Lo que debemos saber sobre la fiebre del dengue
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| Los mosquitos son el principal medio para contraer el dengue. Universidad Estatal de Oregón/Flickr |
18 mayo 2024.- La fiebre del dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos causada por uno de los cuatro serotipos del virus del dengue. Es transmitida principalmente por el mosquito Aedes aegypti y en menor medida por el mosquito Aedes albopictus , principalmente en las zonas tropicales y subtropicales del mundo.
En el dengue con signos de alarma, además de los síntomas clásicos, pueden presentarse pequeñas cantidades de sangre en las mucosas, hematomas, dolor abdominal, vómitos, deshidratación, inquietud, mareos, cansancio excesivo y somnolencia.
El dengue grave es el resultado de una mayor reacción inflamatoria sistémica, que altera la coagulación sanguínea y provoca la pérdida de líquidos. Las consecuencias pueden incluir sangrado intenso y una caída repentina de la presión arterial, que son responsables del shock asociado al dengue, la principal causa de muerte.
La infección por un serotipo proporciona inmunidad a largo plazo contra ese serotipo en particular, pero no contra los demás. Eso significa que, después de la recuperación, una persona aún puede estar infectada por los otros tres serotipos. Los serotipos son grupos dentro de una sola especie de microorganismos, como bacterias o virus, que comparten estructuras superficiales distintivas.
La mayoría de las infecciones producen sólo una enfermedad leve parecida a la gripe. El 80% de los casos son asintomáticos. Pero infectarse con diferentes serotipos uno tras otro pone a una persona en mayor riesgo de contraer dengue grave, también conocido como dengue hemorrágico. Se caracteriza por hemorragias internas graves y daños a órganos, y una caída repentina de la presión arterial que provoca un shock que puede ser mortal.
¿Qué tan extendido está en el Sahel?
La fiebre del dengue ha sido endémica en Sudán , con brotes documentados en 2010, 2013, 2017 y 2019. Desafortunadamente, debido a años de conflictos políticos y civiles, la capacidad de control y respuesta del sector de salud pública en Sudán ha sido limitada.
El riesgo de propagación en la región del Sahel, que incluye Níger, Malí y Chad, siempre ha sido alto. Esto se debe a que todos estos países albergan mosquitos vectores adecuados ( Aedes ). También comparten el mismo clima tropical con fuertes lluvias e inundaciones estacionales.
Para agravar el problema, países como Chad están lidiando con una afluencia masiva de refugiados y repatriados de Sudán que podrían ser portadores de la enfermedad. El epicentro del brote actual, la provincia de Ouaddaï, en la frontera oriental con Sudán, alberga a más de 400.000 refugiados.
Las ciudades en la frontera con Sudán están densamente pobladas y tienen condiciones sanitarias deficientes. Esto proporciona un entorno favorable para que los vectores se reproduzcan.
Además, Chad carece de programas eficaces de control de enfermedades. No tiene las capacidades necesarias de preparación y respuesta en materia de salud pública. Por tanto, el riesgo que plantea un brote de dengue es alto.
El movimiento de los refugiados que regresan tiene el potencial de propagar el brote en Chad e incluso a través de la frontera hacia otros países del Sahel, el resto de África y el mundo en general.
¿Qué tratamiento está disponible?
Actualmente no existe ningún tratamiento disponible para el dengue en el mundo. La detección oportuna y el manejo de casos, especialmente el tratamiento de la deshidratación y la fuga de plasma mediante rehidratación oral o intravenosa, son clave para prevenir enfermedades graves y la muerte.
Existe una vacuna contra el dengue aprobada (Dengvaxia) para su uso en personas de 9 a 45 años. Pero para que sea efectivo deben haber tenido una infección de dengue por cualquiera de los cuatro serotipos del virus, lo cual debe ser confirmado mediante una prueba de laboratorio.
Esta vacuna se administra en tres dosis en un plazo de 12 meses y protege contra los cuatro serotipos del virus del dengue con una eficacia del 80%. Sin embargo, su disponibilidad en los países en desarrollo de África no está asegurada, aunque ha sido autorizado por varias autoridades reguladoras nacionales.
En la actualidad, el Instituto Butantan (Brasil) trabaja en el desarrollo de una vacuna contra el dengue desde finales de los años 1990. Recientemente se han publicado los resultados de la fase primaria 3 de la vacuna candidata en The New England Journal of Medicine.
Con una sola inyección proporciona una buena protección en un rango de edad muy elástico, desde los dos hasta los 60 años incompletos, según los resultados publicados. También tiene el diferencial de poder aplicarse a quienes ya han sido infectados o no por el virus del dengue.
El próximo paso será finalizar el expediente con toda la información del estudio para solicitar el registro en la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil hasta el segundo semestre de 2024.
Aparte de la vacuna, la única otra protección contra el dengue es la prevención de las picaduras de mosquitos y el control de vectores.
¿Cuál es el camino a seguir para controlar la enfermedad?
Se debe invertir más en ampliar las capacidades clínicas y de laboratorio para hacer frente a la enfermedad.
establecer procedimientos operativos estándar para el manejo clínico de casos sospechosos y confirmados de dengue.
ampliar la capacidad de detección temprana de casos; esto podría lograrse mediante la adquisición de pruebas de diagnóstico rápido y alertando a las comunidades.
fortalecer la vigilancia de enfermedades y coordinar la respuesta mediante la búsqueda activa de casos. Es probable que los casos dentro de la comunidad no se notifiquen, ya que el público desconoce el dengue. Además, es posible que los médicos no estén familiarizados con la presentación de la enfermedad. Podría confundirse con otras fiebres comunes.
implementar medidas efectivas de control de vectores, como drenar el agua estancada alrededor de áreas residenciales, limpiar y reponer los contenedores de almacenamiento de agua semanalmente, distribuir mosquiteros tratados con insecticida, fumigar interiores y usar mosquiteros en puertas y ventanas.
fortalecer la vigilancia para evaluar el potencial de reproducción de vectores en contenedores y monitorear la resistencia a los insecticidas. Esto es fundamental para seleccionar los insecticidas más eficaces.
concienciar a las comunidades sobre los riesgos de infección y cómo protegerse. Las comunidades involucradas pueden apropiarse de la estrategia de control de vectores y adoptar comportamientos saludables.
fortalecer la colaboración transfronteriza. Lo más probable es que el brote actual se haya extendido desde Sudán. La atención debería centrarse en las medidas de prevención y control de vectores en las zonas fronterizas.
movilizar recursos para un plan nacional de contingencia para la preparación y respuesta al dengue. Y buscar ayuda de organizaciones experimentadas como la OMS.
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