SÓCRATES, prefirió la muerte a vivir bajo un "sistema democrático" en el que no creía
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Sócrates (469-399 a. C.) fue un gran filósofo griego, la fuente del " método socrático " y conocido por sus dichos sobre "no saber nada" y que "no vale la pena vivir una vida no examinada".
18 noviembre 2023.- No se cree que Sócrates haya escrito ningún libro. Lo que entendemos de su filosofía proviene de los escritos de sus contemporáneos, incluido su alumno Platón, quien mostró el método de instrucción de Sócrates en sus diálogos.
Además del contenido de sus enseñanzas, Sócrates también es mejor conocido por beber una taza de cicuta venenosa. Así ejecutaban los atenienses la pena de muerte por un delito capital. ¿Por qué los atenienses querían que muriera su gran pensador Sócrates?
Hay tres fuentes griegas contemporáneas principales sobre Sócrates: sus alumnos Platón y Jenofonte, y el dramaturgo cómico Aristófanes. Por ellos sabemos que Sócrates fue acusado de impiedad contra la religión tradicional griega, de actuar (como miembro de la Asamblea Popular) contra la voluntad del pueblo, de hablar en contra de la idea democrática de las elecciones y de corromper a los jóvenes con sus propias creencias.
El siglo V a.C. fue la época de mayor esplendor de Atenas, en la que se construyeron los más importantes monumentos de la Acrópolis. Sen Li / Getty Images
El dramaturgo cómico Aristófanes fue contemporáneo de Sócrates y abordó algunas de las cuestiones de Sócrates en su obra "Las nubes", que se representó sólo una vez en 423 a.C. y 24 años antes de la ejecución. En "Las nubes", Sócrates es retratado como un maestro remoto y altivo que se alejó de la religión griega apoyada por el estado para adorar "deidades privadas" de su propia creación. En la obra, Sócrates dirige una escuela, llamada Instituto del Pensamiento, que enseña esas ideas subversivas a los jóvenes.
Al final de la obra, la escuela de Sócrates es incendiada. La mayoría de las obras de Aristófanes eran un ataque satírico a la élite ateniense: Eurípides, Cleón y Sócrates eran sus principales objetivos. El clasicista británico Stephen Halliwell (nacido en 1953) sugiere que "Las Nubes" era una mezcla de fantasía y sátira que ofrecía una "imagen ridículamente distorsionada" de Sócrates y de su escuela.
Sócrates pasó 30 días en su celda conversando con sus amistades y sus visitantes. Sócrates en prisión. Óleo por Johann Heinrich Wilhelm Tischbein. 1785. Castillo Wilhelmshöhe, Kassel. BPK / Scala, Firenze
El filósofo griego Platón fue uno de los alumnos estrella de Sócrates, y su evidencia contra Sócrates se presenta en el ensayo "La apología de Sócrates", que incluye un diálogo que Sócrates presentó en su juicio por impiedad y corrupción. La Apología es uno de los cuatro diálogos escritos sobre este famoso juicio y sus consecuencias; los otros son "Eutifro", "Fedón" y "Crito".
En su juicio, Sócrates fue acusado de dos cosas: impiedad ( asebeia ) contra los dioses de Atenas al introducir nuevos dioses y corromper a la juventud ateniense al enseñarles a cuestionar el status quo. Fue acusado de impiedad específicamente porque el Oráculo de Delfos dijo que no había en Atenas ningún hombre más sabio que Sócrates, y Sócrates sabía que no era sabio. Después de escuchar eso, interrogó a cada hombre que conoció para encontrar uno más sabio que él.
La acusación de corrupción, dijo Sócrates en su defensa, se debía a que al interrogar a la gente en público, los avergonzaba, y ellos, a su vez, lo acusaban de corromper a la juventud de Atenas mediante el uso de sofismas.
Sócrates manda salir a su familia para quedarse con sus amigos en la celda. Relieve en mármol por Antonio Canova. Fundación Cariplo, Milan. Scala, Firenze
En su "Memorabilia", una colección de diálogos socráticos completada después del 371 a.C., Jenofonte (filósofo, historiador, soldado y alumno de Sócrates) examinó los cargos en su contra.
"Sócrates es culpable de crimen al negarse a reconocer a los dioses reconocidos por el Estado e importar divinidades extrañas propias; es además culpable de corromper a los jóvenes".
Además, Jenofonte informa que mientras actuaba como presidente de la asamblea popular, Sócrates siguió sus propios principios en lugar de la voluntad del pueblo. La boule era el Consejo cuyo trabajo consistía en proporcionar una agenda para la ekklesia , la Asamblea ciudadana. Si la boule no incluía un punto en la agenda, la ekklesia no podía actuar en consecuencia; pero si lo hacían, se suponía que la ekklesia debía abordar el asunto.
"Hubo un tiempo en que Sócrates era miembro del Consejo [boule], había prestado juramento senatorial y había jurado 'como miembro de esa cámara actuar de conformidad con las leyes'. Fue así como llegó a ser presidente de la Asamblea Popular [ekklesia], cuando ese organismo se vio invadido por el deseo de condenar a muerte a los nueve generales, Trasilo, Erasinides y los demás, mediante un solo voto inclusivo. Debido al amargo resentimiento del pueblo y a las amenazas de varios ciudadanos influyentes, [Sócrates] se negó a plantear la cuestión, estimando que era más importante cumplir fielmente el juramento que había hecho que complacer injustamente al pueblo o protegerse de las amenazas de los poderosos".
