Vista panorámica de Fuenteovejuna (Córdoba) Convertido por Lope de Vega en un símbolo de la lucha contra la tiranía, el motín de un pueblo...
Vista panorámica de Fuenteovejuna (Córdoba) |
Convertido por Lope de Vega en un símbolo de la lucha contra la tiranía, el motín de un pueblo cordobés en 1476 fue en realidad producto de intrigas nobiliarias y políticas.
27 noviembre 2022.- Sin duda alguna, la revuelta anti-señorial más famosa de toda la historia de Córdoba es la que llevaron a cabo los vecinos de Fuente Obejuna en 1476, contra el comendador mayor de la Orden de Calatrava Fernán Gómez de Guzmán. Este, fue un hecho histórico y muy célebre; aunque la versión más conocida es la que transmitió Lope de Vega en su famosa obra teatral, donde tergiversó algunos datos, siempre bajo sus intereses personales como autor literario.
El diccionario Geográfico-Estadístico e Histórico de España de Pascual Madoz, 1847, que resumía la historia de los pueblos de España, al referirse al nuestro dice: “Fuente Obejuna o Fuente-Abejuna, …, cuéntase esta población entre las más antiguas de España. Se cree ser la Mellaria de los escritores del imperio romano, en cuyo tiempo gozó la categoría de municipio. La llamaron Mellaria por la abundancia de miel que siempre ha dado. …. A la entrada de los moros fue arruinada, y luego cercaron de muros y torreones, con un gran castillo o alcázar, que ganado por los cristianos, sirvió de palacio a los comendadores de Calatrava”.
UN POCO DE HISTORIA
Cabe señalar que los casos de violencia del campesinado contra sus señores no fueron pocos, ni se convirtieron en sucesos aislados, pues en 1371, en Paredes de Nava (Palencia) los vecinos se rebelaron contra su señor, Felipe de Castro, y le dieron muerte. Y otros casos bien estudiados, sitúan acciones similares en Sepúlveda (Segovia), Plasencia y Trujillo (Cáceres), o Andújar (Jaén) a lo largo de los siglos XIV y XV. ¿Por qué se produjeron estos hechos?
Después de la Reconquista de la mayor parte de Andalucía, muchas zonas cultivables quedaron vacías por falta de personal por la expulsión de los musulmanes de las tierras recién conquistadas. Tras acuerdos posteriores, a muchos de estos musulmanes se les permitió regresar como artesanos o campesinos, hasta que la revuelta de estos “mudéjares” en los años 60 del siglo XIII, provocó su definitiva expulsión. Muchas tierras quedaron sin mano de obra y fueron dedicadas a la ganadería extensiva, dando lugar a los grandes latifundios, a veces en las proximidades de pueblos y villas. Estas grandes extensiones de tierra quedaron en poder del rey, que las fue entregando a la nobleza poco a poco, a cambio de favores políticos o económicos, convirtiendo estos lugares en señoríos.
La villa y término de Fuente Obejuna fueron entregados en 1444 a Juan Ramírez de Guzmán, padre del protagonista de esta historia que la heredará más tarde. Sin embargo, el maestre de la Orden de Calatrava Pedro Girón la tomó por la fuerza un año después, a la vez que Gutierre de Sotomayor, señor de Belalcázar también mostraba su interés por dicha villa. Ante esta lucha señorial, los habitantes de Fuente Obejuna pidieron ayuda a Córdoba, que retomó el control de la villa hasta 1460, año en que fue devuelta a Pedro Girón. Por su parte Juan Ramírez de Guzmán se retiró a Zorita y se hizo fuerte en su castillo hasta que, tres años después, el rey Juan II le cedió 300 vasallos y una suma de 150.000 maravedíes, en compensación por la pérdida de Fuente Obejuna.
