La Ruta de la Seda en Valencia
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| La Lonja de la Seda (Valencia) |
La ruta de la seda descubre la importancia de la seda y su comercio en Valencia. Una ciudad que acoge el principal archivo europeo sobre la seda e importantes colecciones de telas en seda y telares del siglo XVIII.
16 marzo 2024.- Valencia revive cada año en sus fiestas la tradicional confección en seda con trajes típicos elaborados con este tejido y conserva el que fuera centro del comercio de la seda en la ciudad: la Lonja, declarada Patrimonio Mundial.
Fue una legendaria vía que durante siglos transitaron caravanas que llevaban y traían productos de Oriente y de Occidente. También se convirtió en un corredor por el que se transmitieron ideas, conocimientos y también los fundamentos del budismo y el islamismo. A través de áridos desiertos y montañas de nieves eternas, la Ruta de la Seda, que comenzaba y terminaba en Xian, la antigua Chang’an (China), tuvo asimismo en Valencia uno de sus principales ejes durante la Edad Moderna.
Un poco de historia
Fue el pueblo árabe el que extendió la sericultura por el Mediterráneo, llegando a la Península Ibérica alrededor del siglo IX a través de Córdoba y Granada, para luego extenderse a Toledo y Valencia. La capital del Turia se convirtió en una zona de distribución de la seda granadina hacia el norte de Italia, por lo que en el año 1479 se creó el Gremi de Velluters.
En el histórico barrio valenciano de Velluters se concentraba la producción de la seda, una industria muy próspera en la cuidad del Turia. Se calcula que en el siglo XV había censados en Valencia 293 maestros sederos. Durante la segunda mitad del XVIII en la ciudad había más de 3.000 telares en los que trabajaban 25.000 personas.
El Palau de Tamarit fue una vivienda taller en la que llegaron a trabajar hasta 300 personas. Está enclavado en el barrio de El Pilar, centro de la principal actividad sedera, igual que el Colegio de Arte Mayor de la Seda, que fue sede del Gremi de Velluters. Ahora funciona como museo. No obstante, el edificio más emblemático relacionado con la seda en Valencia fue la Lonja, clave en el comercio de este tejido y obra maestra del gótico civil europeo que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Colegio del Arte Mayor de la Seda tiene en el antiguo Gremi de Velluters su origen. Fueron sus ordenanzas, aprobadas el 16 de febrero de 1479 y ratificadas oficialmente por el rey Fernando el Católico el 13 de octubre de ese mismo año, las normas de calidad que darían prestigio y fama mundial a los tejidos de seda valencianos. Carlos II, en 1686, elevó el Gremio a la categoría de Colegio de Arte Mayor.
Las visitas de la ruta
La ruta de la seda se puede hacer de forma libre o participando en un itinerario guiado. La ruta guiada tiene una duración aproximada de dos horas y está disponible en inglés y castellano. Se puede reservar en la web de turismo de la ciudad.
El punto de partida de la ruta es el barrio de Velluters (que significa terciopeleros). El barrio tuvo un gran desarrollo entre los siglos XV y XVIII gracias a la industria de la seda. Ahí se puede visitar el Museo de la Seda y contemplar colecciones de telas y telares del siglo XVIII en funcionamiento. Además, alberga el mayor archivo europeo del gremio de la seda y una interesante tienda de productos confeccionados con seda.
El otro punto imprescindible de la ruta es la Lonja de la Seda, en pleno centro de Valencia. Es el edificio gótico civil más importante de la ciudad y está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Fue el punto clave del comercio de la seda en la zona y hoy se puede visitar el lugar dónde se hacían las negociaciones: el Salón Columnario.
La Lonja de la Seda es un edificio espectacular concebido en el siglo XV para albergar la intensa actividad mercantil existente en la ciudad en pleno siglo de oro valenciano, y el comercio de este tejido. Está considerado la obra maestra de la arquitectura civil gótica europea. Ideado por Pere Compte, se alza enfrente del Mercado Central.
Delimitado entre las calles Guillem de Castro, Quart, Hospital y Barón de Cárcer, en pleno corazón del barrio se encontraba también el Hospital General de la época, un edificio renacentista del siglo XV declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y Bien de Interés Cultural, que en la actualidad es sede de la Biblioteca Pública de Valencia.
A finales del siglo XVIII una plaga acabó con las moreras de Valencia y empezó el ocaso de la industria sedera, que nunca más volvió a remontar. Otras dos causas, como la emancipación de las colonias americanas, y la apertura del Canal de Suez, que facilitó el comercio entre Europa y Asia, acabaron con la industrial valenciana.
La Ruta de la Seda se extendió por Asia conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía y norte de África, llegando a Europa. Abarcaba un tramo de más de 5.000 kilómetros y desde junio de 2014 está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dio inicio en el siglo I a.C. y dejó de servir como ruta marítima alrededor de 1453, con la supremacía otomana de Constantinopla (Turquía).
En 2015 Valencia fue incluida como el 32º estado miembro en el Programa de la Ruta de la Seda de la Organización Mundial de Turismo. La ciudad española está enclavada en el kilómetro 9.090 de los mapas históricos de la ruta.
La seda en los museos
Los museos de la ciudad reflejan la importancia que la seda y su comercio han tenido en Valencia, principalmente durante la segunda mitad del siglo XVIII.
El Museo Nacional de Cerámica posee numerosas piezas elaboradas con seda y su edificio es un importante ejemplo de arquitectura barroca de España. El Museo de la Catedral expone indumentaria religiosa tejida en seda y el Museo de Bellas Artes y El Patriarca exhibe cuadros con personajes que visten lujosos tejidos de seda que subrayan el valor de la industria sedera en Valencia. Por su parte, el Museo L’Iber de Soldaditos de Plomo, situado en el palacio de Malferit, tiene una sala dedicada a la ruta de la seda.
La seda en las fiestas
Las Fallas de San José son las fiestas grandes de la ciudad y un buen momento para ver cómo lucen los trajes tradicionales de la región. Estas vestimentas se confeccionan en gran medida con seda y son especialmente llamativos los que visten las mujeres (falleras). Si te gustan, ten en cuenta que existen ateliers dedicados a su confección en los que podrás encargarlos o adquirirlos directamente.
Las Fallas de San José se celebran durante las primeras semanas de marzo y llenan la ciudad de esculturas de cartón (ninots) que representan satíricamente la realidad. La fiesta concluye la noche del 19 de marzo con la quema (cremà) de la mayoría de estos monumentos efímeros.
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