MEDIO AMBIENTE. Los canales de riego de la época romana en Sierra Nevada mejoran la humedad del suelo y la salud de la vegetación

arqueología, medio ambiente, sistemas de riego, gestión del agua

 

(a) Vista aérea de la Zanja de Barjas en la cuenca del Río Chico. (b) Mapas de la Zanja de Barjas. En ambos casos, la zanja se divide en cuatro regiones longitudinales de igual longitud, desde B1 (alta elevación) hasta B4 (baja elevación). Fuente: Indicadores Ecológicos (2025). DOI: 10.1016/j.ecolind.2025.113468

12 junio 2025.- A partir de imágenes satelitales tomadas durante 26 años, un equipo de la UCO muestra cómo un sistema de canales de riego que data del Imperio Romano aumenta el contenido de agua del suelo adyacente. Los hallazgos se publican en la revista Ecological Indicators .

El Parque Natural de Sierra Nevada está atravesado por más de 700 km de canales excavados en la tierra, por donde circula el agua, con una red de acequias cuyo esplendor alcanzó su máximo esplendor durante el periodo de al-Ándalus. Si bien su función más conocida es la distribución del agua de riego , también son esenciales para la recarga de acuíferos.

Las acequias de Sierra Nevada son un sistema de “siembra” y “recogida” de agua: permiten la recogida e infiltración del agua del deshielo en cotas más altas (siembra) y su posterior aprovechamiento en zonas más bajas (recogida), o en los manantiales naturales de los pueblos de la zona.

A su paso por la zona, este sistema modifica los niveles de humedad del suelo. Para evaluar el alcance de su área de influencia, los investigadores Javier Aparicio, Rafael Pimentel y María José Polo, del grupo de Dinámica Fluvial e Hidrología, y Francisco Bonet, del departamento de Ecología Terrestre de la Universidad de Córdoba, utilizaron el vigor de la vegetación como indicador del contenido de agua del suelo en áreas que se extienden a más de 200 metros alrededor de los canales.

A través de imágenes satelitales del periodo de 1984 a 2020, parte de ellas procesadas dentro del proyecto ECOPOTENTIAL, analizaron el vigor de la vegetación circundante, utilizando el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), que evalúa la salud y densidad de la vegetación a partir de estas imágenes satelitales.

"Para observar en qué medida el canal modifica transversalmente la humedad del suelo", explicó el investigador Aparicio. Se definieron tres zonas de influencia alrededor de los canales, sin distinguir entre los márgenes, debido a la similitud de las pendientes. La zona Al-1 abarcaba hasta 50 m a cada lado del canal, la Al-2 se extendía de 50 a 200 m, y la Al-3 abarcaba áreas de más de 200 m.

Tras el estudio comparativo del índice NDVI en cada una de las zonas con datos mensuales, quedó claro que, cuanto más cerca de la cuneta, mayores eran las cifras, pero lo sorprendente fue que en la Zona 2 (de 50 a 200 metros) los números también fueron elevados, sugiriendo que los efectos de los cauces sobrepasaban los 50 metros más cercanos a ellos.

El estudio revela un patrón estacional en los datos de vigor de la vegetación “con una relación directa entre la dinámica hidrológica de la cuenca y el comportamiento de la vegetación, que es más acentuada en la zona más cercana a los cauces”, añadió el investigador Pimentel.

A) Ubicación de Sierra Nevada. b) Mapa de elevación del área de estudio, que muestra: las cinco cuencas de cabecera principales (r1− Adra, R2−Andarax, R3−Fardes, R4−Genil, R5−Guadalfeo) (línea continua negra), las acequias inventariadas en la región (línea discontinua negra), las acequias seleccionadas en este estudio (líneas azules continuas) y la acequia de Barjas (inicio en amarillo). (Para la interpretación de las referencias a los colores en la leyenda de esta figura, se remite al lector a la versión web de este artículo).

Obras de restauración del canal

Además de este estudio general, que incluye 45 cauces de Sierra Nevada (los más largos, distribuidos por los territorios norte y sur), el equipo ha realizado un trabajo más específico centrado en el Canal de Barjas, restaurado en 2014 por el proyecto MEMOLA de la Universidad de Granada.

En ese estudio encontraron que luego de la restauración los valores del NDVI aumentaron un 19%, con un mayor incremento en la parte baja del cauce, a la que el cauce no llegaba adecuadamente antes de su restauración.

El estudio de estas infraestructuras tan específicas en lugares tan emblemáticos es poco común, por lo que el equipo tuvo que emplear una metodología de análisis más común en ríos y otros sistemas de mayor tamaño. «Esta metodología es extrapolable a otros sistemas tradicionales similares, como los que se encuentran en la cordillera del Atlas de Marruecos», añadió Aparicio.

Este trabajo pone de relieve aquellos sistemas tradicionales de gestión del agua en zonas remotas donde la tecnificación es muy compleja, pero que siguen generando valor para la población y el medio ambiente.

Más información: Javier Aparicio-Ibáñez et al, Using NDVI-derived vegetation vigour as a proxy for soil water content in Mediterranean-mountain traditional water management systems: Seasonal variability and restoration impacts, Ecological Indicators (2025). DOI: 10.1016/j.ecolind.2025.113468