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16 octubre 2022.- Para algunos banqueros, el Cero Neto es como una resolución de Año Nuevo: una promesa que uno hace y que a menudo rompe antes de que haya pasado un año.
Varios de los bancos más grandes a escala global, incluidos JPMorgan, Bank of America y Morgan Stanley, se dirigieron a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de 2021 como miembros del club financiero sin emisiones de carbono más grande del mundo. Su membresía en la Alianza Financiera de Glasgow para Cero Neto (GFANZ), un grupo de aproximadamente 500 entidades del sector financiero, comprometió públicamente a sus bancos a alcanzar emisiones netas de carbono cero para mediados de siglo.
En septiembre formaban parte de una facción lista para abandonar, según fuentes familiarizadas con el asunto. JPMorgan, Bank of America y Morgan Stanley se negaron a comentar.
Un año después de la COP26, algunos grandes bancos parecen preocupados por haberse subido al carro demasiado pronto, especialmente porque las compañías de petróleo y gas han experimentado un resurgimiento del mercado. ¿Qué hace que la perspectiva de cero neto, o al menos la promesa de presentar puntos de referencia a corto plazo hacia ese objetivo, sea una propuesta que provoque tanta ansiedad?
Las fortunas revividas de los combustibles fósiles, especialmente el carbón, pueden explicar parte de la decisión debilitada sobre la urgente descarbonización.
Los préstamos bancarios mundiales a empresas de combustibles fósiles aumentaron un 15 %, a más de 300.000 millones de dólares, en los primeros nueve meses de este año 2022, en comparación con el mismo período de 2021, según datos compilados por Bloomberg.
Es decir, los mercados simplemente está haciendo su trabajo: ganar dinero. Los bancos obtuvieron más de $ 1 mil millones en ingresos de préstamos fósiles durante los primeros tres trimestres, en línea con 2021. ¿Por qué abandonar el negocio con un sector en auge por un objetivo climático lejano?
Harald Walkate, exjefe de inversiones ambientales, sociales y de gobernanza de Natixis Investment Managers y ahora consultor de finanzas sostenibles, dice que algunos bancos pueden sentir que sus manos están atadas ya que su deber fiduciario les exige maximizar el valor financiero para los clientes.
“Si bien desde una perspectiva ética o ideológica a muchas personas podría no gustarles la idea de invertir en combustibles fósiles, ciertamente no es ilegal”, dice. "Y, de hecho, puede ser un muy buen negocio durante algún tiempo"
Los miembros de GFANZ se comprometieron voluntariamente a eliminar por completo las emisiones de gases de efecto invernadero de sus balances para 2050. Es posible que algunos bancos sintieran la presión de sus pares para unirse a GFANZ el año pasado, tal vez influenciados por su copresidente, el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney. Pero nadie los obligó a hacerlo. (GFANZ está codirigido por Michael Bloomberg, el fundador de la empresa matriz de Bloomberg Green, Bloomberg LP).
Es posible que los bancos no hayan entendido originalmente los riesgos de litigio completos relacionados con la firma de compromisos de Cero Neto. DLA Piper se encuentra entre los bufetes de abogados que afirman que se puede considerar que cualquier empresa que haga una afirmación de cero neto sin fundamentos científicos haya engañado a los consumidores.
Los signatarios temen "litigios y acciones regulatorias", dijo Hendrik du Toit, director ejecutivo del administrador de inversiones Ninety One, en una entrevista en Bloomberg TV.
Sobre este tema, los bancos se molestaron cuando un grupo respaldado por las Naciones Unidas conocido como Race to Zero a principios de este año propuso restricciones vinculantes en el financiamiento de combustibles fósiles como una condición necesaria para que las afirmaciones de cero neto sean creíbles. La afiliación de GFANZ con Race to Zero comenzó antes de la COP26 como una forma de aumentar su credibilidad, pero esta relación ahora "parece que pronto se romperá", dice Ben Caldecott, director de Oxford Sustainable Finance Group.
En un comunicado enviado a Bloomberg News a principios de octubre, GFANZ dijo que cada una de sus subalianzas está "sujeta solo a sus propias estructuras de gobierno", lo que esencialmente les da a los miembros de GFANZ la libertad de ignorar las propuestas de Race to Zero. GFANZ también dijo que el grupo “no ha recibido ninguna indicación de ninguno de nuestros miembros de que tengan la intención de irse”.
Nunca iba a ser fácil para los bancos globales eliminar las emisiones de sus negocios. La gran mayoría de su producción de carbono proviene de las empresas a las que prestan e invierten, lo que significa que tienen una influencia limitada en las operaciones que podrían afectar al planeta.
Los miembros de GFANZ, con activos por un total de $ 135 billones, también tienen mucho capital para desplegar, y en este momento no hay suficientes oportunidades de inversión sostenible, dice Thomas Hohne-Sparborth, jefe de investigación de sostenibilidad de Lombard Odier Investment Managers. “Si usamos un enfoque creíble y restrictivo de lo que consideramos un modelo de negocios completamente alineado, solo una porción muy pequeña de la economía actual puede considerarse completamente sostenible”, dice.
Algunos activistas climáticos muestran poca simpatía por el nuevo nerviosismo sobre la alineación con los compromisos de emisiones cero netas. "¿Es realmente una sorpresa que un compromiso con Cero Neto para 2050 signifique no financiar nuevas centrales eléctricas de carbón, detener la extracción de petróleo y expandir rápidamente las energías renovables?" dice Rebecca Self, ex banquera sénior de HSBC Holdings Plc que ahora dirige Seawolf Sustainability Consulting.
Los resultados que estas acciones tendrán en el planeta y en los resultados de los bancos tardarán en verse. Pero nadie debería haber esperado que GFANZ fuera un éxito de la noche a la mañana. “Les da miedo”, dice Amanda Starbuck, directora del programa de inversores del Proyecto Sunrise, un grupo de justicia climática. “Es un mundo completamente nuevo, y necesitan familiarizarse con la financiación de una revolución de energía limpia genuina”.
Todavía son los primeros días para el grupo, y se puede lograr mucho más desde ahora hasta 2050. Los miembros de GFANZ como du Toit, de Ninety One, dicen que su firma de inversión de $ 150 mil millones está comprometida a largo plazo. De cara a su segundo año, dice que la coalición “no tiene un espíritu derrotista (aún)”.
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