Los documentos de la época como la petición de Juan Ramírez de Guzmán o la Crónica de Alfonso de Palencia aportan más verosimilitud a unos hechos que han sido novelizados al extremo. Fuentes: Portal de Archivos Españoles y Biblioteca NacionalFuente Obejuna se integró en el señorío de la Orden de Calatrava en 1464, y aunque no se conoce la fecha exacta de la toma de posesión de Fernán Gómez de Guzmán como comendador; se sabe que ya lo era en 1467. Desde un principio, este hombre tuvo serios conflictos con la Iglesia de Córdoba a cuenta de los diezmos que no entregaba y que usaba en beneficio propio. El obispo de Córdoba, Pedro Fernández de Córdoba y Solier, lo amenazó con la excomunión, pero Fernán Gómez se aferró a las leyes de la Orden de Calatrava, por las que los miembros de la misma sólo podían ser excomulgados por el propio Papa. Sin embargo, tomó sus propias represalias y expulsó a todos los sacerdotes del pueblo y los sustituyó por sacerdotes de la Orden de Calatrava.
En esta guerra contra la Iglesia, se invadieron terrenos pertenecientes a esta, restando rentas al Cabildo, por lo que la Santa Sede tomó cartas en el asunto, declarando en 1475 la excomunión a Fernán Gómez de Guzmán, a sus sirvientes y otros miembros de su familia. Por las mismas fechas, el comendador se empeñó en tomar el castillo de Belmez, por lo que requisó dinero de los tributos y reclutó gente del pueblo; muriendo muchos de ellos en el asalto fallido a dicho castillo. Una cosa llevó a la otra y el comendador, que no era bien visto por los lugareños, se ganó la animadversión de sus gentes ante los desmanes llevados a cabo principalmente en el último año. En la noche del 22 al 23 de abril de 1476, los vecinos de Fuente Obejuna se echaron a la calle convirtiendo sus aperos de labranza en armas; asaltaron la casa del comendador y le dieron muerte en ese instante, siendo su cadáver vejado y mutilado cuando fue sacado a la calle.
Antes de que en Sicilia se hablara de la omertà (el silencio) y de que en todos los países oprimidos de la Tierra la gente gritara por las calles que el pueblo unido jamás será vencido, en una villa de Andalucía sus vecinos acuñaron una frase que ya es un eslogan de la unidad y la solidaridad de los oprimidos contra los opresores: «Fuenteovejuna, todos a una». Representación teatral de la obra de Lope de Vega que ha dado popularidad al municipio.
Olvidada durante largo tiempo, la Fuenteovejuna de Lope de Vega fue desempolvada por el romanticismo del siglo XIX y pronto se leyó como una apología de la lucha del pueblo por sus derechos. Durante la II República española alcanzó notoriedad el montaje dirigido por Federico García Lorca con su compañía de teatro popular La Barraca. En la Rusia soviética, la revuelta de la villa castellana en 1476 se comparó con la insurrección del acorazado Potemkin en 1905, anticipo de la revolución de 1917, y las adaptaciones de la obra de Lope obtuvieron resonantes triunfos en la cartelera teatral entre 1919 y 1939.
Si se pregunta en Córdoba, sobre todo en la ciudad que lleva el mismo nombre, aunque ahora se escriba Fuente Obejuna, es incluso posible que alguien recite de memoria más versos, porque Fuente Obejuna es también la inspiración y el lugar de los hechos que Lope de Vega convirtió en una de las obras fundamentales del teatro español del Siglo de Oro.
LA REVUELTA LLEVADA AL TEATRO
A principios del siglo XVII, Lope de Vega compuso una de sus obras más célebres: Fuenteovejuna. En ella, el dramaturgo madrileño cuenta una historia sucedida a comienzos del reinado de los Reyes Católicos en una población del norte de la actual provincia de Córdoba, cuyos vecinos, cansados de las tropelías de Fernán Gómez de Guzmán, comendador mayor de la orden militar de Calatrava, se rebelan contra él y le dan cruel muerte.
A la manera de un típico drama de honor, Lope de Vega cuenta cómo los aldeanos se alzan porque el comendador intenta forzar a una joven paisana, Laurencia, que los incita a vengarla. Tras el salvaje asesinato del comendador, el juez que llega al pueblo y al preguntar quién mató al comendador no obtiene de los villanos más que una respuesta: «Fuenteovejuna lo hizo». ¿Quién es Fuenteovejuna? «Todo el pueblo a una». Al final, el rey da por justo el derecho del pueblo a defender su honor.
Félix Lope de Vega Carpio, por Eugenio Cajés. Museo Lázaro Galdiano, Madrid.La historia de Lope estaba basada en un episodio real, relatado en detalle en algunas crónicas de finales del siglo XV y del siglo XVI, en particular la Crónica de Enrique IV, de Alonso de Palencia, y la Crónica de las tres Órdenes y Caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara, de Francisco de Rades y Andrada. Gracias a estas fuentes sabemos incluso el día en que el hecho tuvo lugar: el 22 de abril de 1476.
