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En el verano de 2023, una gran cantidad de incendios forestales asolan los países mediterráneos, agravados por la sequía, la baja humedad y las altas temperaturas. El fenómeno de El Niño aumenta el calor global, provocando olas de calor intensas y prolongadas. La Península Ibérica vive un año caluroso con temperaturas superiores a la media. Las altas temperaturas en los países cálidos aumentan la demanda de electricidad. La situación empeorará en el futuro, especialmente en verano, y afectará a los mercados energéticos.
31 julio 2023.- En el verano de 2023, los incendios forestales están afectando especialmente a los países mediterráneos. Italia, Grecia, Argelia, Turquía, Túnez, Portugal… pero también Canadá, California… Aunque no es la primera vez que estos países se enfrentan a esta situación, la combinación de sequía, baja humedad y altas temperaturas ha hecho que los incendios sean aún más virulentos.
Las condiciones climáticas extremas que favorecen la propagación de los incendios forestales se ven exacerbadas por las crecientes consecuencias del calentamiento global . Este año, la situación se ha vuelto aún más explosiva por el fenómeno adicional conocido como El Niño.
El Niño traerá más calor
Tras el reciente triple episodio conocido como La Niña , que se prolongó durante varios años, este año el principal fenómeno es El Niño. Según la OMM (Organización Meteorológica Mundial), existe una alta probabilidad de que el fenómeno se prolongue hasta el invierno, pero incluso podría prolongarse hasta la primavera de 2024. Este fenómeno climático, provocado por un aumento de la temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial, provocará un aumento de las temperaturas en todo el mundo, con olas de calor más intensas y prolongadas .
No todos los episodios de El Niño son idénticos y es difícil anticipar qué consecuencias se producirán en una determinada región del planeta. En promedio, en el continente europeo, El Niño provoca inviernos secos y fríos en el norte del continente, mientras que más templados y húmedos en la zona sur. De hecho, las previsiones estacionales de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) prevén un otoño e invierno con precipitaciones superiores a la media en la zona suroeste de la Península Ibérica.
2023 un año caluroso en la Península Ibérica
2023 es un año más cálido que el promedio. Pero, esta situación no es una novedad. En los últimos años, la tendencia al alza de las temperaturas ha sido clara. Incluso en primavera, algunos días de 2023 registraron picos históricos de temperatura en marzo, abril y mayo.
Desde el comienzo del verano, las temperaturas se han mantenido consistentemente por encima del promedio, lo que lleva a un período de verano caluroso. Con la llegada del fenómeno de El Niño este año, es muy probable que este escenario de temperaturas superiores a la media se mantenga durante varios meses, una clara tendencia de los últimos años que se agravará en el futuro.
El impacto de las altas temperaturas en la demanda eléctrica
En países con climas templados o cálidos, el aumento de las temperaturas de verano conduce a una mayor demanda de electricidad debido a un mayor consumo de energía para refrigeración. Países del sur de Europa como España, Portugal, Italia y Grecia muestran claramente este comportamiento.
En España peninsular, un típico día laborable de primavera con una temperatura media inferior a 20 °C suele registrar una demanda, típicamente, en torno a los 600 GWh. A partir de ahí, una mayor temperatura significa una mayor demanda de electricidad en una proporción de 25 GWh por grado centígrado. El 19 de julio de 2023 se alcanzó la mayor demanda entre abril y julio, coincidiendo con el día de mayor temperatura media, registrándose una demanda de 787 GWh con 27,9 °C de temperatura media peninsular.
Dado que el curso del calentamiento global es claro y evidente, es necesario monitorear el impacto creciente en las temperaturas, precipitaciones y condiciones climáticas en general, como consecuencia del calentamiento global. Estos cambios deben ser considerados en las previsiones a largo plazo de la demanda eléctrica, la producción de energías renovables y su efecto en las previsiones de precios de los mercados energéticos.
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