El sueño bifásico, la práctica medieval de "los dos sueños"
Fuente: Biblioteca Británica Real 16 G VI f. 23 |
La mayoría de la gente aprecia los beneficios de una buena noche de sueño. Un sueño saludable implica dormir lo suficiente de forma ininterrumpida con regularidad. Cuando logramos un sueño de calidad, nuestro rendimiento cerebral, nuestro estado de ánimo y nuestra salud general mejoran significativamente
11 junio 2024.- Sin embargo, la situación era muy diferente durante la Edad Media, cuando la gente practicaba el hábito de "dos sueños". La duración del primer y segundo período de sueño varió según la época del año y las preferencias individuales. Era común que la gente se acostara alrededor de las nueve y durmiera hasta las once, seguido por un período de vigilia hasta alrededor de la una. Luego volverían a dormir hasta el amanecer.
La noche se dividió en dos mitades distintas, con un período de vigilia entre los dos segmentos de sueño.
A principios de los años 90, el historiador Roger Ekirch hizo un descubrimiento fascinante mientras investigaba la historia de la noche para un libro. Encontró un manuscrito que describía a una niña de nueve años llamada Jane Rowth y su madre despertándose de un breve sueño a las 11 de la noche del 13 de abril de 1699, en un pequeño pueblo inglés.
Este misterioso fenómeno, conocido como "sueño bifásico" o "doble sueño", despertó el interés de Ekirch y lo impulsó a profundizar en el tema. A medida que amplió su búsqueda para incluir bases de datos en línea de otros registros escritos, se hizo evidente que esta práctica estaba más extendida y normalizada de lo que había imaginado inicialmente.
En su libro At Day's Close: Night in Times Past, Ekirch explica que sus hallazgos revelaron que las referencias al "primer sueño" estaban presentes en obras de renombre de la literatura medieval, como "Los cuentos de Canterbury" de Geoffrey Chaucer (escrito entre 1387 y 1400) y El libro satírico de William Baldwin "Beware the Cat" (1561), considerado por algunos como la primera novela.
Sin embargo, las pruebas no se detuvieron ahí. Ekirch descubrió menciones casuales del sistema de dormir dos veces en muchas fuentes, incluidas cartas, diarios, libros de texto médicos, escritos filosóficos, artículos periodísticos y obras de teatro, que abarcan cientos de referencias.
En Barnaby Rudge (1840), de Charles Dickens, está escrito que "Él lo sabía, incluso en el horror con el que se sobresaltó de su primer sueño, y abrió la ventana para disiparlo mediante la presencia de algún objeto, más allá de la habitación, que No había sido, por así decirlo, testigo de su sueño."
Durante las horas de vigilia de la noche, las personas realizaban diversas actividades. Algunas familias comieron tarde, mientras que otras prepararon comida o recogieron utensilios para el trabajo del día siguiente. Especialmente en invierno, era fundamental rellenar la chimenea con leña para garantizar que la casa permaneciera caliente durante toda la noche. Curiosamente, los médicos suelen recetar medicamentos entre el primer y segundo período de sueño.
Además, estaba ampliamente aceptado que consumir alimentos o bebidas durante la noche era beneficioso. Se dice que el renombrado científico y artista Leonardo da Vinci utilizó este tiempo de vigilia para quedarse en la cama y reflexionar sobre sus estudios y logros del día.
Los libros de medicina del pasado recomendaban pasar el primer período de sueño acostado sobre el lado derecho, pero al regresar a la cama para el segundo sueño, se consideraba importante darse la vuelta y acostarse sobre el lado izquierdo. Sin embargo, algunos individuos optaron por permanecer despiertos durante el período de vigilia entre los dos sueños.
El sueño bifásico no fue un fenómeno exclusivo limitado a Inglaterra. La investigación de Ekirch reveló que esta práctica estaba muy extendida en todo el mundo preindustrial. En Francia, el sueño inicial se conocía como "premier somme", en Italia se conocía como "primo sonno". Ekirch descubrió evidencia de este hábito en diversos lugares de África, el sur y sudeste de Asia, Australia, América del Sur y Medio Oriente.
Lejos de ser una peculiaridad de la Edad Media, Ekirch empezó a sospechar que el sueño bifásico había sido el patrón de sueño dominante durante milenios, un antiguo defecto heredado de nuestros ancestros prehistóricos. El registro más antiguo que encontró se remonta al siglo VIII a.C., en la epopeya griega de 12.109 líneas, La Odisea. Al mismo tiempo, los últimos indicios de su existencia se remontan a principios del siglo XX antes de que de alguna manera se desvaneciera en la oscuridad.
La práctica del sueño bifásico prevaleció hasta principios del siglo XIX. Este cambio coincidió con los albores de la Revolución Industrial, que trajo consigo un ritmo de vida más agitado. Fundamentalmente, la disponibilidad de tecnologías para mantener la luz artificial jugó un papel importante en este cambio.
Las lámparas de gas no sólo ampliaron las horas de actividad del día a nivel personal sino que también facilitaron la expansión de la vida pública en las calles. A finales de siglo, muchas ciudades tenían acceso a la electricidad, lo que, según Ekirch, además de alterar los ritmos circadianos de las personas, la iluminación artificial también permitía naturalmente a las personas quedarse despiertas hasta más tarde. Acostarse a las nueve de la noche ya no se consideraba aprovechar el día y despertarse en mitad de la noche dejó de ser útil y rentable según los estándares de la modernidad.
El sueño bifásico persiste en ciertas culturas de Medio Oriente, América Latina y el Mediterráneo, donde comúnmente se practican siestas por la tarde. Sin embargo, la prevalencia del sueño bifásico ha disminuido debido a la amplia disponibilidad de iluminación artificial y las exigencias de los horarios de trabajo contemporáneos.
Los investigadores han investigado recientemente las posibles ventajas de los patrones de sueño bifásicos. Si bien algunos estudios indican que las siestas vespertinas pueden mejorar el estado de alerta y la función cognitiva, otras investigaciones han arrojado resultados mixtos o no concluyentes sobre los beneficios de este patrón de sueño. La exploración en curso del sueño bifásico tiene como objetivo comprender su impacto en la salud y el rendimiento humanos.
Referencias:
Roger Ekirch - At Day's Close: Night in Times Past
Williams, Simon. “Counting Sleep.” RSA Journal 159, no. 5555 (2013): 36–39.
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