turismo, Tierra de Cameros, valle de Iregua, La Rioja
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| Una vista tomada desde el mirador del Peñueco, en Viguera, hacia las formidables masas rocosas de Islallana. (Flickr). |
Viguera es una de ellas. En esta villa conviene visitar su iglesia parroquial del siglo XVI y sus ermitas, la de San Esteban (prerrománica del siglo X) y la de San Marcos, y aprovechar su vía romana y sus tres puentes romanos para descubrir la historia del lugar y su maravilloso entorno, como el barranco de los Infiernos.
Por la N-111 ponemos rumbo a Torrecilla de Cameros, considerado el municipio más bello y extenso de la comarca. Divido en tres barrios (San Martín, El Campillo y Barruelo) alberga un buen número de monumentos a conocer: la iglesia de San Martín (siglo XV) y las ermitas de San Pedro, de San Andrés y de la Virgen de Tómalos. Antes de abandonar esta localidad, conviene cruzar el puente medieval sobre el río Iregua, que comunica los barrios de San Martín y el Barruelo.
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| Torrecilla de Cameros (foto: Nati Peña García) |
Siguiendo la N-111 llegamos a Villanueva de Cameros. Domina el pueblo la iglesia parroquial de San Martín, conocida como la catedral de Cameros. Su retablo mayor es de ébano y marfil, de gran interés artístico. En el exterior de la iglesia encontramos la fuente de agua y el antiguo lavadero, hoy utilizado para regar los huertos cercanos. Atravesando su plaza del Ayuntamiento llegamos a la ermita de Nuestra Señora de los Nogales (siglo XVIII), monumento nacional desde 1982.
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| Rueda de molino en mosaico de Villanueva de Cameros |
Retomamos la N-111 para acercarnos hasta Lumbreras, en el límite con la provincia de Soria y en pleno Parque Natural Sierra de Cebollera. Sobre la soleada ladera del río Piqueras, esta población conserva buena parte de su caserío tradicional y numerosos escudos señoriales. Cuenta con una iglesia del siglo XVI dedicada a San Bartolomé y una bonita ermita, en la parte alta del pueblo, de la Virgen de la Torre. Cerca de Lumbreras se encuentra el Centro de Interpretación de la Transhumancia.
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| Típica fachada del caserío tradicional |
Dejamos atrás Lumbreras para dirigir nuestros pasos hacia Villoslada de Cameros, en pleno corazón de la Sierra de Cebollera. Luce en su casco histórico grandes casonas del siglo XVIII y buenos ejemplos de la arquitectura popular. Su puente medieval formaba parte de la calzada romana que venía desde Numancia. Hay que visitar su iglesia parroquial y las ermitas de San Roque y la de Ntra. Sra. de Santa María. Muy recomendable es el sendero de las Cascadas, un paseo desde la ermita de Lomos de Orios hasta los saltos y cascadas de Puente Rá.
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| Villoslada de Cameros |
El camino continúa hacia Ortigosa de Cameros situado en la ladera de un cañón natural, el macizo de Encinedo. Su puente de hierro de 1910 es el icono de este pueblo serrano compuesto por los barrios de San Martín y de San Miguel, a ambos márgenes del arroyo Alberco. Hay que visitar sus iglesias y ermitas, sus cuevas (la gruta de la Paz y la de la Viña). Un capricho de la naturaleza en forma de estalactitas y estalagmitas de hace millones de años.
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| Cascada de Puente Rá |
Por la LR-232 llegamos a El Rasillo de Cameros donde destaca su iglesia parroquial a la sombra de un olmo centenario. En las afueras está la ermita de San Mamés, edificio románico del siglo XII reconstruido en 1815. Los amantes de los deportes náuticos encontrarán el Club Náutico de El Rasillo en el embalse de González Lasaca, donde se puede practicar piragüismo, windsurf, vela...
Así llegamos al punto final de nuestra ruta en Brieva de Cameros. Además de un interesante patrimonio artístico (iglesias de San Miguel y Santa María de Barrueso), este pueblo es conocido por su vinculación con la transhumancia. Esta práctica pastoril recibe un merecido homenaje en junio con la celebración de la Fiesta de la Transhumancia de Brieva de Cameros.
Fiesta de la Transhumancia
En un caldero pequeño, sobre fuego de leña, se pone la manteca. Con ella se dora el cordero y la cebolla cortados en trozos grandes. Se sala ligeramente y se da vueltas con una espumadera para que tome color. Después se añade la harina, se deja hacer y se cubre con una generosa cantidad de majado de ajo y perejil desleído en agua. Se incorporan las hojas de laurel, los pimientos y la guindilla en trozos. Se deja hacer a fuego lento hasta que esté tierno (unas 2 horas) y se ajusta de sal antes de servir. Un plato contundente, de elevado contenido calórico, que puede ser degustado en la comarca de Tierra de Cameros.
