La protección de los lobos en Europa se ha vuelto profundamente política
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| Los lobos están regresando por toda Europa, pero no todo el mundo está contento. Foto: Ramón Carretero/Shutterstock |
Los lobos están regresando a muchas zonas de Europa después de siglos de persecución. Sólo en la última década, han ampliado su distribución en el continente en más de un 25%.
16 octubre 2023.- Este resurgimiento se puso de relieve en septiembre de 2023 tras una controvertida declaración de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. "La concentración de manadas de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado y potencialmente también para los humanos. Insto a las autoridades locales y nacionales a tomar medidas cuando sea necesario", afirmó .
Pero ¿cuál es la acción correcta a tomar? Las decisiones recientes de los estados miembros de la UE no reflejan un consenso sobre el asunto.
El Senado suizo votó a favor de aliviar las restricciones al sacrificio de sus aproximadamente 200 lobos para salvaguardar el ganado que deambula libremente en los Alpes. España, que alberga a más de 2.000 lobos y cuenta con sistemas extensivos de pastoreo de ganado , ha adoptado una postura contrastante.
En 2021, el gobierno español declaró a los lobos estrictamente protegidos. Su objetivo es aumentar la población de lobos en un 18% y animar a los agricultores a implementar medidas de protección del ganado, como instalar vallas o tener perros guardianes.
Un examen de las motivaciones de España para la protección puede proporcionar una idea de lo que motiva a los países a adoptar enfoques tan diferentes de la coexistencia.
¿Qué significa convivencia?
En una nueva investigación realizada en España sobre cómo se interpreta y experimenta la convivencia con los lobos, se revelaron tres puntos de vista distintos y, hasta cierto punto, contradictorios sobre lo que significa la coexistencia y cómo debería lograrse.
Los "tradicionalistas" se preocupaban profundamente por los paisajes, los medios de vida y la biodiversidad que evolucionaron juntos a lo largo de milenios de pastoreo en libertad. Veían a las personas como parte de la naturaleza e interpretaban la convivencia como un estado en el que se controlaba al lobo para no perturbar las actividades pastorales.
Los "proteccionistas" querían restaurar la naturaleza "salvaje" (con una mínima influencia humana) y creían que el lobo catalizaría este proceso. Vieron la convivencia como un estado donde las actividades humanas estaban controladas para que los lobos pudieran vagar libremente.
Los "pragmáticos" estaban menos obsesionados con un cierto tipo de naturaleza y más con las relaciones y el contexto dentro de cada lugar. Consideraban la coexistencia como un estado en el que las necesidades de los diferentes grupos (incluidos los lobos) estaban equilibradas.
Relajar o aumentar la protección del lobo ha llegado a representar estas diferentes visiones del futuro. Cada una de estas visiones ofrece ventajas para algunas personas y la vida silvestre y presenta desafíos para otros. Como resultado, el tema se ha vuelto profundamente político.
La política de conservación del lobo
En España, la propuesta para proteger a los lobos fue presentada por proteccionistas y estaba alineada con la agenda del actual gobierno de izquierda. Podemos, uno de los partidos de la coalición de izquierda, presentó una propuesta para una protección estricta de los lobos en 2016 (cuando estaban en la oposición) en colaboración con grupos de defensa de los lobos.
Por el contrario, los partidos políticos de derecha de España se opusieron firmemente. Estos partidos tienden a apuntar a los votantes rurales, para quienes el regreso de los carnívoros ha llegado a simbolizar la desaparición de las culturas pastoriles.
La propuesta finalmente fue respaldada por el gobierno basándose en el "valor científico, ecológico y cultural" de los lobos, criterios en gran medida subjetivos. Por ejemplo, se podría argumentar que el zorro, que no está protegido, posee valores similares. Estos criterios no consideran cómo las estrictas medidas de protección de los lobos podrían afectar otros valores culturales o ecológicos, como los sistemas de pastoreo.
La decisión de España también estuvo influenciada por la visión de los proteccionistas sobre el estado de conservación del lobo. Una especie clasificada como de situación "favorable" (adecuada para garantizar su supervivencia a largo plazo) en la Directiva de Hábitats de la UE puede, en algunos casos, ser cazada. Sin embargo, los conservacionistas no están de acuerdo sobre los criterios y datos en los que se basa este estatus.
Por ejemplo, una evaluación presentada a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en 2018 indica que la población de lobo ibérico es grande, estable y se expande lentamente. Por el contrario, un informe publicado por un grupo de defensa de los lobos en 2017 afirmó que durante ese año se mataron más lobos de los que nacieron en España.
Este último ha sido acusado de ser parcial y poco científico. Sin embargo, esto no impidió que el Ministerio de Medio Ambiente español utilizara el informe para reclasificar el estado de conservación de los lobos de "favorable" (como en informes anteriores) a "desfavorable". En otras palabras, la información se interpretó, seleccionó y presentó de una manera que justificaba una mayor protección.
El gobierno sueco, liderado por una coalición de derecha desde 2022, busca lograr lo contrario. Ha ordenado a la Agencia de Protección Ambiental que revise si el umbral establecido para un estatus favorable, fijado en un mínimo de 300 en 2019, puede reducirse para permitir un mayor sacrificio.
¿Esta naturaleza o aquella naturaleza?
Para cerrar la brecha política entre protección y persecución, así como entre la restauración de paisajes "salvajes" versus paisajes pastoriles, se necesita una reevaluación de cómo se toman las decisiones y qué pruebas se consideran.
La ciencia desempeña un papel crucial en la evaluación de diversas opciones políticas y sus consecuencias, como el efecto de una mayor población de lobos en el comportamiento de las ovejas o los ciervos. Pero no puede determinar el curso de acción "correcto". Esa elección depende de lo que la gente, el ganado y la vida silvestre en un lugar particular necesitan para vivir bien. En otras palabras: el contexto importa.
En la mayoría de los casos, la cuestión no es elegir entre “esto o aquello”, sino más bien, cómo conseguimos “un poco de todo”.
Conciliar diferentes intereses y encontrar una manera de avanzar requiere la participación pública y, normalmente, la mediación profesional. Estas son las acciones que la Comisión Europea debería fomentar entre los estados miembros.
Teniendo esto en cuenta, resulta preocupante que en el debate se pase por alto en gran medida la interpretación pragmática. En última instancia, la coexistencia sostenible de humanos y lobos no depende de si los lobos son cazados o protegidos, ni siquiera del tamaño de la población de lobos. Más bien, depende de cómo se toman estas decisiones.
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