Lope se inspiró directamente en algunos pormenores de estas crónicas, como los referidos a la personalidad del comendador Fernán Gómez, al que Rades presenta como un personaje tiránico y depravado que «hizo grandes agravios a los vecinos, tomándoles por la fuerza a sus hijas y mujeres, y robándoles sus haciendas». Como se ve, el móvil sexual está ya presente en esta crónica, lo que explicaría la participación activa de las mujeres en el linchamiento del comendador: «Después de caído en tierra, le arrancaron las barbas y cabellos con grande crueldad; y otros con los pomos de las espadas le quebraron los dientes; todos, hombres y mujeres, le hicieron pedazos, arrastrándole y haciendo con él grandes crueldades y escarnios».
ESTALLIDO DE IRA
Alonso de Palencia, por su parte, daba una imagen más favorable del comendador y en cambio destacaba la violencia ciega de la turba. «El 22 de abril –escribía– los de la villa levantaron repentino tumulto; acudieron a calmarlo los criados del Comendador, y acometiéndoles la muchedumbre, pocos lograron acogerse al portal de la casa de su amo, y resistieron durante toda la noche los ataques de los rústicos, sedientos de la sangre del Comendador. En el corredor defendía valientemente el paso el Guzmán, armado de todas sus armas».
Cuando éste vio que se ensañaban con los suyos y daban cruel muerte a dos de ellos, les preguntó «la causa de aquella saña, o si deseaban la restitución de las rentas que había cobrado, pues estaba pronto a devolver la parte que estimaran justa. Le contestaron que aplacarían la cólera si le veían sin el casco en la cabeza». Cuando lo hizo, uno «torció el hierro de la lanza en el cráneo del Comendador, y los feroces rústicos hundieron sus puñales en el pecho y en el rostro del herido, que cayó al suelo sin vida. Luego arrojaron el cuerpo medio destrozado a la calle, donde las turbas acabaron de despedazarle a golpes y pedradas. Una vieja que intentó recoger los informes restos en una espuerta fue azotada».
La historia de Fuenteovejuna no se puede entender sin el contexto político de los Reyes Católicos y sus enemigos entre ellos Rodrigo Téllez de GirónEn contra de lo que plantea Lope, el levantamiento de Fuenteovejuna no fue tan sólo la reacción frente a la violación de una muchacha, sino que tenía causas más profundas. Hay que recordar que, tan sólo dieciséis años antes de la revuelta, la población había quedado sometida al dominio señorial de la orden de Calatrava, por lo que era administrada por Fernán Gómez de Guzmán como comendador mayor, una dignidad inmediatamente inferior a la de maestre de la orden militar. Ello trajo aparejado un mayor control y cargas tributarias más gravosas que las que el pueblo tenía cuando formaba parte del alfoz de Córdoba, lo que sin duda creó un gran malestar entre la población.
Además, este malestar fue alentado por las autoridades de Córdoba, deseosas de recuperar un pueblo que suponía una importante fuente de ingresos fiscales. Según el hispanista Joseph Pérez, el concejo cordobés fue el verdadero autor de la revuelta. La Crónica de Rades destaca que el alzamiento estuvo capitaneado por las élites locales –«los alcaldes, regidores, justicias y regimiento, con los otros vecinos, con mano armada entraron por fuerza en las casas de la Encomienda Mayor, donde el dicho comendador estaba»– y que su objetivo era abolir el señorío de la orden de Calatrava: «Los de Fuenteovejuna, después de haber muerto al comendador, quitaron las varas y cargos de justicia a los que estaban puestos por esta orden, cuya era la jurisdicción, y diéronla a quienes quisieron».
