turismo navarra
Detalle de la portada meridional de la Iglesia de Santa María la Real de Sangüesa. |
A 45 kilómetros de Pamplona, Sangüesa (Zangoza) se encuentra en la Navarra Media Oriental. Situada en la margen izquierda del río Aragón. Fronteriza y jacobea, hospitalaria y monumental, Sangüesa es mezcla de montaña y ribera, una ciudad para contemplar y vivir. Interesantes edificios civiles, iglesias y conventos evocan épocas de esplendor y descubren una ciudad ligada a sus tradiciones. Aquí tiene lugar, cada 6 de enero, el Auto Sacramental de los Reyes Magos, uno de los cinco que se conservan en España.
La primitiva ciudad estuvo emplazada sobre un cabezo rocoso, la actual villa de Rocaforte, que hizo de frontera ante el avance de los musulmanes, pero la Ruta Jacobea propició en el siglo XII el nacimiento en el llano, de Sangüesa la Nueva, que rápidamente se convirtió en villa importante del Camino de Santiago procedente de Somport. A Sangüesa se accede cruzando el puente metálico sobre el río Aragón.
Vista panorámica de Sangüesa junto al río Aragón. |
Tras superar el río encontramos el mayor tesoro de la ciudad y una de las obras cumbres del románico de todos los tiempos y lugares: la iglesia de Santa María la Real. Esta iglesia románica fue donada en 1131 por Alfonso I El Batallador a la orden de San Juan de Jerusalén. Su portada, centrada en el juicio final, presenta escenas tanto del Antiguo y del Nuevo Testamento, animales monstruosos, leyendas o estamentos de la sociedad medieval. La torre es gótica (siglos XIII-XIV) y de planta octogonal. El templo es declarado monumento nacional en 1889.
Iglesia de Santa María La Real de Sangüesa |
El paseo por el casco histórico te irá descubriendo la monumentalidad de la ciudad, con ejemplos tan bellos, en la calle Mayor, como los palacios de Añués (XV), Iñiguez-Abarca (XVIII), la Casa Consistorial (1570), que posee una preciosa galería porticada, las casas de París Iñiguez Abarca y de los Sebastianes.
Calle Mayor de Sangüesa con la Casa Consistorial al fondo |
Iglesia de San Salvador |
La calle Alfonso el Batallador, que nace de la calle Mayor, te llevará al palacio Vallesantoro, actual Casa de Cultura, coronado por uno de los aleros de madera más espectaculares de Navarra; a la iglesia de San Salvador (XIV), la casa de los Iñiguez-Medrano, con entrada barroca; y al convento del Carmen (XV) con claustro del XIII.
Iglesia de Santiago |
En el recorrido, podrás encontrar otras joyas artísticas como la iglesia de Santiago (románica y gótica), el convento de San Francisco de Asís (XIII) o el Palacio Príncipe de Viana, que evoca la época en que Sangüesa fue corte de los Reyes de Navarra.
Si dispones de tiempo, también es interesante visitar la iglesia románica de San Adrián de Vadoluengo, a un kilómetro y medio en dirección a Sos del Rey Católico.
Palacio-Castillo del Príncipe de Viana |
El convento de Ntra. Sra. del Carmen, cuyo origen está en el eremitorio carmelita levantado al otro lado del puente sobre el río Aragón, la actual ermita de la Nora, en la actualidad es el Conservatorio y Auditorio de Música. Conserva un bonito claustro gótico en el que cada verano se celebran las cenas medievales de Sangüesa, una actividad de gran calado gastronómico y cultural. Una de las salas del antiguo convento acoge una interesante exposición, conocida como Museo de Relojes de Torre, antiguas maquinarias procedentes de campanarios de iglesias y ayuntamientos.
Convento del Carmen de estilo gótico (siglos XIV-XVI) |
CERCA DE SANGÜESA
Desde Sangüesa hay numerosas opciones de excursión. Los aficionados al senderismo tienen a su disposición el parque de la Foz de Lumbier y de Arbayún.
La Foz de Lumbier pide el primer alto en un recorrido de marcado acento paisajístico. Se ubica junto a la población del mismo nombre, donde confluyen los ríos Salazar e Irati, que con toda su fuerza luchan contra las rocas para tallar un desfiladero. Las vistas desde el pueblo valen la pena, pero aún más si se aprovecha para recorrer a pie el antiguo camino del tren que unía Pamplona, Sangüesa, Lumbier y Aoiz. Lo llamaban, cómo no, «el Irati», y una vez desmanteladas las vías constituye una senda llana, de unos 2 km, que permite acercarse al punto más espectacular de la garganta. El buitre leonado cruza tranquilo el cielo sobre nuestras cabezas, seguro de que su especie forma la comunidad más importante de aves del lugar.
De nuevo en ruta, a corta distancia aparece la Foz de Arbayún o Arbaiun rasgando la sierra de Leire. También este cañón es Reserva Natural, con una longitud de 6 km y paredes de hasta 400 m labradas por las aguas del Salazar. Aquí lo que maravilla es el fenómeno de la inversión climática, que hace crecer en las partes bajas plantas que deberían estar en lo alto y viceversa. Andando lento y en silencio, es posible que en las frondas avistemos alguna jineta, una comadreja o, con suerte, un gato montés.
En tanto que los amantes del avistamiento de aves tienen cerca la laguna de Pitillas. Situada a 3 km de la localidad ribera de Pitillas, la laguna que lleva su mismo nombre es el humedal de tipo estepario y de origen endorreico (que no tiene salida fluvial al mar) más extenso de Navarra y uno de los más importantes del Valle del Ebro. La laguna de Pitillas es un espacio ideal para avetoros, aguiluchos, bigotudos, ansarones o garzas, que encuentran refugio y alimento en el agua libre, la vegetación del carrizal y en sus alrededores. Su origen es natural, pero a lo largo de los siglos ha sido modificada por la acción humana
Los interesados en el patrimonio religioso tienen dos importantes lugares de peregrinación: el santuario – castillo de Javier y el monasterio de Leyre.
Imponente es la cercana Sos del Rey Católico, una de las plazas fuertes medievales mejor conservadas de Europa. Otra población que recomendamos visitar es Ujué, un importante centro espiritual mariano desde siglos altomedievales en la Comunidad foral de Navarra cuyo origen está rodeado de leyenda.
Vista panorámica de Ujué, Navarra
Visitar este pueblo situado en la sierra de Ujué es viajar en el tiempo. Sus calles estrechas y laberínticas y sus casas construidas en piedra caliza trasladan a los visitantes hasta el Medievo. El centro de su casco histórico es la Iglesia de Santa María, en la que confluye el estilo románico y el gótico. No muy lejos se encuentra el Castillazo, terrenos en los que antiguamente estaba la Universidad de Carlos II donde aún se encuentran vestigios de antiguas fortificaciones
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