James Webb
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Vista del James Webb de la protoestrella L1527NASA, ESA, CSA y STScI. Procesamiento de imágenes: J. DePasquale, A. Pagan y A. Koekemoer (STScI) |
Desde que entró en acción en julio, el telescopio espacial James Webb ya ha comenzado a remodelar nuestra perspectiva del universo de maneras fascinantes.
17 noviembre 2022.- La última imagen de las cámaras infrarrojas del instrumento continúa este tema con una mirada dramática a la formación de estrellas, que se presenta como un fascinante retrato similar a un reloj de arena de escombros cósmicos brillantes.
El tema de la última captura de Webb es una protoestrella con el nombre de L1527, que como protoestrella de clase 0 se considera que se encuentra en la etapa más temprana de formación estelar, con alrededor de 100.000 años de antigüedad. Por lo tanto, permanece envuelto en una nube de polvo y gas, y aún debe desarrollar la capacidad de generar su propia energía a través de la fusión nuclear como nuestro propio Sol y otras estrellas en todo al cosmos.
Alrededor de L1527 hay un disco giratorio de gas que se ve como una pequeña línea oscura en el centro, o cuello, del reloj de arena. A medida que el material es expulsado de la protoestrella, choca con otra materia en la región para crear cavidades, cuyo contorno se ilumina en azul y naranja en la cámara de infrarrojo cercano de Webb (NIRCam). Las formas similares a burbujas que se ven en la región superior son creadas por eyecciones esporádicas que se asemejan a "eructos estelares".
Los tonos dramáticos son el resultado de diferentes capas de polvo entre Webb y las nubes oscuras que rodean L1527, con áreas azules creadas por capas más delgadas de polvo y naranja por las capas más gruesas. Filamentos de hidrógeno molecular atraviesan las nubes como resultado de la eyección de la protoestrella.
En su forma actual, L1527 es un grupo inestable de gas de entre el 20 y el 40 % de la masa de nuestro propio Sol, pero continúa construyéndose, atrayendo el polvo y el gas de las nubes circundantes. Al hacerlo, comprime lentamente su núcleo y aumenta su temperatura hasta el punto en que comienza la fusión nuclear. En este sentido, ofrece una mirada a cómo se veía nuestro propio Sol y nuestro sistema solar en sus propias etapas formativas.
Fuente: NASA
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