Córcega: 'La isla de las estatuas-menhires': donde los humanos vivieron al menos 7.000 a.C
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| Imagen de varias piedras milenarias en Filitosa, al sur de Córcega, Francia. Crédito de la imagen: Imagen: Braucher - CC BY-SA 4.0 DEED |
En Córcega, 'la isla de las estatuas-menhires', la ocupación humana comenzó al menos en el año 7000 a.C. La isla alberga notables figuras de granito, de unos 4 metros de altura y un peso de hasta dos toneladas y media. Es realmente una vista impresionante.
02 marzo 2024.- Con alrededor de 80 menhires, Córcega se distingue de otros países mediterráneos con yacimientos megalíticos. La mayoría de estos menhires representan principalmente héroes, guerreros y jefes muertos.
Distribuidas en una hermosa zona de Filitosa y Stantari, se encuentran entre las estatuas monumentales más antiguas de Europa y los nativos las conocen desde hace mucho tiempo.
Los ecos de una gran era megalítica persisten predominantemente a través de los rituales de muerte corsos, que tienen una influencia significativa en las costumbres de esta sociedad milenaria, especialmente dentro de las comunidades rurales. Esta perdurable tradición ha resistido incluso los esfuerzos de la Iglesia católica por infundir el cristianismo en la isla.
Los dólmenes supervivientes muestran que fueron diseñados para un entierro colectivo. Las estatuas fueron descubiertas por Prosper Merimée, historiador, novelista y arqueólogo francés, durante su estudio de la isla en 1830. Este fascinante legado de enormes monumentos de piedra fue dejado por la cultura megalítica indígena que habitó Córcega hace milenios y floreció hasta el 1400 a.C.
El origen del nombre Córcega a menudo se debate y sigue siendo un misterio, y la hora más temprana de la isla es una página desconocida en la historia de Europa.
Las figuras de piedra en Córcega están alineadas de manera única, pero no se alinean con ningún patrón astronómico conocido basado en los movimientos del sol o la luna. En cambio, siguen una dirección norte-sur. Esta peculiar alineación sigue siendo un misterio incluso hoy en día, lo que aumenta su atractivo intrigante.
La gente siempre ha estado fascinada por los monumentos megalíticos y se han desenterrado megalitos en pie en todos los continentes. Sin embargo, sólo unos pocos de ellos tienen rasgos antropomórficos claramente definidos. Los monumentos de granito corso representan uno de los mejores ejemplos.
Durante una expedición arqueológica en 1954, el arqueólogo francés Roger Grosjean descubrió una colina de 50 metros de altura con 17 menhires esculpidos en el sur de Córcega, en Filitosa, el sitio prehistórico más famoso de la actualidad. Más tarde, Grosjean desenterró muchos más, incluso aquellos que representaban dagas y espadas de diseño inusual.
Según él, las figuras talladas de Córcega pueden representar a los guerreros, los jefes enemigos derrotados en la guerra por los llamados Torréens, "constructores de torres" del Mediterráneo oriental que desembarcaron en Córcega alrededor del 1500 a.C.
"Para el origen de la escultura, estas figuras monumentales son tan importantes como lo son los dibujos rupestres de Lascaux y Altamira para el origen de la pintura. Cuando miras una, sabes que representa a alguien, alguien a quien podrías darle un nombre", según Grosjean.
Una de las teorías de Grosjean sugiere que se trataba de los Torréens (Torreans) o "Sea People" ("Pueblos del Mar"), misteriosos navegantes del Mediterráneo que aparecían representados en los monumentos corsos. Esos marinos y guerreros destructivos invadieron culturas vecinas como Siria, Palestina, Chipre, Anatolia oriental y Egipto en el segundo milenio antes de Cristo. Construyeron templos en forma de cúpula en Córcega, Cerdeña y otros lugares del Mediterráneo.
Algunos registros antiguos dicen que los Torreans destruyeron muchas esculturas utilizando sus partes para construir sus fortalezas. Según otras teorías, son representaciones de humanos o figuras sobrehumanas. Los mitos de diversas culturas en todo el mundo respaldan ampliamente este punto de vista.
La leyenda griega habla de Deucalión y Pirra, quienes, tras el Diluvio, arrojaron piedras a sus espaldas y los vieron convertirse en hombres y mujeres para repoblar el planeta.
Córcega ha estado ocupada continuamente desde la era Mesolítica. Incluso después de las invasiones griegas y romanas, los corsos continuaron adorando a las figuras. Aún hoy, los habitantes de esta misteriosa isla están muy orgullosos del factor enigmático de su historia.
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