La Ruta: Parada a Parada
La ruta comienza al sur de Logroño, donde las rocas de Islallana se alzan como una puerta gigantesca, dando la bienvenida al viajero y marcando el fin del valle y el inicio de la sierra.
1. Viguera y las Peñas
Nada más cruzar la "puerta" de Islallana, aparece Viguera. Situado bajo impresionantes formaciones rocosas rojizas, este pueblo ofrece vistas espectaculares del río.
No te pierdas: La Ermita de San Esteban, que esconde en su interior frescos románicos únicos en la región.
2. Torrecilla en Cameros: La Capital Serrana
Considerado el corazón del Camero Nuevo, Torrecilla es un pueblo señorial que respira historia. Fue cuna de ilustres políticos y sede de la nobleza ganadera.
Qué ver: Pasea por el Barrio de Barruelo, cruza su puente medieval sobre el Iregua y visita la Iglesia de San Martín. Si tienes energía, sube hasta la estatua del Sagrado Corazón para obtener la mejor panorámica del valle.
3. Ortigosa de Cameros: El Pueblo Colgante
Desviándonos ligeramente hacia la derecha desde la nacional, encontramos la joya arquitectónica del valle. Ortigosa está dividido en dos barrios (San Martín y San Miguel) separados por un profundo barranco.
La Foto: Los dos impresionantes puentes de hormigón (uno de los cuales fue de los más altos de España en su época) que unen los barrios.
Naturaleza: Las Cuevas de Ortigosa (La Paz y La Viña). Son visitables y ofrecen un espectáculo geológico de estalactitas y estalagmitas fascinante.
4. El Rasillo y el "Mar" de Cameros
Volviendo a la ruta principal, llegamos al Embalse de González Lacasa.
Qué hacer: En El Rasillo de Cameros se encuentra el Club Náutico. En verano es una "playa" de montaña perfecta para bañarse, hacer kayak o hidropedales. En otoño, el reflejo de los bosques ocres en el agua es pura poesía visual.
Patrimonio: Visita su iglesia de Nuestra Señora de las Eras y observa el "Olmo de El Rasillo", un árbol centenario que sobrevivió a la grafiosis.
5. Villoslada de Cameros y la Sierra de Cebollera
Llegamos al final de la zona habitada para entrar en el reino de la naturaleza salvaje. Villoslada conserva la arquitectura popular mejor cuidada, con grandes casonas de piedra y escudos nobiliarios.
El Parque Natural: Villoslada es la puerta de entrada al Parque Natural Sierra de Cebollera.
Senderismo Imprescindible: La ruta de las Cascadas de Puente Ra. Un sendero sencillo entre hayedos y pinos silvestres que termina en unos saltos de agua idílicos.
Espiritualidad: Sube a la Ermita de la Virgen de Lomos de Orios, un santuario a gran altura rodeado de un silencio místico y caballos pastando en libertad.
Gastronomía: Sabor a Monte y Pastoreo
La cocina de los Cameros es contundente, diseñada para combatir los inviernos fríos y alimentar a los pastores.
Queso Camerano (D.O.P.): El rey de la zona. Un queso de cabra con la marca inconfundible de la "cilla" (molde de mimbre) en su corteza. Pruébalo fresco o curado.
Caparrones: La alubia roja pinta de la zona. Se cocina "con sacramentos" (chorizo, tocino y costilla). Un plato de cuchara glorioso.
Carnes: El cordero chamarito (raza autóctona) asado al sarmiento o en caldereta es un manjar. También la caza (jabalí o ciervo) en temporada.
Postres: Pide fardelejos (hojaldre con almendra) o leche frita para cerrar la comida.
Dónde alojarse: descanso rural
La oferta de alojamiento en la zona se basa en el turismo rural de calidad, con trato familiar y chimeneas encendidas.
Para una experiencia histórica (Villoslada):
La Posada de Villoslada: Un edificio del siglo XVIII rehabilitado con gusto exquisito. Ideal para desconectar totalmente.
Para familias y actividades (El Rasillo):
Casa Rural Entrebosques o El Viejo Hórreo: Alojamientos acogedores cerca del embalse, perfectos si viajas con niños o buscas deportes acuáticos.
Para estar en el centro de todo (Torrecilla):
Hotel Rural Villa Liquidámbar: Una casona indiana preciosa junto al río, con jardines y un servicio impecable. Punto estratégico para moverse arriba y abajo por el valle.
Consejo de viajero
La mejor época para visitar el Valle del Iregua es el otoño (octubre-noviembre). Los bosques de la Sierra de Cebollera explotan en una paleta de colores rojos, ocres y naranjas que rivalizan con cualquier paisaje europeo. Sin embargo, si buscas refrescarte, el verano en El Rasillo es un oasis inesperado.
¡Feliz viaje por las tierras altas de La Rioja!
Fuentes: https://lariojaturismo.com/; https://www.arteguias.com/cameros.htm ; https://www.senditur.com/es/poblacion/torrecilla-en-cameros/









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