Cuanto más reñida parece estar una contienda en las encuestas de opinión antes de unas elecciones, mayores son los riesgos de manipulación...
Cuanto más reñida parece estar una contienda en las encuestas de opinión antes de unas elecciones, mayores son los riesgos de manipulación y fraude electoral. Las encuestas de opinión no solo influyen en los políticos para socavar la integridad de las elecciones. También afectan cómo vota la gente.
Una democracia sana se sustenta en elecciones competitivas en las que al menos dos candidatos o partidos tienen posibilidades de ganar. Los efectos políticos de este tipo de elecciones son positivos. Si es probable que un gobierno pierda las próximas elecciones, se lo alienta a trabajar más duro, desempeñarse mejor y, por lo tanto, entregarse más a los votantes.
Sin embargo, las elecciones competitivas tienen un lado más oscuro, particularmente en democracias con instituciones públicas menos estables.
La incertidumbre que surge cuando una elección parece estar muy reñida puede llevar a los políticos a socavar la integridad de las elecciones para aumentar sus propias posibilidades de victoria. Unas elecciones particularmente reñidas pueden ser perjudiciales para la democracia ya que los competidores pueden ganar de forma antidemocrática.
El riesgo de fraude electoral y "compra" de votos con frecuencia aumenta en entornos donde las encuestas y los resultados anteriores indican una carrera reñida en una elección, donde varios candidatos tienen posibilidades reales de ganar.
Un ejemplo son las elecciones en Honduras en 2013. Las encuestas de opinión inicialmente mostraron paridad, pero la elección se vio empañada con acusaciones de muchos intentos de manipular el proceso, lo que finalmente resultó en una cómoda victoria electoral para el partido en el poder. La conclusión es que incluso si una elección parece ser altamente democrática, en el sentido de que es competitiva, los competidores pueden ganar de una manera antidemocrática.
Otras estrategias de manipulación, como interrumpir a la oposición al principio de la campaña electoral , pueden reducir la necesidad de fraude electoral y compra de votos, dando así la impresión de que las elecciones han sido libres y justas. Pero la competencia política no afecta sólo a los políticos. Muchos votantes, al menos en parte, basan sus decisiones en la popularidad relativa de los candidatos, una popularidad en ocasiones labrada en base a informaciones de dudosa credibilidad.
Un ejemplo fue el de las elecciones de 2013 en Turquía. En ese momento, el presidente Erdogan supuestamente intentó manipular y publicar los números de las encuestas en un periódico antes de que se llevaran a cabo las negociaciones con el Partido Democrático Popular (HDP) pro kurdo en un intento de influir en la opinión pública.
La información, a menudo transmitida a través de los medios de comunicación , sobre quién es probable que gane o pierda las próximas elecciones es, por lo tanto, un componente clave cuando pensamos en cuán justas son las elecciones. Si la información es falsa, puede tener consecuencias negativas sobre cómo y si una persona vota porque los medios de comunicación están involucrados en moldear las actitudes y comportamientos de los votantes.
El hecho de que el comportamiento electoral de los votantes esté influenciado por lo que ellos perciben como el estado de la competencia política hace que sea más importante monitorear ahora que nunca. Durante las campañas electorales, las personas están expuestas a una cantidad cada vez mayor de información de diversa calidad. Por ejemplo, la ONU ha advertido contra la amenaza a la integridad electoral global. Al problema se suma la forma en que los políticos y los líderes electos utilizan las redes sociales para promover el odio, difundir desinformación y socavar la confianza tanto en la sociedad civil como en las instituciones estatales.
Es increíblemente importante monitorear cómo la información sobre el estado de la competencia política es influenciada por los actores políticos durante las épocas electorales . Las encuestas de opinión miden la competencia política. Por lo tanto, los medios de comunicación juegan un papel importante para garantizar que comuniquen información precisa sobre los candidatos para que las elecciones de los votantes no se vean afectadas negativamente y las elecciones sean justamente disputadas.
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