Sepsis: por qué esta enfermedad mortal es tan difícil de diagnostica
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| La sepsis es provocada inicialmente por patógenos que ingresan al torrente sanguíneo. ART-ur/Shutterstock |
Con casi 50 millones de casos y 11 millones de muertes en todo el mundo cada año, la sepsis representa una importante crisis de salud mundial. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, la sepsis sigue siendo una afección desconcertante de diagnosticar con prontitud.
04 junio 2024.- La sepsis es una afección grave que surge cuando la respuesta del cuerpo a una infección daña sus propios tejidos y órganos. Puede desarrollarse en un período de tiempo muy corto, generalmente horas, si no se trata.
La sepsis suele ser provocada por una infección bacteriana o viral, a menudo en los pulmones, el tracto urinario, el abdomen o por una herida. Si estos patógenos escapan del área infectada, pueden ingresar al torrente sanguíneo, donde pueden propagarse por todo el cuerpo hasta los tejidos circundantes y los órganos principales .
Debido a la rapidez con la que se propaga la infección, el sistema inmunológico se ve abrumado y desregulado, lo que significa que deja de funcionar como debería. Esto desencadena una respuesta inmune exagerada conocida como tormenta de citocinas . Esta tormenta de citoquinas no solo no logra eliminar la infección, sino que también causa daños extensos en tejidos y órganos, lo que puede causar complicaciones graves e incluso la muerte sin un tratamiento oportuno.
La sepsis puede afectar a cualquier persona, aunque los adultos mayores, los bebés, los niños pequeños y las personas con enfermedades crónicas (como diabetes, artritis, asma y cáncer) corren un mayor riesgo debido a las diferencias en la forma en que funcionan sus sistemas inmunológicos.
Condición severa
Existen numerosas razones por las que la sepsis es una afección tan peligrosa. Esto se debe en gran medida a lo difícil que es diagnosticarlo.
Los primeros síntomas de la sepsis tienden a compartir similitudes con muchas otras enfermedades. A menudo, los pacientes comienzan con síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, respiración rápida y aumento del ritmo cardíaco. Estos pueden confundirse fácilmente con otras afecciones o pasarse por alto por completo.
Sin embargo, estos signos sutiles pueden volverse graves en cuestión de horas debido a la rapidez con la que avanza la sepsis. Es fundamental que los pacientes reciban tratamiento lo antes posible, ya que por cada hora de retraso en el tratamiento hay un 8% más de riesgo de muerte .
La sepsis también puede ser provocada por una amplia gama de patógenos , incluidos bacterias, virus, hongos y parásitos. Esto dificulta identificar la causa exacta de la sepsis. Dado que cada patógeno requiere un tipo diferente de tratamiento, esto significa que primero se deben realizar pruebas de laboratorio antes de que los pacientes puedan recibir tratamiento.
Y, debido a la naturaleza compleja de la sepsis, carece de una firma biológica (o biomarcador) que pueda usarse de manera confiable para diagnosticar la afección . Los biomarcadores desempeñan un papel crucial en el diagnóstico de diversas enfermedades, ya que indican la presencia y gravedad de una enfermedad. Esto significa que los médicos deben buscar otros signos y síntomas, además de pruebas de laboratorio, para diagnosticar la sepsis. Pero estos signos no siempre indican claramente la presencia de la afección, al menos al principio.
Futuro del tratamiento
La sepsis se trata con antibióticos o antivirales, según la causa fundamental de la infección del paciente. Es posible que los pacientes también necesiten recibir líquidos para mantener la presión arterial y oxígeno para respaldar la función de los órganos, según su afección. En casos graves, es posible que sea necesario drenar los abscesos, eliminar los tejidos infectados y que el paciente necesite un ventilador o diálisis para favorecer la respiración y la función de los órganos.
Hasta el 70% de las personas que desarrollan sepsis sobreviven a la afección si se tratan a tiempo. Cuando no se trata, la tasa de supervivencia cae a aproximadamente el 20%.
Alrededor de la mitad de las personas que sobreviven a la sepsis desarrollan un “ síndrome post-sepsis ”: síntomas físicos y emocionales a largo plazo que pueden durar años. Algunos de estos síntomas pueden incluir enfermarse con más frecuencia, sentirse débil o cansado y experimentar problemas de salud mental.
Sin embargo, existe la preocupación de que los tratamientos actuales para la sepsis se estén volviendo menos efectivos. La inmensa mayoría de los casos de sepsis se deben a infecciones bacterianas. Esto hace que los antibióticos sean la principal vía de tratamiento para la sepsis.
Pero las bacterias pueden evolucionar para sobrevivir a la exposición a los antibióticos y volverse resistentes a los medicamentos comúnmente utilizados para tratar infecciones. Esto hace que la resistencia a los antibióticos sea un factor importante que contribuye a la sepsis. Esta resistencia puede hacer que los antibióticos sean ineficaces para erradicar la infección bacteriana inicial, permitiendo que persista y empeore .
Pero las recientes innovaciones en este campo pueden ofrecer esperanza. La investigación ha descubierto cómo los patógenos se adhieren al revestimiento de los vasos sanguíneos , un mecanismo que permite que los patógenos se propaguen por todo el cuerpo. Gracias a este descubrimiento, se han iniciado ensayos para comprobar si un fármaco dirigido a los vasos sanguíneos (en lugar de a los patógenos que causan la infección) puede detener la sepsis y reducir la dependencia de los antibióticos.
Los fármacos que impiden que los patógenos se unan a los vasos sanguíneos también podrían administrarse antes de que se produzca la sepsis . Si esto resulta eficaz, podría salvar millones de vidas.
También se están realizando esfuerzos para introducir protocolos estandarizados de sepsis con el fin de mejorar el reconocimiento temprano de la afección en hospitales y clínicas.
La sepsis le puede pasar a cualquiera. La mejor forma de evitarlo es cuidar tu salud. Es importante mantenerse al día con las vacunas, practicar una buena higiene y cuidar adecuadamente las heridas que se produzcan. Pero si se presenta alguno de los síntomas conocidos de la sepsis, como fiebre, escalofríos y presión arterial baja, es vital buscar ayuda médica de inmediato.
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