Niger, actor clave en el Sahel: el por qué de su continuada inestabilidad
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| El golpe de Estado goza de un alto grado de apoyo popular en Níger. EPA-EFE/Issifou Djibo |
El reciente golpe de Estado en Níger –el quinto en el Sahel y el sexto en la región de África occidental en tres años– ha sumido aún más a la región en el malestar político y la inseguridad. Allí convergen varios intereses en la intersección de las dinámicas de seguridad internacionales, regionales y locales.
25 agosto 2023.- Un mes después del golpe de Estado en Níger que derrocó al gobierno civil democráticamente elegido de Mohamed Bazoum, los vecinos del país siguen debatiendo la posibilidad de una intervención militar .
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas), una coalición de países de África occidental, que incluye a Níger, ha dicho que tiene la intención de enviar un grupo de trabajo para derrocar a la junta militar encabezada por el general Abdourahamane Tchiani, que derrocó a Bazoum el 26 de julio.
Pero el plan de intervención no está exento de controversia. Níger, una nación sin salida al mar, comparte fronteras con Mali, Argelia, Libia, Chad, Benin y Burkina Faso. Estos países han expresado su solidaridad con la junta militar y se han comprometido a oponerse a cualquier posible intervención de la CEDEAO.
Francia, que ocupó Níger desde 1890 hasta su independencia en 1960, también ha considerado una intervención -tiene un pequeño contingente de tropas en el país aparentemente para combatir la insurgencia yihadista en la región del Sahel-, cuya retirada la junta les ha dado aviso . Argelia también ha negado a Francia el permiso para sobrevolar el país.
Por ahora, la situación sigue siendo fluida e incierta. Pero debajo de la superficie de los titulares de las noticias diarias hay una intrincada red de competencia geopolítica y agendas estratégicas que tienen profundas consecuencias para el pueblo nigerino.
El reciente golpe subraya una rivalidad geopolítica profundamente arraigada en los legados coloniales y neocoloniales e intensificada por el impulso de algunas naciones occidentales por el control de los recursos de Níger.
Aunque Níger lucha contra la pobreza extrema , lo que provoca desnutrición y hambre generalizadas entre sus ciudadanos, es el séptimo mayor productor de uranio del mundo. Esta yuxtaposición de riqueza mineral y pobreza social subraya la ironía de una nación abundante en recursos pero plagada de profundas dificultades económicas.
Descubierto por primera vez en 1957 en Azelik por una expedición colonial francesa en busca de depósitos de cobre, el uranio ocupa actualmente el segundo lugar entre las exportaciones de Níger en valor monetario, sólo superado por el oro . El país es el principal proveedor de uranio de la Unión Europea (UE) y aporta entre el 15% y el 17% del uranio que alimenta la generación de electricidad de Francia.
Mientras tanto, el país lucha por producir su propia electricidad porque Nigeria recientemente cortó el suministro de energía a la nación como sanción contra la junta militar, dejando a gran parte del país en la oscuridad.
Proyectos de desarrollo transfronterizos
El Sahel se extiende desde el Océano Atlántico hacia el este hasta Sudán y Eritrea. Atraviesa Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, el noreste de Nigeria y Chad.
La complejidad del Sahel significa que el golpe de Estado en Níger tiene importantes implicaciones para la seguridad en toda la región. Los efectos potenciales principales del golpe de Níger en la región del Sahel y en África occidental podrían resumirse en:
una amenaza para los proyectos de desarrollo transfronterizos.
un debilitamiento del organismo regional, la CEDEAO
un cambio en las relaciones de poder y más confrontaciones globales.
descarrilar los esfuerzos de cooperación en todo el Sahel.
Ninguno de estos sería un buen resultado. Empeorarían las crisis humanitarias existentes, incluida la inseguridad alimentaria, los desastres ambientales, el crimen transnacional, los desplazamientos de población y la pobreza generalizada.
La región del Sahel alberga varios proyectos de desarrollo transnacionales críticos, muchos de los cuales involucran a Níger. La inestabilidad representa una amenaza para su finalización.
Un ejemplo es el gasoducto Nigeria-Marruecos , valorado en 25.000 millones de dólares , uno de los proyectos más ambiciosos de África occidental. Su objetivo es conectar a los productores de gas de Nigeria con varios países de África occidental y, en última instancia, llegar a Marruecos y Europa.
