 2022.- Tire Collective aún no tiene un nombre para su dispositivo. Hanson Cheng, uno de los tres cofundadores de la startup con sede en Londres, lo llama "caja". Construida para acoplarse al volante de un automóvil, camión, furgoneta o autobús, está diseñada para capturar las emisiones de una fuente que a menudo se pasa por alto: los neumáticos.
Todos los vehículos arrojan pequeños fragmentos de sus llantas a medida que ruedan, pero "donde el caucho se encuentra con la carretera" es un nombre poco apropiado: las llantas de la mayoría de los vehículos de pasajeros contienen poco caucho natural. En decir, están hechos de un guiso de productos petroquímicos, cuyas partículas finalmente terminan en el suelo, el aire, las vías fluviales y los océanos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que las llantas son la segunda fuente principal de contaminación por microplásticos en los océanos, y un estudio de 2017 encontró un promedio mundial per cápita de 0,81 kilogramos en emisiones de llantas por año, que van desde 0,23 kg por año en India hasta 4,7 kg en los EE.UU. Eso puede parecer menor en comparación con los cerca de 125 kilos de desechos plásticos que el ciudadano promedio genera cada año. Pero los microplásticos son pequeños por definición y una fuente insidiosa de toxinas que los investigadores apenas comienzan a comprender.
Cambiar a vehículos eléctricos ayuda a reducir las emisiones de carbono, incluso después de tener en cuenta la fabricación y la carga de las baterías, pero en realidad exacerba el problema de las emisiones de los neumáticos. Por lo general, los vehículos eléctricos pesan más y aceleran más rápido que sus contrapartes que queman gasolina, lo que aumenta el desgaste de los neumáticos. La transición a los vehículos eléctricos también hará que la flota de automóviles del mundo siga creciendo hasta casi 2040, mucho después del pico de automóviles que queman gasolina que se espera para los próximos dos años, según BloombergNEF, un grupo de investigación de energía limpia.
La mayoría de estos vehículos eléctricos son grandes y pesados, por lo que es perfectamente intuitivo que desgastarán los neumáticos más rápido. Los resultados de recientes pruebas en carretera muestran que, en condiciones normales de conducción, un coche de gasolina pierde unos 73 miligramos por kilómetro de cuatro neumáticos nuevos. Un eléctrico comparable arroja 15 miligramos adicionales por kilómetro, o alrededor de un 20% más.
Durante décadas, las emisiones del tubo de escape, tanto los gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global como las partículas que causan la contaminación del aire, han eclipsado el problema de los neumáticos. Eso significa que los investigadores solo están comenzando a catalogar lo que hay incluso en las emisiones de los neumáticos. En los diferentes neumáticos que estudió Emissions Analytics, encontró un promedio de más de 400 compuestos orgánicos, la mayoría no identificados por lo que se hace difícil comprender cuál puede ser o no la toxicidad asociada.
Un estudio de campo deja claro lo que está en juego. En 2020, los investigadores en el estado de Washington resolvieron un misterio de décadas de por qué la escorrentía de las tormentas estaba causando muertes masivas de salmón "coho": 6PPD, un conservante comúnmente utilizado en los neumáticos de los automóviles. Cuando se expone al sol y al aire, el 6PPD se transforma en un químico llamado 6PPD-quinona, que resulta ser altamente tóxico para el salmón "coho", lo que hace que gire en círculos, jadee en la superficie y luego muera en cuestión de horas.
Ese descubrimiento desalentador puso en marcha una búsqueda de alternativas de 6PPD que puedan ayudar a evitar que los neumáticos se descompongan con los elementos sin matar a los salmones u otros peces. En mayo pasado, el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas (DTSC) de California anunció planes para agregar llantas que contienen 6PPD a su lista de productos peligrosos, una medida que obligaría a los fabricantes a evaluar alternativas más seguras. Pero no hay garantía de que la industria pueda encontrar un sustituto viable. "[Ellos] ni siquiera sabían que existía la quinona 6PPD hasta que los investigadores de Washington la encontraron", dice Anne Cooper Doherty, jefa de evaluación química y de productos del DTSC, y agrega que podrían pasar años antes de que los neumáticos libres de 6PPD lleguen al mercado. mercado.
Por ahora, los conductores pueden mitigar las emisiones de sus neumáticos conduciendo con cuidado. Los motores eléctricos son excelentes para proporcionar un par instantáneo en el volante, lo que permite una aceleración ultrarrápida que también es dura para los neumáticos. Por otro lado, los vehículos eléctricos permiten el frenado regenerativo (hacer funcionar el motor en reversa para crear resistencia), que es una forma suave de desacelerar. Los conductores de vehículos eléctricos que desean minimizar las emisiones de sus neumáticos, y compensar las emisiones adicionales asociadas con el peso de la batería, deben pisar el acelerador con cuidado y aplicar el frenado regenerativo.
Cuando se trata de comprar llantas, los consumidores tienen menos control e información limitada. Una nueva regla en la UE exige etiquetar los neumáticos por índice de desgaste, pero no puede entrar en vigencia hasta que los reguladores identifiquen un método estándar de medición. En los EE.UU., la Administración Nacional de Seguridad del Transporte en las Carreteras incluye una puntuación de desgaste para sus clasificaciones de llantas (cuanto mayor sea el número, más lento será el desgaste), pero dice poco sobre lo que hay en las llantas. Como regla general, los neumáticos más baratos son los más tóxicos.
Volviendo a Tire Collective, el objetivo es reducir las emisiones de los neumáticos al interceptarlas en la fuente: la "caja" utiliza placas electrostáticas para atraer las partículas de los neumáticos, que se cargan por la fricción en la carretera. La compañía, fundada en 2020, surgió de un proyecto conjunto de cuatro estudiantes graduados en el programa de Ingeniería de Diseño de Innovación en el Royal College of Art y el Imperial College London. A principios de este año, su dispositivo fue uno de los cuatro ganadores de los premios Terra Carta Design Lab otorgados por innovaciones que abordan la crisis climática.
En el laboratorio, el dispositivo de Tire Collective extrajo el 60 % de las emisiones en el aire, pero la implementación en el mundo real está resultando más desafiante. Actualmente, la compañía está probando un prototipo en un par de furgonetas de reparto donde hasta ahora está acumulando alrededor de una quinta parte de las emisiones.
El plan de Tire Collective es comenzar a adaptar los dispositivos en las flotas de autobuses y de entrega y, eventualmente, que los fabricantes de vehículos eléctricos integren la tecnología en sus automóviles, haciendo por las emisiones de los neumáticos lo que el convertidor catalítico hizo por el tubo de escape. Los cartuchos llenos de las emisiones desde las llantas podrían luego vaciarse en los puntos de recogida como parte del servicio de rutina del vehículo y reutilizarse en llantas nuevas, suelas de zapatos y otros productos.
Es necesario crear un circuito circular alrededor de estos desechos. De lo contrario, haremos todo este esfuerzo por capturarlo para después devolverlos a los vertederos.
Fuente: Bloomberg Green
COMENTARIOS