Lo que la mayoría identificamos como ataques de epilepsia son la manifestación más grave de la epilepsia. Son crisis convulsivas ante las ...
Lo que la mayoría identificamos como ataques de epilepsia son la manifestación más grave de la epilepsia. Son crisis convulsivas ante las que podemos actuar para minimizar el riesgo que corre la persona que las sufre.
16 febrero 2023.- La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso central que puede manifestarse de diversas maneras, con síntomas motores, sensitivos, visuales o psíquicos; pero la forma más conocida, y peligrosa, de manifestarse son las crisis epilépticas, con convulsiones y pérdida de conciencia1. Las convulsiones se generan por una descarga eléctrica anormal y simultánea de un grupo de neuronas de la corteza cerebral2.
Hay múltiples factores que pueden provocar convulsiones que no son de origen epiléptico, como, por ejemplo, un traumatismo, la fiebre alta o el consumo de alcohol o drogas. Las crisis epilépticas son consecuencia de un mal funcionamiento o una lesión cerebral y ocurren más de una vez. Una única crisis no se considera epilepsia2,3.
¿Cómo identificar una crisis de epilepsia?
Las crisis convulsivas generalizadas, denominadas también gran mal, son las que habitualmente identificamos como un ataque de epilepsia, y son la manifestación más grave de la enfermedad. En este tipo de crisis se ve afectada la práctica totalidad de las neuronas y, a su vez, todo el cuerpo2,4.
Se produce una contracción muscular generalizada, que causa rigidez. La respiración de la persona afectada se interrumpe y el paciente pierde el conocimiento, cae y presenta sacudidas de las extremidades, que inicialmente son breves y progresivamente más amplias e intensas. Con frecuencia, se muerde la lengua o las mejillas, sufre algún traumatismo debido a las sacudidas y pierde el control de los esfínteres, o presenta un exceso de salivación. Pasadas unas horas, la crisis cede y la persona empieza a recuperar el conocimiento, aunque permanece adormilada y normalmente no recuerda nada2-4.
¿Qué hacer para ayudar a una persona que sufre una crisis convulsiva?
En primer lugar, es fundamental no perder la calma a la hora de actuar. Después2,5,6:
- Intentaremos tumbar al paciente.
- Haremos reposar su cabeza sobre algo blando.
- Giraremos al paciente hacia un lado para evitar la aspiración y facilitar su respiración.
- Apartaremos los objetos duros o con filo para prevenir lesiones.
- Le aflojaremos la ropa y le retiraremos las gafas si las usa.
- Una vez que termine la crisis, lo dejaremos descansar tumbado sobre un costado.
Es importante también tener en cuenta qué es lo que no debemos hacer3,5,6:
- No introducir nada en su boca, ya que no se traga la lengua. Sin embargo, podría hacerse daño con un objeto extraño en la boca. Y si intentáramos introducirle nuestros dedos, podríamos sufrir una mordedura.
- No intentar detener el movimiento convulsivo. Hacerlo podría generar fracturas o lesiones musculares.
- No hacer una respiración boca a boca.
- No intentar que beba ni coma hasta que no haya recuperado la consciencia por completo.
Una vez que la crisis haya cedido, es recomendable acompañar a la persona, asegurándose de que respira adecuadamente y, una vez que haya recuperado completamente la consciencia, se le puede contar lo que ha sucedido3,5,6.
Se debe avisar a los profesionales sanitarios si3,5,6:
- Es la primera crisis que se sufre.
- Si la crisis dura más de cinco minutos.
- Si ha causado heridas o traumatismos.
- Si se trata de una persona embarazada, diabética o con alguna enfermedad cardíaca.
Algunos consejos
Es recomendable que las personas con riesgo de padecer este tipo de ataques aprendan a identificar cuáles son los factores desencadenantes de las crisis y cómo evitarlos. Algunos factores desencadenantes de las crisis son, por ejemplo6:
- La privación o disminución de las horas de sueño. Es recomendable adoptar un horario de sueño regular y dormir al menos 8 horas.
- El consumo de pantallas, tanto si es televisión, como ordenador o videojuegos, es recomendable hacerlo a una distancia y con una iluminación adecuadas, y durante un tiempo limitado.
La práctica deportiva es positiva para las personas epilépticas, y más cuando se trata de deportes de equipo5.
Referencias:
1 Epilepsia. Clínica Universidad de Navarra.
2 Tipos de convulsiones y cómo actuar. SEMG.
3 Cómo actuar cuando un niño convulsiona. AEPAP.
4 Primeros auxilios para las convulsiones. CDC. Octubre, 2018.
5 Convulsiones. Rioja Salud.
6 Cuidados ante una crisis epiléptica. Clínica Universidad de Navarra.
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