Otro ejemplo es la Carretera Transahariana . Se trata de una ruta comercial importante para impulsar las actividades económicas en seis países africanos, incluido Níger.
El liderazgo de Nigeria en la agenda de intervención de la CEDEAO en Níger también puede amenazar las iniciativas conjuntas y los acuerdos bilaterales. Por ejemplo, existe un acuerdo para que Nigeria exporte energía a otros países, incluido Níger. A cambio, estos países no represarán las aguas que alimentan las principales centrales eléctricas de Nigeria.
Níger es un socio crucial y un país de tránsito para los proyectos transfronterizos y los acuerdos entre países. El colapso de la confianza entre países comprometerá gravemente el futuro de estos proyectos y acuerdos. La crisis de Níger puede retrasar o descarrilar los esfuerzos para mejorar la conectividad y el comercio regionales.
Rupturas regionales y una CEDEAO dividida
La creciente desconfianza entre los países de África occidental debilitaría el bloque regional Ecowas, mientras persiste la posibilidad de futuros golpes de estado. La CEDEAO ha insistido en obligar a la junta de Níger a restituir al derrocado presidente Mohamed Bazoum, incluso amenazando con una intervención militar.
El apoyo inmediato ofrecido a los golpistas de Níger por sus homólogos de Burkina Faso y Mali apunta a graves fisuras dentro del bloque.
Con la oposición compartida de estos países a Francia y sus aliados occidentales y una creciente preferencia por la asociación rusa, Mali, Burkina Faso y Níger se están fusionando en una facción francófona antioccidental de facto dentro de la Ecowas.
Este nuevo alineamiento podría remodelar la dinámica política de África occidental, creando divisiones dentro de una región que históricamente ha buscado la unidad. La fuerte advertencia emitida por las juntas militares de Malí y Burkina Faso a la Ecowas de que no interfiera en Níger es una escalada notable.
Semejante postura insinúa una voluntad de confrontar abiertamente al organismo regional, posiblemente perjudicando sus mecanismos diplomáticos. Si Ecowas, que tiene un historial de intervención militar para hacer cumplir las normas democráticas, decide actuar en contra de los intereses de este bloque emergente, el enfrentamiento militar que se haga concebible comprometería gravemente la unidad regional.
Una Ecowas debilitada y dividida podría deshacer agendas económicas regionales como la Unión Económica y Monetaria de África Occidental . El golpe y la confrontación regional obstaculizarían la colaboración y amenazarían las iniciativas conjuntas actuales y futuras.
Alianzas cambiantes
El predominio de actores extranjeros e internacionales es una de las razones de la proliferación de intereses de seguridad en el Sahel. El golpe de Estado en Níger amenaza con cambiar las alianzas. Esto podría provocar que las prioridades y responsabilidades de seguridad se subcontraten incluso más que ahora.
Varios países occidentales –Estados Unidos, Francia y sus socios de la UE– han reducido su apoyo a Níger, Malí y Burkina Faso en respuesta a los golpes de estado. Esto deja una brecha en la arquitectura de seguridad de la región.
Ante el vacío, los gobiernos del Sahel han buscado socios alternativos. Rusia, a través del Grupo Wagner, se ha convertido en un actor.
El Grupo Wagner genera preocupación debido a su historial de presuntos abusos contra los derechos humanos y comportamiento mercenario en otras zonas de conflicto. Su creciente influencia en el Sahel podría tener graves implicaciones para la seguridad humana.
Para los actores occidentales, Níger adquiere una gran importancia por dos razones. La primera es que se la considera un baluarte contra el yihadismo y un bastión de la democracia. Esto explica la presencia de tropas e instalaciones occidentales en el país. La segunda es que es el séptimo productor de uranio del mundo y el segundo proveedor de uranio de Francia.
Por lo tanto, Níger es un país que los países occidentales no pueden permitirse perder por quién ganará: Rusia y China. El Sahel será un terreno para más enfrentamientos entre superpotencias globales.
Caos y contragolpes
Níger comparte fronteras con siete naciones y es un actor fundamental en las iniciativas de seguridad regional. El golpe podría perjudicar los esfuerzos cooperativos en todo el Sahel para responder a los grupos extremistas y al terrorismo.
