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| Dado que la UE quiere abordar los supergases de efecto invernadero, las industrias y algunos partidos parlamentarios de la UE están preocupados. |
Mientras Europa busca alcanzar la neutralidad climática para 2050, debe tomar medidas drásticas rápidamente con los gases fluorados, un gas de supercalentamiento utilizado principalmente en aire acondicionado y refrigeración, pero también en tecnologías ecológicas como bombas de calor.
09 noviembre 2022.- Los gases fluorados son los primos y reemplazos de los infames “hidroclorofluorocarbonos” (HCFC) utilizados en los aerosoles que alguna vez amenazaron con agotar la capa de ozono del planeta. Se utilizan principalmente en sistemas de aire acondicionado, aparatos de refrigeración y enfriamiento, equipos eléctricos y, lo que es más importante, bombas de calor.
La comunidad mundial finalmente prohibió los HCFC a través del Protocolo de Montreal de 1987. Pero aunque los gases F no son una amenaza para la capa de ozono, tienen un alto potencial de calentamiento global y son responsables de aproximadamente el 2,5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE.
Y aunque se usan escasamente, son extremadamente poderosos: los gases F pueden dañar el clima 14.600 veces más que el CO2. Para abordar esto, la UE está en proceso de renovar su regulación de gases fluorados de 2014.
“La regulación actual de gases fluorados es una historia de éxito europea. Está estimulando la innovación europea. Y también ha sentado un ejemplo para el mundo”, dijo el legislador verde de la UE, Bas Eickhout, durante una reunión del comité de salud y medio ambiente del Parlamento Europeo el martes (8 de noviembre).
Según Eickhout, la regulación de los gases fluorados de la UE fue tan influyente que tuvo “un seguimiento global”. Pero el éxito de las reglas requirió un seguimiento repetido de la UE, agregó.
En abril, el ejecutivo de la UE presentó una propuesta para deshacerse por completo de los gases F. “Si bien las leyes existentes han tenido éxito, la ciencia nos insta a ir más lejos y más rápido ahora”, explicó en ese entonces el jefe de clima de la UE, Frans Timmermans .
La propuesta de la Comisión busca en última instancia reducir las emisiones de gases fluorados en un 98 % hasta 2050. En el camino, el objetivo para 2030 es el 21 % del promedio de principios de la década de 2010.
Las cuotas de emisión se asignan de forma gratuita, pero se pueden vender a otras empresas. Las empresas más pequeñas que producen o importan menos de 100 toneladas de CO2 equivalente al año están exentas de los requisitos de las cuotas, y las empresas pioneras pueden vender sus derechos de cuota a los competidores, obteniendo beneficios.
Divergencia en el Parlamento Europeo
Eickhout, el principal negociador del Parlamento sobre la propuesta, acogió ampliamente el borrador de la Comisión, pero destacó la necesidad de lograr la neutralidad climática total para 2050. Pero también expresó su preocupación de que la industria pueda pasar de los gases F a sustancias químicamente dañinas como un paso intermedio en lugar de llegar hasta el final.
El grupo de Socialistas y Demócratas (S&D) en el Parlamento Europeo se hizo eco de las preocupaciones de Eickhout. “Tenemos que ser valientes [en] el Parlamento y ser audaces con lo que hacemos porque, de lo contrario, no tendremos una buena solución a favor de la neutralidad climática”, explicó Günther Sidl, legislador austriaco del S&D.
Mientras tanto, el conservador Partido Popular Europeo (PPE) y el liberal Renew Europe expresaron sus propias preocupaciones. “Para reducir nuestra dependencia energética, debemos mirar la revisión de la regulación en un nuevo contexto”, explicó Stelios Kympouropoulos, un eurodiputado griego perteneciente al EPP que se encuentra entre los conegociadores del Parlamento sobre la ley de gases fluorados.
Su preocupación es que la nueva regulación corre el riesgo de socavar el objetivo de la UE de poner 30 millones de bombas de calor en el mercado para 2030.
Peter Liese, legislador alemán que es la voz del PPE en la comisión de medioambiente del Parlamento, destacó la “tensión” entre las alternativas a los gases F y su disponibilidad a corto plazo, lo que podría dificultar la transición hacia un solución climática duradera.
¿Riesgo para el despliegue de la bomba de calor?
Los grupos de presión de las bombas de calor han expresado repetidamente su preocupación por la propuesta, dado que actualmente los gases fluorados juegan un papel clave en su funcionamiento. “Necesitamos un despliegue rápido de millones de bombas de calor más”, explicó Thomas Nowak, secretario general de la Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA).
“La actual propuesta de regulación de F-Gas debe tener en cuenta este desafío” , dijo en comentarios en Twitter . “El cambio y el crecimiento solicitados, incluida la mejora de las habilidades de los expertos, parecen casi imposibles en el poco tiempo dado”, afirmó.
Sin embargo, los fabricantes de bombas de calor que han desarrollado alternativas a los gases F son más optimistas. “No hay compensación entre [los objetivos climáticos de la UE] y una reducción ambiciosa de todos los productos químicos nocivos para el medio ambiente”, dijo Alix Chambris, vicepresidente de asuntos públicos de Viessmann, el fabricante alemán de bombas de calor.
Los propios Viesmann utilizan propano en sus bombas de calor, lo que Chambris llama una "solución ideal y segura", por ejemplo, en edificios más antiguos.
La asociación alemana de calefacción BDH y la asociación europea de la industria de calefacción EHI han tomado posiciones similares.
Aún así, otros sectores industriales están preocupados. Entre ellos se encuentran los fabricantes de aparamenta, un término amplio para los dispositivos que controlan, protegen y aíslan los sistemas de energía, incluidos los medidores inteligentes, que dependen de los gases fluorados para su funcionamiento.
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