Las personas autistas tienen tres veces más probabilidades de desarrollar síntomas similares a los del Parkinson
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| Un cuidador ayuda a un paciente en una guardería suiza para personas que padecen la enfermedad de Parkinson. Fuente: Amelie-Benoist/BSIP/Biblioteca de fotografías científicas |
29 mayo 2024.- Un estudio de un cuarto de millón de personas con autismo, discapacidad intelectual o ambos ha descubierto que su riesgo de desarrollar síntomas asociados con la enfermedad de Parkinson es tres veces mayor que el de la población general.
El estudio es el más grande de su tipo y justifica una mayor investigación sobre los vínculos entre estas condiciones, dicen los investigadores. Los hallazgos fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo en Melbourne, Australia, el 16 de mayo, y aún no han sido revisados por pares.
Los resultados son "de gran importancia cuando pensamos en la planificación y en lo que deberíamos evaluar o buscar a medida que las personas autistas envejecen", dice el coautor del estudio Gregory Wallace, neuropsicólogo del desarrollo de la Universidad George Washington en Washington DC.
Robert Hendren, psiquiatra de la Universidad de California en San Francisco, está de acuerdo. "Cuanto mejor preparada esté la gente, mayores serán las posibilidades de minimizar los efectos, o incluso eliminarlos", afirma.
Cambiando la comprensión
Ha habido pocos estudios sobre los efectos en la salud que experimentan los adultos autistas a medida que envejecen. Cuando el autismo se describió por primera vez 1 en la década de 1940, “se consideraba un trastorno infantil”, dice Joseph Piven, psiquiatra de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
El autismo no se convirtió en un diagnóstico distintivo hasta la década de 1970, y los criterios para caracterizarlo han cambiado varias veces desde entonces. Estos cambios, además de la dificultad de reclutar participantes de edad avanzada para los estudios, han dificultado el seguimiento de los individuos a largo plazo, dice Wallace.
"Parte de la razón por la que sabemos tan poco sobre esto, y por qué está en su infancia, es porque sabemos muy poco sobre el envejecimiento y el autismo en términos más generales", dice Wallace.
Estudios anteriores han sugerido que las personas autistas tienen tasas desproporcionadamente altas de parkinsonismo (síntomas comunes en la enfermedad de Parkinson, incluidos temblores, congelamiento repentino al caminar y dificultad para mantener una postura) en comparación con la población general. Uno de los primeros estudios que investigó esto, publicado en 2015 por Piven y sus colegas 2 , analizó a 37 adultos con autismo y encontró que 12 tenían parkinsonismo. Pero los tamaños de muestra pequeños han socavado la confiabilidad de los hallazgos.
"Muchas personas autistas, cuando son más jóvenes, tienen síntomas motores o problemas con el funcionamiento motor", dice Wallace. "Queremos descubrir si se trata de parkinsonismo, una gama más amplia de estas características motoras, o es un proceso neurodegenerativo", añade.
Los estudios genéticos también han descubierto que el autismo está relacionado con mutaciones en el gen PARK2 , que también está asociado con la enfermedad de Parkinson 3 .
Wallace y sus colaboradores revisaron los registros médicos de tres años (de 2014 a 2016) de 247,539 personas en los Estados Unidos de 45 años o más. De ellos, 23.686 tenían autismo; 223.853 no eran autistas pero tenían una discapacidad intelectual; y 13.302 tenían ambos.
Los registros mostraron diagnósticos de parkinsonismo en el 5,98% de las personas autistas que no tenían discapacidad intelectual, el 6,01% de las personas que tenían discapacidad intelectual pero no eran autistas y el 7,31% de las que tenían ambas condiciones. Todas las personas diagnosticadas con parkinsonismo tenían más de 55 años.
Estas tasas son mucho más altas que en la población general, donde entre el 0,11% y el 1,85% de las personas del mismo grupo de edad presentan síntomas similares a los del Parkinson.
Factores ocultos
Según los investigadores, el parkinsonismo podría estar relacionado con el autismo y las discapacidades intelectuales mediante una faceta aún no identificada de la salud o el desarrollo del cerebro. El vínculo podría verse afectado incluso por medicamentos. Estudios realizados en Estados Unidos informan 4 que entre el 20% y el 34% de los niños con autismo reciben medicamentos antipsicóticos para reducir conductas consideradas "desafiantes", como la irritabilidad, la agresión, las autolesiones y el retraimiento social. Se sabe que algunos fármacos antipsicóticos provocan parkinsonismo como efecto secundario.
En un análisis de seguimiento también presentado en la reunión, Wallace y sus colaboradores excluyeron a las personas que habían tomado medicamentos inductores de parkinsonismo durante el período del estudio. Sus hallazgos, vistos por Nature , sugieren que las tasas de parkinsonismo todavía eran elevadas incluso en este grupo restringido.
Los investigadores dicen que los estudios futuros deberían analizar la edad de aparición del parkinsonismo para determinar si las personas autistas y las personas con discapacidad intelectual experimentan los síntomas antes que la población general. "Para que podamos entender si es neurodegenerativo, es fundamental seguir a las personas a lo largo del tiempo", dice Wallace.
"Necesitamos pensar en cómo tratarlo", dice Piven. "Necesitamos pensar en examinar a las personas con autismo para detectar características parkinsonianas". Hendren está de acuerdo. "Va a ser un panorama complejo", afirma. "Y tenemos que hacerlo todos juntos".
Fuente: Nature
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