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| Científicos de Stanford han desarrollado un dispositivo implantable inalámbrico que puede combatir el cáncer de cerebro calentando nanopartículas. Depositphotos |
El cáncer de cerebro es una de las formas más insidiosas de la enfermedad, pero los investigadores de Stanford ahora han desarrollado un dispositivo inalámbrico que podría ayudar a mejorar los tiempos de supervivencia.
18 octubre 2022.- Cuando se implanta entre la piel y el cráneo, el dispositivo activado de forma remota calienta nanopartículas de oro para matar el cáncer desde adentro.
El glioblastoma es una forma agresiva de cáncer con una tasa de supervivencia de solo el 5 % a los cinco años. Por lo general, se trata mediante la extirpación quirúrgica del tumor, seguida de radiación o quimioterapia para eliminar las células restantes. Desafortunadamente, el cáncer a menudo regresa en una forma que es resistente a esos tratamientos.
Pero en un nuevo estudio, los científicos de Stanford desarrollaron un método menos invasivo para tratar tumores cerebrales que, en pruebas en ratones, aumentó significativamente los tiempos de supervivencia. Todo lo que se necesitó fueron 15 minutos de tratamiento por día durante 15 días, incluso mientras los ratones estaban haciendo lo habitual. La investigación fue publicada en la revista Nature Nanotechnology .
La técnica funciona en un tratamiento emergente para varios tipos de cáncer que consiste en inyectar nanopartículas en un tumor y luego activarlas para que se calienten. Los disparadores pueden tomar la forma de un campo electromagnético , ultrasonido o luz, y dado que las células cancerosas son más sensibles al calor que las células sanas, esto puede matarlas con un daño mínimo al tejido circundante.
El nuevo dispositivo de Stanford está diseñado para ser implantado entre la piel y el cráneo, y emite luz infrarroja cuando se enciende. Se inyectan nanopartículas en forma de estrella hechas de oro en el tumor cerebral a través de un pequeño orificio en el cráneo, y la luz infrarroja del dispositivo las calienta hasta 5 °C (9 °F). Después de algunas rondas de este tratamiento, las células cancerosas fueron eliminadas con éxito.
El equipo investigador dice que ajustar el poder de la energía infrarroja, así como las longitudes de onda de la luz, les permite atacar tumores de diferentes tamaños y en diferentes ubicaciones dentro del cerebro.
En pruebas en ratones, se descubrió que el tratamiento reduce las células cancerosas en el cerebro y prolonga significativamente la vida útil de los animales, hasta tres veces el tiempo de supervivencia promedio de los ratones no tratados. Cuando se añadió quimioterapia a la mezcla, los ratones sobrevivieron incluso más tiempo.
Tan prometedor como parece el estudio hasta ahora, por supuesto es difícil extrapolar los resultados a los humanos. Pero el equipo espera ampliar el dispositivo para su uso en pacientes humanos, como otra arma en el arsenal contra esta forma mortal de cáncer.
Fuente: Universidad de Stanford
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