Sócrates, dijo Jenofonte, también estaba en desacuerdo con la ciudadanía que imaginaba que los dioses no lo saben todo. En cambio, Sócrates pensaba que los dioses eran omniscientes, que los dioses estaban conscientes de todas las cosas que se decían y hacían, e incluso de las cosas en las que pensaban los humanos. Un elemento crítico que llevó a la muerte de Sócrates fue su herejía criminal. Jenofonte dijo:
El hecho es que, con respecto al cuidado otorgado por los dioses a los hombres, su creencia difería ampliamente de la de la multitud".
El verdugo quita los grilletes a Sócrates. La muerte de Sócrates, por Christian Hoyer. Galería Nacional de Dinamarca, Copenhague. Heritage / Aurimages
Corrompiendo a la juventud de Atenas
Finalmente, al corromper a los jóvenes, Sócrates fue acusado de alentar a sus estudiantes a seguir el camino que él había elegido (en particular, el que lo llevó a tener problemas con la democracia radical de la época). Sócrates creía que las urnas eran una forma estúpida de elegir representantes. Jenofonte explica:
" Sócrates hizo que sus asociados despreciaran las leyes establecidas cuando insistió en la locura de nombrar funcionarios estatales mediante votación: un principio que, dijo, nadie querría aplicar al seleccionar un piloto o un flautista o en cualquier caso similar, donde un error sería mucho menos desastroso que en materia política".
Palabras como éstas, según el acusador, tendían a incitar a los jóvenes a despreciar la constitución establecida, volviéndolos violentos y testarudos.
LOS ÚLTIMOS MINUTOS
Al final de la tarde, Sócrates decidió tomar un baño para no dejar a las mujeres la tarea de lavar su cadáver para el sepelio. A continuación trajeron a sus hijos y a las mujeres de su familia y se puso a conversar con ellos un rato, pero después les mandó retirarse. El sol ya estaba a punto de ponerse, pero nadie se atrevía a articular palabra.
Fue Critón quien rompió el hielo y le preguntó a Sócrates, con la mayor serenidad posible, cómo quería que le enterrasen: «Mi querido Critón –repuso Sócrates–, estaré muy lejos de vosotros cuando me hayas cerrado los ojos. ¡Tú no vas a enterrar a Sócrates, sino el cuerpo que un día le perteneció! Pero, venga, si quieres, dale sepultura a la antigua usanza ateniense».
La muerte de Sócrates, recreada en estilo academicista por Jean-Baptiste Alizard (1762). Escuela de Bellas Artes, París. RMN-Grand Palais
Todos estaban tristes; incluso el pobre verdugo, que vino entonces con una copa en la que había preparado la cicuta. Sócrates le preguntó educadamente si podía verter algo como libación a los dioses: «No –le contestó–, tan solo preparamos la cantidad precisa». Así pues, Sócrates decidió atraer el favor de los dioses con una plegaria, mientras Critón le pedía que esperase un poco, pues el sol aún estaba encima de los montes, añadiendo que otros condenados habían bebido la cicuta ya muy tarde, tras celebrar un banquete y traerse a un mozo (o una moza) con los que yacer.
Sócrates no hizo caso y, una vez acabada la oración, alzando la copa diestra y serenamente, la apuró de un solo trago. Incapaces ya de contenerse, a todos se les saltaban las lágrimas y se lamentaban a gritos; todos, menos Sócrates, que dijo: «¿Pero qué es esto, amigos míos? ¿No despedí a las mujeres para evitarme este espectáculo? Comportaos, pues, y tened valor».
REFLEJO EN LA ACTUALIDAD
¿Para qué hablar de Sócrates si la confianza en que el pensamiento crítico nos haría más libres, más justos y más buenos parece estar dando paso a la frustración de que no hay manera de dejar atrás nuestras debilidades?
¿Para qué recordar a Sócrates si hemos dejado de creer en el valor del conocimiento, de la memoria, de la atención y si para nuestros jóvenes teclear en un dispositivo móvil es más importante que hablar?
¿Para qué, en definitiva, Sócrates, si las relaciones cara a cara están siendo sustituidas por las relaciones digitalizadas y llamamos "diálogo" a lo que hacemos en las redes sociales?
La misma pregunta lleva implícita su respuesta. Es imprescindible saber que Sócrates no sólo está en los cimientos de la cultura occidental, sino que fue el iniciador de un diálogo que ha recorrido siglos y en el que han participado las grandes mentes de la historia.
Fuentes:
- Aristófanes. " Nubes ". Johnston, Ian, traductor. Universidad de la isla de Vancouver (2008).
- Halliwell, Stephen. ¿La comedia mató a Sócrates? OUPblog , 22 de diciembre de 2015.
- Platón. " Apología ." Traducción: Jowett, Benjamín. Proyecto Gutenberg (2013)
- Jenofonte. « Los Memorabilia: Recuerdos de Sócrates ». Trans. Dakyns, Henry Graham. 1890-1909. Proyecto Gutenberg (2013).
- Emily Wilson. La muerte de Sócrates. Terán Libros, Barcelona, 2008.
- René Kraus. La vida privada y pública de Sócrates. Arpa, Barcelona, 2022.
- Gregorio Luri. ¿Matar a Sócrates? El filósofo que desafía a la ciudad. Ariel, Barcelona, 2015.
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