Cada golpe crea un nuevo vacío y añade nuevas capas al ambiente de desconfianza. La incorporación de Rusia agregaría complejidad y agregaría otro actor a un “ embotellamiento de seguridad ”, donde la presencia de varios actores pero con poca coordinación ha creado un panorama de seguridad congestionado y caótico.
El peligro es que las fuerzas de seguridad estén menos dispersas, lo que permitirá a los grupos extremistas expandir sus territorios e influencia. Níger ha experimentado su primer ataque yihadista posterior al golpe, el primero en un año y medio.
La cultura golpista en los países francófonos también corre el riesgo de provocar una mayor inestabilidad. Las juntas militares de Mali, Burkina Faso y Níger no cuentan con el apoyo de todos sus ejércitos. Esto crea un entorno para golpes y contragolpes adicionales.
Explotación occidental
Dados sus abundantes recursos naturales, parece contradictorio que Níger se encuentre entre las naciones más pobres del mundo. Sin embargo, sus luchas económicas y políticas tienen profundas raíces en las intervenciones extranjeras históricas, la explotación y la extracción de recursos . Esta situación, durante décadas, se ha visto agravada aún más por un liderazgo equivocado e ineficaz , que a menudo conspira para la explotación por parte de intereses extranjeros.
Mientras algunos miembros de la CEDEAO se oponen al golpe en Níger y han amenazado con una intervención militar contra los golpistas, algunos países occidentales están maniobrando para defender sus intereses. El Senado nigeriano se opone a la intervención militar y uno de sus miembros alega que la Ecowas simplemente estaría cumpliendo las órdenes de Francia y Estados Unidos. El senador Orji Uzor Kalu sugirió que si va a haber una acción militar, debería ser llevada a cabo por tropas francesas y estadounidenses.
Las potencias coloniales y otros actores geopolíticos importantes han influido profundamente en la situación contemporánea de Níger. Francia, a la que recientemente se refirió el New York Times como el “ ex colonizador que se quedó ”, ya ha advertido que cualquier ataque a sus intereses en Níger se enfrentará a represalias . Mientras tanto, la supuesta presencia de mercenarios del Grupo Wagner en el país, tras una petición de los golpistas, es una representación de los intereses rusos en Níger .
Pero tras la muerte del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Progozhin , después de que se supiera que su avión privado se estrelló en un viaje de San Petersburgo a Moscú el 23 de agosto, el estado de las actividades del Grupo Wagner en Níger – y en África en general – es incierto. Sin embargo, sus operaciones pueden quedar bajo el control directo del ejército ruso.
Recursos africanos, intereses occidentales
Otra importante cuestión de recursos amenazada por la inestabilidad en Níger es el gasoducto transahariano (TSGP) , diseñado para transportar gas natural desde Nigeria a través de Níger hasta Argelia y luego a Europa. Uno de los impulsores de este proyecto en los últimos dos años ha sido la necesidad europea de desconectarse del suministro de gas ruso a la luz de la guerra en Ucrania.
Una vez más, las necesidades de recursos occidentales están dictando los acontecimientos en países africanos supuestamente independientes y soberanos.
La narrativa dominante en África occidental presenta con frecuencia las intervenciones extranjeras como esfuerzos benévolos para estabilizar la región del Sahel, en particular, contra la amenaza de la insurgencia yihadista. Sin embargo, un examen más profundo descubre una realidad más compleja . Mientras las potencias occidentales se esfuerzan por dar forma a la dinámica política en Níger –impulsadas no sólo por un deseo de estabilidad sino también por preservar su dominio y control sobre la asignación de recursos– , presentan a Níger, y por extensión, a África, como meros mercados dentro de la economía global. Esto ignora las posibles consecuencias humanitarias de tales intervenciones para el pueblo de Níger y de África occidental en general.
Mientras Níger enfrenta inestabilidad política y un posible conflicto violento, existe una necesidad apremiante de evaluar críticamente los motivos y las repercusiones de la intervención extranjera.
Más allá del barniz de búsqueda de democracia y estabilidad, se deben examinar las intenciones estratégicas más profundas de los diversos actores. Ésta es la clave para comprender la dinámica multifacética en la región del Sahel y sus implicaciones globales más amplias.
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