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05 septiembre 2022.- De todos es bien conocido que uno de los factores que frena la compra de vehículos eléctricos es su elevado coste en comparación con los impulsados por combustibles fósiles (gas, gasolina o gasóleo).
Para aquellos que viven en zonas elevadas donde los iPhone se congelan en invierno, existen otras excusas para apegarse a los consumidores de gasolina. Entre ellos se incluyen el efecto del frío en la autonomía y el tiempo de carga de los coches eléctricos.
Quizás no sea casualidad que el estado norteamericano de California, un estado donde la mayoría de los conductores rara vez ven heladas, anunciara el mes pasado que detendría las ventas de coches nuevos a gasolina para 2035. Es probable que le sigan otros países o regiones templadas del planeta, pero no muchos en áreas elevadas, como ambas mesetas del interior de España.
Consumer Reports, dijo en agosto pasado que "el clima frío reduce aproximadamente el 25 por ciento del alcance cuando se viaja a 120 km/h". En viajes cortos en clima frío, con paradas frecuentes y recalentamiento del interior, la autonomía se reduce en un 50 por ciento.
Un informe sobre la realidad en Noruega, encontró que los vehículos eléctricos pierden un 20 por ciento de alcance y se cargan más lentamente en el frío. Pero dado que no hay escasez de coches eléctricos en Noruega (los vehículos eléctricos enchufables representaron el 91,9 por ciento de las ventas de autos nuevos allí en marzo), esta no puede ser la última palabra sobre el efecto del invierno en los vehículos eléctricos.
ZoZoGo, una consultora mundial de vehículos eléctricos, dice que los vehículos eléctricos más baratos, con un alcance mucho más corto, son una historia diferente. El Nissan Leaf, por ejemplo, tiene un alcance de 240 kilómetros y un coste estimado de unos $27,800. El fabricante de automóviles reconoce que el frío afecta el alcance, aunque el uso de un bomba de calor para calentar la batería, que viene de serie en algunos modelos Leaf, hace que la carga sea más rápida.
El punto óptimo del nivel de carga está entre el 20 y el 80 por ciento de carga y la mayoría de los fabricantes de automóviles recomiendan esto para preservar la vida útil de la batería a largo plazo. Eso significa que cortas el 20 por ciento del rango en la parte superior y el 20 por ciento en la parte inferior, y eso cae aún más en días fríos. Por ello, en la actualidad, se puede ir al trabajo en un coche eléctrico, pero el cómo volver a casa se hace un poco estresante.
La infraestructura de carga es escasa y los conductores a menudo encuentran que los puntos de carga no funcionan o incluso están "vandalizados".
Mientras más alcance, más se caro es el vehículo. El coste es el obstáculo número uno y que aunque la ansiedad por la autonomía está disminuyendo, en parte porque el rendimiento del vehículo está mejorando, existen incertidumbres sobre la infraestructura de carga y las ayudas fiscales a la compra.
"La industria automotriz se construyó sobre la base del Modelo T, no del Cadillac", dice Matt DeLorenzo, autor de How to Buy an Affordable Electric Car: A Tightwad's Guide to EV Ownership , con el Modelo T de mercado masivo de Ford que significa asequibilidad y la Cadillac de lujo. “Hasta que tengamos más vehículos eléctricos al precio promedio de los vehículos convencionales”, no se producirá un cambio importante hacia los vehículos eléctricos, dice.
General Motors asegura que ya cuenta con tecnologías, incluido el uso de bombas de calor, que reducen el impacto del clima frío en sus modelos más asequibles, como el Chevrolet Bolt EV y el próximo Equinox EV.
Pero parece que mi mejor apuesta será exprimir algunos años más mi actual coche diésel de más de 100.000 kilómetros. Solo tengo que esperar que el futuro llegue pronto, que los precios de los vehículos eléctricos bajen lo suficiente y que la autonomía crezca lo suficiente como para satisfacer incluso a un comprador medio en invierno.
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