GUZMANES Y GIRONES
Otro factor fue la vieja enemistad política entre los linajes de Guzmán y de Girón por el control de la rica y poderosa orden de Calatrava. Juan Ramírez de Guzmán, guerrero afamado y comendador de la orden, vio malogradas sus aspiraciones al maestrazgo cuando en 1445 resultó elegido maestre Pedro Girón, hermano del influyente marqués de Villena. La frustración de Juan Ramírez debió de compartirla su hijo Fernán Gómez, a raíz del acceso al maestrazgo de Rodrigo Téllez Girón, que, siendo aún menor de edad, sucedió a su padre Pedro Girón en 1466. Cuando, a la muerte de Enrique IV en 1474, estalló una guerra civil entre los partidarios de su hermana Isabel la Católica y de su hija Juana la Beltraneja, Rodrigo Téllez puso sus armas al servicio de esta última, mientras que Fernán Gómez guerreó en el bando de Isabel con la esperanza de obtener como recompensa el cargo de maestre.
Alonso de Palencia, en la Crónica de Enrique IV, presenta al malogrado Fernán Gómez como un caballero culto, virtuoso y afecto a la causa de los Reyes Católicos. Le exculpa de cualquier responsabilidad en la rebelión y lo juzga víctima de una conspiración tramada por sus enemigos políticos. «Mensajeros enviados por don Rodrigo Girón y don Alfonso de Aguilar [alcalde mayor de Córdoba] para preparar sus dañados fines les excitaron a dar muerte al Comendador en secretas reuniones», escribía el cronista. De esta disputa entre linajes nobiliarios se encuentra un eco en la comedia de Lope de Vega, pues el dramaturgo era un protegido del duque de Osuna, descendiente de Pedro Girón, y utilizó como fuente principal la Crónica de Rades y Andrada, la que da una imagen más negativa del rival de Girón, el comendador Fernán Gómez.
LA RAZÓN DE LOS FUERTES
El desenlace de la revuelta de 1476 no fue favorable al pueblo, en contra de lo que cuenta Lope en su obra. Es cierto que la monarquía, debilitada por la guerra sucesoria y necesitada del apoyo de las ciudades, renunció a aplicar un castigo ejemplar y perdonó a los culpables de la muerte del comendador. Pero la gran beneficiada fue Córdoba, que se apresuró a retomar su antiguo dominio sobre Fuenteovejuna, truncando el deseo de la villa de obtener una plena autonomía.
En 1480 se volvió incluso a la situación de partida, cuando la reina Isabel ordenó entregar nuevamente Fuenteovejuna a la orden de Calatrava. El maestre Rodrigo Girón, por su parte, obtuvo el perdón real por haber apoyado a la Beltraneja y un hermano del comendador asesinado recibió los bienes que éste había obtenido de la orden de Calatrava. Una revuelta popular fracasada, como tantas otras, que sin embargo inspiró a Lope de Vega un alegato universal en defensa del derecho del pueblo a rebelarse contra la opresión.
Fuenteovejuna –o Fuente Obejuna, como se escribe hoy– debe su nombre al ganado ovino que constituyó su máxima riqueza en la Edad Media. De su importancia como centro ganadero da idea que el precio de la lana (el producto más rentable de Castilla) se fijara en todo el término de Córdoba según las tarifas de Fuenteovejuna. «El lugar más grande que había en tierra de Córdoba» contaba a mediados del siglo XV con unos 4.500 habitantes, cifra importante pues Córdoba apenas rebasaba los 25.000. Eran famosas sus colmenas, de donde procede el topónimo romano Mellaria, alusivo a su riqueza en miel.
Sea como fuere, los detalles que aporta Alfonso de Palencia (cronista contemporáneo de los hechos) empiezan a diferenciar los hechos históricos de lo escrito por Lope. Para empezar Fernán Gómez de Guzmán (el malo de la comedia) no parece tan malvado según los documentos de la época. Las acusaciones de que había muerto a causa de sus abusos sexuales solo aparecen en la obra que escribió Francisco de Rades y Andrada casi un siglo después.
Otro detalle significativo es el hecho de que siendo comendador de una orden militar solo no tenía guardias que le defendiesen. Los Reyes Católicos por su parte tacharon de inmediato el crimen de “feo y enorme caso” pero en lo que ambas fuentes coinciden (la histórica y la teatral) es la imposibilidad del pesquisidor real enviado el 10 de mayo de ese año, para averiguar quién había matado al comendador.
