Llegada al Puerto de Motril (Granada) de 24 personas de origen magrebí, entre ellas dos mujeres y dos menores, rescatados en en el mar de ...
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| Llegada al Puerto de Motril (Granada) de 24 personas de origen magrebí, entre ellas dos mujeres y dos menores, rescatados en en el mar de Alborán (11/09/2022). ALBA FEIXAS (EFE) |
30 julio 2023.- La edad media de la población de España supera por primera vez los 44 años y los mayores de 65 son el 20% según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). A 1 de enero de 2022, la edad media de la población española era de 44,1 años.
A modo comparativo, La edad promedio en China es ahora de 38 años , en comparación con los 28 de hace apenas dos décadas. En contraste, la India tiene hoy una mediana de edad de 28 años . Las personas de 65 años o más ahora comprenden el 14% de la población de China en comparación con el 7% de la India.
Estos datos son importantes a tener cuenta por cuanto la India ha superado en población a China, y con estos datos encima de la mesa, los expertos informan que China está entrando en una grave crisis demográfica.
Si las tendencias actuales continúan, se espera que China pierda más de un tercio de su población de 1.400 millones. Algunas proyecciones indican que el país caerá a una población de 800 millones para el año 2100 . Imagínense si en España no deberíamos estar igualmente preocupados.
Una vez que la población de una nación está en declive, solo ha habido tradicionalmente dos formas de revertir la tendencia: alentar a las personas a tener más hijos o hacer que personas de fuera del país se muden. En la actualidad, podríamos aventurar una tercera; la automatización y digitalización de procesos mediante tecnología en inteligencia artificial.
Muchos políticos creen que se puede aumentar la población cambiando las políticas de fertilidad de la nación fomentando las ayudas a la natalidad. Pero estos "alicientes" de la política no están llevando a aumentos de la fertilidad ni en España ni en China, y hay pocas razones para pensar que darán como resultado un repunte dramático en los próximos años.
Esto se debe a que la mayor parte de la reducción de la fecundidad ha sido voluntaria y más resultado de la modernización que de las políticas de control de la fecundidad. Las parejas tienen menos hijos debido a los costes de vida más altos y los gastos educativos que implica tener más de un hijo.
En mi opinión, la tasa de fecundidad total en España podría aumentar durante la próxima década en 0,1 o 0,2 como mucho. Pero los demógrafos están de acuerdo en gran medida en que nunca aumentará en 1,0 o 2,0, el tipo de aumento necesario para que España alcance un nivel de reemplazo aceptable a corto plazo.
Y luego está lo que los demógrafos llaman la “ trampa de baja fertilidad ”. Esta hipótesis, presentada por los demógrafos a principios de la década de 2000, sostiene que una vez que la tasa de fertilidad de un país cae por debajo de 1,5 o 1,4 (y la de España ahora apenas llega a 1,2), es muy difícil aumentarla en una cantidad significativa. El argumento es que la disminución de la fecundidad a estos bajos niveles se debe en gran medida a los cambios en los niveles de vida y al aumento de las oportunidades para las mujeres.
Como resultado, es muy poco probable que la política de fomento de la fecundidad hacia los dos-tres hijos tenga alguna influencia en el aumento de la tasa de fecundidad. Lo que deja el camino despejado a la inmigración o la tecnología.
España, al igual que China y otras naciones europeas, deberían cambiar sus políticas de inmigración si quieren revertir su tendencia demográfica. Pero cambiar la política de inmigración probablemente requerirá un cambio de mentalidad, ya que españoles y europeos se jactan de tener un linaje que se remonta a cientos o miles de años, como han manifestado los nórdicos.
Muchos creen que la mejor manera de mantener esta pureza racial y la identidad nacional es limitar o prohibir la migración a España y Europa en general.
Pero relajar la política de inmigración no solo impulsará los números, sino que también compensaría cualquier caída en la productividad causada por el envejecimiento de la población. Los inmigrantes suelen estar en edad de trabajar y son productivos en determinadas actividades laborales ; también tienden a tener más bebés que los residentes nativos.
Frente a este enfoque, hay voces que creen que la productividad se compensará con tecnología, con el uso de máquinas, autómatas y la digitalización de procesos. En este escenario, muchas personas en edad laboral quedarán excluidas del mercado de trabajo al ser sustituidas por "máquinas" e inteligencia artificial. Personas "jóvenes" que pasarán a engrosar las listas de dependientes del Estado a semejanza de pensionistas, lo que dificultará aún más la "tenencia" de hijos y neutralizaría los incrementos de productividad con nuevos impuestos que cubran los subsidios por desempleo.
Estados Unidos y muchos países europeos han dependido durante décadas de la migración internacional para reforzar su población en edad laboral . Para que la inmigración tenga un impacto razonable, la cantidad de personas que ingresen deberá aumentar en la próxima década. De lo contrario, el destino demográfico será el de pérdidas de población cada año, con más muertes que nacimientos, y España pronto tendrá una de las poblaciones más envejecidas del mundo.
O preservamos el método tradicional "importando" migrantes o apostamos por el uso de tecnología como herramienta "compensatoria" de la baja natalidad. Una apuesta generacional arriesgada y que resultará costosa empobreciendo a amplios sectores de la población.
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