La historia de la hilandera Aracne
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Atenea castiga a la hilandera Aracne por haber querido compararse con ella, transformándola en una araña. Óleo por Luca Giordano. Siglo XVII. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Oronoz / Album |
23 octubre 2023.- De los mitos protagonizados por Palas Atenea, uno de los más sugestivos es el de Aracne, tratado por literatos como el poeta romano Ovidio en el Libro VI de sus Metamorfosis y por pintores como Diego Velázquez en su famoso cuadro Las hilanderas. Ovidio cuenta que Aracne era una habilísima tejedora de Lidia que presumía de elaborar los mejores tapices.
Las ninfas iban a verla trabajar y se maravillaban «cuando Aracne ovillaba el material o lo llevaba con sus dedos o tiraba suavemente de los vellones, o cuando hacía girar el huso o cuando bordaba». Todos decían que un arte tan consumado solo podía habérselo enseñado Palas Atenea, la divinidad industriosa, pero la arrogante Aracne negaba ser su discípula y se atrevió a desafiar a Atenea para que se viera quién realizaba la tela más bella.
Atenea se presentó disfrazada como una anciana y le aconsejó que se mostrara más humilde y no ofendiera a los dioses, pero Aracne respondió con insultos. Entonces Atenea se descubrió y aceptó competir como tejedora con la orgullosa doncella. Así, «tiende cada una de ellas su tela, y comienza a tejer.
Apresurándose ambas, ceñidas al pecho las ropas, mueven los brazos, haciendo ligero el trabajo con el empeño que en él ponen». Ofendida por la perfección del trabajo de Aracne, Atenea destruye su tapiz «y luego golpea en la frente a su autora con la lanzadera de boj». Desesperada, Aracne decidió suicidarse colgándose con un lazo.
Palas la levantó antes de morir, pero, «vengativa, la rocía con jugos de hierbas mágicas y la desfigura horriblemente, mudándola al cuerpo de una araña, de cuyo vientre nace un hilo con el cual ella sigue haciendo su oficio de tejedora».
Detalle de un grabado de Gustave Doré que representa a Aracne en los infiernos. 1885. Scala, Firenze
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