La Tribuna, economía, cambio climático, mercados financieros
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| El edificio del Tesoro de EE.UU. en Washington, DC Foto: Al Drago/Bloomberg |
"Una vez que el cambio climático se convierta en un tema definitorio para la estabilidad financiera, puede que ya sea demasiado tarde".
19 junio 2025.- Esa fue la advertencia de Mark Carney a las aseguradoras del Reino Unido en 2015, cuando expuso lo que llamó la "Tragedia de los horizontes". Dando una vuelta de tuerca al clásico problema económico del exceso de consumo individual conocido como la tragedia de los comunes, la teoría de Carney era que los cortos horizontes temporales en los que operan la mayoría de los actores financieros (incluidos los banqueros centrales) significan que tendrán pocas razones para actuar sobre el cambio climático a menos que se les aliente o se les engatuse para que lo hagan.
"Los impactos catastróficos del cambio climático se sentirán más allá de los horizontes tradicionales de la mayoría de los actores, imponiendo un coste a las generaciones futuras que la generación actual no tiene ningún incentivo directo para solucionar", dijo Carney, quien entonces era gobernador del Banco de Inglaterra y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera. (Hoy es primer ministro de Canadá).
10 años después, parecería que la advertencia de Carney no ha sido escuchada, al menos no en Washington.
Bloomberg News informó en exclusiva esta semana que en una reunión del FSB el 11 de junio, Michael Kaplan, subsecretario interino del Tesoro para asuntos internacionales, dijo que el clima solo debería ser un foco del influyente organismo de control si hay pruebas de un riesgo inminente para la estabilidad financiera. Sus comentarios provocaron un rechazo instantáneo de altos funcionarios de bancos centrales y ministerios de finanzas, y algunos funcionarios alzaron la voz. El presidente del FSB suspendió brevemente la reunión hasta que los ánimos se calmaron.
Para Matt Scott, quien anteriormente estableció y dirigió el Centro Climático del Banco de Inglaterra y ahora es director ejecutivo del Centro para Finanzas e Inversiones Ecológicas del Reino Unido, el horizonte temporal no es el único tema complicado en la conversación sobre el riesgo climático. La tensión entre el interés propio y el servicio al bien común también es un problema central aquí.
"Hay una distinción entre los riesgos financieros a los que se enfrentan las empresas hoy en día y los riesgos de todo el sistema que se cristalizarán a largo plazo, y la conversación pública sobre el riesgo climático a menudo combina o confunde los dos", dijo Scott. "Para una empresa individual, el escenario de riesgo más bajo hoy en día puede ser uno en el que no haya transición. Mientras que para hacer frente a la amenaza a largo plazo, es de interés colectivo que las empresas desempeñen su papel apoyándose en la transición y apoyándola".
Desafortunadamente, la oportunidad de crear las estructuras en las que las empresas individuales y los inversores se ven incentivados u obligados a actuar en el interés colectivo puede haber pasado, según Michael Sheren, ex asesor principal del Banco de Inglaterra con un enfoque en finanzas sostenibles y riesgo climático. Dice que el período de máximo entusiasmo por tomar medidas sobre el clima que siguió al discurso de Carney y llegó al menos hasta la cumbre climática COP26 en Glasgow en 2021, ya ha pasado y forzar el cambio hoy será mucho más difícil.
"Deberíamos haber bloqueado la notificación y divulgación obligatoria de riesgos climáticos y actuar rápidamente para poner en marcha incentivos, tanto zanahorias como palos, para impulsar la descarbonización de la economía real mientras el viento todavía estaba a nuestro favor", dijo. "Los que saben saben que estamos acelerando más allá de los dos grados, salvo cualquier tecnología actualmente imprevista que altere ese camino, mientras que todos los demás tienen la cabeza en la arena o están viviendo e invirtiendo por el momento y dejando las soluciones a otra persona".
El acalorado desacuerdo de este mes en el FSB "refleja una confusión más profunda entre la estabilidad financiera y la estabilidad planetaria", dice Lisa Sachs, directora del Centro de Inversión Sostenible de la Universidad de Columbia. A primera vista, la posición del Tesoro de EE.UU. de que el clima solo debe ser un foco cuando se considere un riesgo inminente para la estabilidad financiera "no es una posición del todo irrazonable", ya que la mayoría de los desastres relacionados con el clima experimentados en EE.UU. han sido absorbidos en gran medida por los mercados financieros sin provocar tensiones sistémicas. Pero eso está lejos de ser el panorama completo, dijo.
"Es probable que el Tesoro de EE.UU. tenga razón en que es poco probable que los riesgos para la estabilidad financiera relacionados con el clima sean inminentes, pero esa precisión limitada subraya la perversidad del discurso: para cuando los riesgos climáticos sean inminentes para los mercados financieros, será demasiado tarde para evitar consecuencias planetarias y económicas catastróficas", dijo Sachs.
Lo verdaderamente peligroso no es la posición de Estados Unidos sobre la estabilidad financiera, sino el fracaso más amplio de los líderes mundiales para enfrentar la realidad del riesgo climático y su alarmante complacencia sobre los riesgos macroeconómicos y planetarios que enfrentan sus propios pueblos y el mundo.
Fuente: Bloomberg
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