Reseña de Beatriz Galindo, por Mariano Luna de Matías
04 mayo 2024.- Esta salmantina de alcurnia hidalga venida a menos tuvo una influencia capital en la que es considerada, por unanimidad, una de las mujeres de más alta consideración de nuestra historia. Y nuestro pasado, inmaculado y lleno de brotes coléricos, es fortísimo. Todavía sigue vigente en nuestro presente y se vinculará con los logros más apreciados de nuestra centuria prerrenacentista.
Esta preceptora de la familia de la Católica , nuestra querida Isabel, fue apodada "La Latina". Para nuestro beneficio como polímatas, no sólamente conocía sobradamente el latín, sino que también devoraba con entusiasmo la lengua helena. Y eso ayudó para que nuestra querida reina Isabel quedase prendada por su habilidad para el trato personal , su belleza, su generosidad deslumbrante, tal cual prócer y su sabiduría.
Creían los padres de Beatriz que , como muchas niñas de su edad , habría de ser recluida en un convento, pero para paz de nosotros, permitieron finalmente que no ingresase y fuera maestra de la reina e hijos, y también ejerciera como consejera espiritual. Y vaya sí se lo agradeció Isabel, la nuestra monarca predilecta. Con un matrimonio con Francisco Ramírez y que su hermano formase parte del círculo del testamento de la venerada reina.
La Latina fundó el convento de las Jerónimas y el hospital de La Latina, donde se atendía a personas sin recursos y desahuciadas, especialmente a mujeres desvalidas. Durante años fue visitada a menudo por Fernando el Católico y más tarde Carlos V, quienes a menudo le consultaban asuntos de política. Sin embargo, Beatriz Galindo fue muy crítica cuando Fernando contrajo matrimonio en segundas nupcias con Germana de Foix.
Beatriz no era únicamente bella, sabia y trabajadora. Fue una madre( según los cronistas) llena de vitalidad, ternura y compromiso. Todo lo hacía y hacía de todo. Madre, consejera, preceptora, esposa, hija y mujer. Maravillosa. Esa " Puella doctae" , una vez muerto su cónyuge, se dedicó a levantar una escuela y un convento en el barrio que le dio nombre, La Latina.
La prosperidad y el sacrificio para ayudar a gente que de verdad lo merece, lo necesita y es agradecida. La señora Galindo ayudó, sirvió, y creó ella sola instituciones para beneficio de los otros. Poco después del nacimiento de " La Latina", fue una mujer canonizada quien gracias a su entusiasmo, su gallardía y su frescura, cambio por completo la literatura de la primera parte del siglo dieciséis. Teresa de Cepeda y Ahumada.
Fuese o no fuera una revelación, Santa Teresa, al igual que Beatriz Galindo, forman parte de esas criaturas celestiales con el don de la empatía y la reverencia por lo divino( una espiritual y otra más terrenal). ¿ De verdad, creen, amigos lectores que hay algo en la vida más perfecto que ayudar y fortalecer a los que más lo apremian?
Les dejo el beneficio de la gran duda. Piensen, luego somos.
Beatriz Galindo murió en Madrid, en 1535, con casi 70 años. Fue enterrada bajo el altar del coro alto de la iglesia del primer monasterio de las Jerónimas. En 1891 sus retos fueron trasladados y se descubrió que su cuerpo parecía incorrupto.
La Latina fue una mujer íntegra y adelantada a su época. Probablemente la más culta de la España del siglo XV. Como reconocimiento, en Madrid tiene un barrio, un teatro, una escultura, un distrito, una calle y una parada de Metro que llevan su nombre.
Autor: Mariano Luna de Matías
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