SÍBARYS, La Garena, alcalá de henares
De la heladería artesanal al universo de los crêpes franceses y las fondues suizas: la experiencia sabrosa y familiar que ha conquistado Alcalá
En el corazón de La Garena, SÍBARYS no es solo una heladería ni una simple crêpería: es una declaración de intenciones, un proyecto familiar que respira pasión por la cocina artesanal y el buen gusto. Sabina y Juan, pareja franco-argentina, junto con sus hijos, Lukas y Matías, han creado un espacio cálido y acogedor donde los helados se elaboran con mimo, los crêpes se cocinan al instante y cada detalle está pensado para compartir, disfrutar y repetir.
UN SABOR QUE NACE EN CASA
SÍBARYS abrió sus puertas en diciembre con una heladería artesanal que pronto se ganó los corazones —y los paladares— del barrio.
Juan, argentino, soñaba desde siempre con su propia heladería, y Sabina, francesa, aportó la receta perfecta: añadir crêpes caseros como los de su infancia. Así nació la idea de unificar el proyecto en una crêpería-cafetería que se amplió en abril con el local contiguo
CREPES CON HISTORIA, HELADOS CON ALMA
Los crêpes, dulces y salados, son el alma de esta segunda etapa. La masa se elabora a diario y se cocina al momento, sin trampa ni cartón. Desde el crêpe SÍBARYS —con quesos, mortadela, pesto casero y tomate seco— al exitoso Amaltea con rulo de cabra, cebolla caramelizada y miel, todos llevan el sello de cocina casera y generosa. Los dulces, como el infalible crêpe de Nutella, conquistan a grandes y pequeños.
MUCHO MÁS QUE MERIENDAS
SÍBARYS está abierto todos los días desde las 8:30 (9:00 fines de semana) hasta el cierre, ofreciendo desayunos, comidas, meriendas y cenas. En su carta hay ensaladas, salmorejos, humus, tablas de embutidos y quesos y un menú de mediodía por 12€ que incluye crêpe salado, bebida y postre o café
HELADOS ARTESANALES: UN VIAJE A ARGENTINA
Elaborados por un maestro heladero argentino, sus helados son cremosos, intensos y sorprendentes: de bombón Rocher, crema catalana, Baileys o caramelo salado, hasta sorbetes naturales como mora con limón. Una delicia para todo el año.
UN LUGAR DONDE SENTIRSE BIEN
Con capacidad para 40 personas en el salón, 20 en terraza y 10 en la heladería, el local invita a quedarse. Decorado en tonos cálidos, cada rincón transmite la filosofía de esta familia: ofrecer calidad, cercanía y un ambiente donde el cliente sienta que eligió bien.
“Queremos que quien se siente aquí sepa que no lo vamos a defraudar”, dice Sabina. “Más allá de nuestra propuesta gastronómica, nos mueve el deseo de que nuestros clientes sientan que son el verdadero corazón de nuestro proyecto: dar los buenos días, preocuparnos por su disfrute, personalizar la atención al máximo son la piedra angular de nuestro día a día. El servir productos de calidad, hechos por nosotros, solo es otra forma de decirlo. ”
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