cambio climático, consumo café
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| Los científicos dicen que desperdiciar café y agua mientras se prepara una taza de café tiene una huella de carbono mayor que usar cápsulas de café. |
09 enero 2023.- El consumo mundial de café ha ido aumentando constantemente durante casi 30 años . Se estima que alrededor de dos mil millones de tazas de café se consumen diariamente en todo el mundo.
Esta demanda también ha llevado a una diversificación considerable en las formas de preparar el café, incluida la creación de cápsulas de café. La popularidad de estas cápsulas ha dividido a la opinión pública porque este método de preparación, que utiliza envases individuales de un solo uso, es perjudicial para el medio ambiente.
Los investigadores que trabajan en la evaluación de los impactos ambientales de los productos y servicios, a menudo discuten acerca de la huella de carbono del café y decidieron estudiarla a través de varias técnicas utilizadas para preparar café en casa. Resultado: las cápsulas de café no son las principales culpables del carbono.
El ciclo de vida del café
La contaminación derivada de la preparación del café en casa es solo la punta del iceberg.
Antes de poder disfrutar de una taza de café, esta pasa por varios pasos, desde la producción agrícola de los granos de café, su transporte, el tostado y la molienda de los granos, hasta el calentamiento del agua para el café y el lavado. de las copas en que se vierte.
Estos pasos, comunes a todos los modos de preparación del café, consumen recursos y emiten gases de efecto invernadero (GEI).
Para comparar adecuadamente la huella de carbono de varios métodos de preparación del café, es importante considerar todo su ciclo de vida : desde la producción de café, pasando por la fabricación de envases y maquinaria, hasta la preparación del café y los residuos producidos.
Comparando cuatro métodos de preparación de café
Los científicos decidieron estudiar esto más a fondo y realizaron una extensa revisión de la literatura sobre el tema. Luego midieron la huella de carbono del café comparando cuatro métodos para preparar 280 mililitros de café, a saber:
1) Café de filtro tradicional (25 gramos de café)
2) Café de filtro encapsulado (14 gramos de café)
3) Café preparado (prensa francesa) (17 gramos de café)
4) Café soluble (12 gramos de café), también conocido como café instantáneo
El análisis mostró claramente que el café de filtro tradicional tiene la mayor huella de carbono, principalmente porque se utiliza una mayor cantidad de café en polvo para producir una misma cantidad de café. Este proceso también consume más electricidad para calentar el agua y mantenerla caliente.
Cuando los consumidores utilizan las cantidades recomendadas de café y agua, el café soluble parece ser la opción más ecológica. Esto se debe a la baja cantidad de café soluble que se utiliza por taza, el menor consumo eléctrico de la tetera en comparación con una cafetera y la ausencia de residuos orgánicos a tratar.
Por otro lado, cuando los consumidores utilizan un excedente del 20 por ciento de café y calientan el doble de agua necesaria (lo que suele ser el caso), las cápsulas de café parecen ser la mejor opción. ¿Por qué? Porque las cápsulas te permiten optimizar la cantidad de café y agua por consumo.
En comparación con el café de filtro tradicional, beber un café de filtro en cápsulas (280 ml) ahorra entre 11 y 13 gramos de café. Producir 11 gramos de café Arábica en Brasil emite alrededor de 59 gramos de CO2e (CO2 equivalente). Este valor es muy superior a los 27 gramos de CO2e emitidos por la fabricación de cápsulas de café y el envío a vertedero de los residuos generados. Estas cifras dan una idea de la importancia de evitar el uso excesivo y el desperdicio del café.
Producción de café
Independientemente del tipo de preparación del café, la producción de café es la fase que más emite GEI. Contribuyó a alrededor del 40 por ciento al 80 por ciento de la emisión total. Hay muchas razones para esto.
El cafeto es un pequeño árbol o arbusto achaparrado que tradicionalmente se cultivaba a la sombra del dosel del bosque. La modernización del sector llevó a la transformación de muchos cafetales en extensos campos totalmente expuestos al sol. A esto se sumó la necesidad de riego intensivo, sistemas de fertilización y el uso de pesticidas.
Esta mecanización, riego y uso de fertilizantes que emiten óxido nitroso, cuya producción requiere grandes cantidades de gas natural, contribuyen en gran medida a la huella de carbono del café.
Reducir la huella de carbono del café
A nivel de consumidor, más allá de reducir el consumo de café, evitar desperdiciar café y agua es la forma más efectiva de reducir la huella de carbono de los cafés tradicionales, elaborados y solubles.
Las cápsulas de café evitan el uso excesivo de café y agua. Sin embargo, la conveniencia de las máquinas de cápsulas puede llevar a los consumidores a duplicar su consumo de café, lo que hace que esta ventaja ambiental sea redundante. Los consumidores también deben conocer las opciones de reciclaje de cápsulas en la ciudad donde viven para evitar que se envíen a un vertedero en lugar de a una instalación de reciclaje. Mejor aún, deberían cambiar a cápsulas reutilizables .
Si vives en una provincia o país con producción de electricidad intensiva en carbono, no usar la placa caliente de la cafetera y enjuagar la taza con agua fría puede ayudar a reducir la huella de carbono.
Responsabilidades compartidas
Limitar tu contribución al cambio climático requiere una dieta adaptada, y el café no es una excepción. Elegir un modo de preparación del café que emita menos GEI y moderar su consumo son parte de la solución.
Sin embargo, más de la mitad de la huella de carbono del café proviene de los pasos que toman los productores y proveedores de café. Deben tomar medidas para reducir los impactos ambientales y sociales de la producción de café .
La investigación revela que las evaluaciones basadas en un análisis del ciclo de vida, o la visión holística, de productos como el café permiten desafiar nuestro razonamiento intuitivo, que a veces es engañoso. Entonces, en lugar de evitar productos basados en especulaciones, debemos analizar de manera integral nuestros propios hábitos de consumo. El cambio comienza en casa.
Fuente: The Conversation
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