La cadena alimentaria de Europa avanza hacia un camino más ecológico
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| Se necesitan cambios radicales para garantizar sistemas alimentarios justos, saludables y sostenibles. ©Ridoy Chandra Dey, Shutterstock.com |
Hacer que las dietas sean más respetuosas con el medio ambiente y mejores para la salud de las personas requiere cambios radicales en la producción y el consumo.
15 diciembre 2023.- Nuestro sistema alimentario actual tiene un importante impacto en el medio ambiente, la biodiversidad, los suelos y los recursos hídrico. También genera muchos problemas de salud causados por la obesidad y la desnutrición.
La producción de alimentos es responsable de alrededor de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, contribuye a la destrucción de especies y ecosistemas y es una de las principales razones por las que más de la mitad de los adultos de la UE tienen sobrepeso.
CLEVERFOOD, es un proyecto de investigación que recibió financiación de la UE para involucrar a los europeos, incluidos niños, adultos jóvenes, agricultores y representantes del sector alimentario, para ayudar a Europa a alejarse de la producción industrializada de alimentos centrada en gran parte en la ganadería. El proyecto comenzó en enero de 2023 y se extenderá hasta finales de 2026. Los participantes provienen de nueve países: Bélgica, Dinamarca, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal y España.
Llegar a ese punto requiere un cambio generalizado y coordinado. Eso significa actuar en muchos frentes diferentes a la vez: alterar los hábitos de consumo, producir y procesar localmente, reducir el uso de agua y energía, reciclar nutrientes, garantizar que se desperdicie menos comida, reducir el desperdicio de envases y, no menos importante, crear un marco institucional para impulsar el cambio y nutrirlo.
Otro proyecto a nivel europeo está orientado a generar impulso para renovar la forma en que se producen y consumen los alimentos en el continente. La iniciativa, denominada FOSTER, tendrá una duración de cuatro años y se extenderá hasta agosto de 2026 y está examinando cómo se puede mejorar la difusión de los últimos conocimientos y las prácticas.
El sistema alimentario incluye un gran número de personas involucradas en la producción, procesamiento, almacenamiento, venta, consumo y eliminación de alimentos.
El Acuerdo Verde Europeo tiene como objetivo hacer que la UE sea climáticamente neutra para 2050. La estrategia de la granja a la mesa de la UE y los recientes cambios de la Política Agrícola Común persiguen reestructurar el sistema alimentario en consonancia con los objetivos medioambientales de Europa.
Una iniciativa de investigación de la UE llamada Alimentos 2030 está trazando el camino a seguir, escuchando a la ciencia.
Ahí es donde entran proyectos como CLEVERFOOD y FOSTER, reúnen a una amplia gama de actores que presionan por un sistema alimentario más justo, saludable y sostenible, generando impulso para cambios reales en la producción, distribución, venta minorista y consumo.
CLEVERFOOD ha creado una plataforma en línea para numerosas iniciativas financiadas por la UE con una visión compartida. Según sus desarrolladores, ya ha atraído a más de 70 de ellos con una inversión combinada que supera los 450 millones de euros. Su objetivo es facilitar la movilización de los ciudadanos europeos -incluidos niños, jóvenes, agricultores, empresarios, inversores, investigadores y educadores-, así como de los responsables políticos, para transformar el actual sistema alimentario.
En última instancia, el cambio real tendrá que surgir de una combinación de enfoques de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. En este cambio, es fundamental el papel de las autoridades locales y las organizaciones de base a la hora de impulsar tal transformación.
En Alemania, por ejemplo, el consejo de política alimentaria de la ciudad y región de Stuttgart, socio de FOSTER, está animando a los comedores escolares a abastecerse ingredientes de productores de alimentos locales y ayudar a los agricultores a procesar sus cultivos más cerca de casa.
En Serbia, una iniciativa ayuda a los agricultores a mejorar la producción mediante nuevas tecnologías. Una aldea digital busca hacer más atractivo el trabajo y la vida en el campo, especialmente para los jóvenes.
En los Países Bajos, una Coalición para la Transición Alimentaria con alrededor de 200 miembros quiere acelerar un cambio para que los precios de los alimentos reflejen sus costos reales, incluidos en lo que respecta al impacto ambiental.
Para este grupo, el lema “no más hambre” que ha impulsado gran parte de la política agroalimentaria en Europa durante el período de posguerra debe cambiar a “una vida sana en un planeta sano”. Para todo el mundo".
Una forma de reducir la huella ambiental del sistema alimentario es reducir el papel de la carne. Según los científicos, los niveles actuales de producción y consumo de carne no son sostenibles a largo plazo. Hoy en día, la carne es una importante fuente de proteínas. Su consumo tiende a aumentar a medida que la gente se hace más rica y, en los últimos 50 años, la producción de carne en todo el mundo al menos se ha triplicado.
En todo el mundo se se cultivan alrededor de 5 000 millones de hectáreas (o el 38 % de la superficie mundial). Aproximadamente el 40% de las tierras de cultivo del mundo se destinan a alimentar a animales en lugar de a humanos.
No significa que todo el mundo deba volverse vegetariano. Pero consumir menos carne significaría criar menos animales, dejando más espacio para que las plantas crezcan para obtener proteínas. Esto, a su vez, ayudaría al clima y a la biodiversidad.
Viejos hábitos, nuevas oportunidades
El negocio de criar animales de granja para consumo tiene una larga historia en Europa, por lo que cualquier transición hacia dietas más basadas en plantas debe fomentar nuevas prácticas comerciales.
En Dinamarca, por ejemplo, existe una plataforma de emparejamiento para agricultores que cultivan leguminosas. Esto está ayudando a construir una comunidad de productores que pueden brindar asesoramiento sobre las mejores prácticas y mercados. Otra iniciativa nacional está abordando variedades de avena, guisantes y habas para mejorar el sabor, la nutrición y otras características de calidad de los alimentos de origen vegetal.
"Si los agricultores cultivan estas variedades en lugar de limitarse a cultivos a granel, obtendrán un precio más alto", afirman los expertos.
Ya sea en Dinamarca o Serbia, Alemania o los Países Bajos, o en muchos otros países europeos, la reforma del sistema alimentario europeo ya no sólo se debate sino que también se pone en práctica. Acelerar los cambios en todo el sistema alimentario será el principal desafío en los próximos años.
Los diferentes proyectos e iniciativas pueden centrarse en unos pocos componentes aislados del sistema alimentario, pero normalmente no en todo el sistema.
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