Resolver el crimen no solo determinaba quién era el asesino, sino también el futuro político de la villa, que al haber actuado en rebeldía ganaba la protección de los Reyes Católicos, por otro lado la orden de Calatrava también tiraba para sí, defendiendo sus derechos. Finalmente y tras mucho prolongarse el litigio se resolvió en 1487, cuando el papa Inocencio VIII decidió que la villa volviese a ser parte de la orden de Calatrava, la cual ¡Oh casualidad! tenía como maestre a Fernando el Católico, quien a su vez la cedió a Córdoba contentando a la población y al propio concejo cordobés. Es ahora cuando surge la duda ¿No encontró el juez respuesta en la heroica Fuente Obejuna, o prefirió no indagar no fuese a salir la oculta mano del rey Católico?
Fernando el Católico en el retablo de la capilla de los Corporales (Daroca)LA ACTUAL FUENTE OBEJUNA
Seis siglos después de aquellos sucesos, la verdadera Fuente Obejuna sigue orgullosa de la fama que le proporcionaron. Incluso sus vecinos representan cada dos años la obra que les glosó en su moderna plaza mayor, un espacio escalonado de granito cuyo mal gusto comparte con el del panel cerámico que a los pies del Ayuntamiento rinde homenaje a Lope de Vega.
El resto de la villa sigue teniendo el aroma de los pueblos cordobeses y andaluces de su entorno. Se lo da un palacio que domina el caserío por el norte, un gran casón moderno de inspiración catalana de gran belleza formal, así como media docena de edificios que destacan sobre el resto, especialmente vista la villa de lejos: la iglesia parroquial (siglo XV), que ocupa el mismo lugar que el antiguo castillo de la villa; la de la Presentación; el convento de los Padres Franciscanos, y las ermitas que se reparten las cofradías de la Semana Santa.
Fuera de esos edificios, Fuente Obejuna es una villa normal. Alzada sobre una loma, se apiña en torno a su iglesia, dejando que las casas se desparramen por las laderas del altozano hacia la campiña ceramista que rodea encinares y dehesas en las que pastan miles de ovejas y numerosas piaras de cerdos negros que son la joya de la comarca. Fuente Obejuna y las 14 aldeas que dependen de ella son los principales suministradores de cerdo ibérico para las provincias de Córdoba, Huelva y Salamanca.
Ayuntamiento de Fuente Obejuna./Lancastermerrin88600 años ya del levantamiento que hizo a Fuente Obejuna famosa en todo el país, las estructuras sociales de sus aldeas siguen siendo las mismas de aquellos tiempos, si bien que disimuladas por su progreso económico y su desarrollo. En lugar de pagar sus impuestos al comendador, ahora lo hacen a la Hacienda Pública, y en vez de trabajar para los terratenientes de Fuente Obejuna, ahora trabajan para el Estado.
Recorrer la provincia de Córdoba depara al viajero otros interesantes destinos con historia para conocer. Priego de Córdoba es uno de ellos, así como Montilla, cuna de Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán. Si el deseo escoge descubrir el pasado judío o árabe del lugar, la recomendación pasa visitar Lucena, la joya de Sefarad. Y en Baena, por ejemplo, el viajero puede encontrar ricos yacimientos y un excelente aceite.
Para saber más:
Vega, Lope de, Fuenteovejuna, Rinaldo Froldi (ed.), Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002
“A PROPÓSITO DE “FVENTE OBEIVNA” DE LOPE DE VEGA” . Julio R. Fernández García.(Revista Literaria y Cultural «Fuenteovejuna». Diciembre 2018
Cabrera y Moros: Fuenteovejuna. La violencia antiseñorial en el siglo XV. Ed. Crítica. 1991
“Historia de la Ylustre Villa de Fuente Obejuna” de Francisco Caballero Villamediana, alcalde de Fuente Obejuna a mediados del siglo XVIII.
Fuenteovejuna. El por qué de una revuelta. National Geographic
Crónica de Enrique IV / escrita en latín por Alonso de Palencia ; traducción castellana por A. Paz y Melia (1904-1908).Disponible en http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3711
Chronica de las tres Ordenes de Cavalleria de Sanctiago, Calatrava y Alcantara : en la qual se trata de su origen y sucesso, y notables hechos en armas de los Maestres y Cavalleros en ellas y de muchos Señores de Titulo y otros Nobles que descienden de los Maestres y de muchos otros Linages de España / compuesto por Fray Francisco Rades de Andrada … de la Orden de Calatrava. 1572. Disponible en https://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=6010
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