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| La medicina psicodélica se enfrenta a la prueba de fuego. Imagen: Scott Balmer para Nature Outlook |
12 octubre 2022.- Las drogas que distorsionan la percepción de la realidad se han visto durante mucho tiempo como agentes de rebelión contracultural y como un medio químico para sintonizar con la naturaleza y el universo en general. Cosas embriagadoras. Las personas que tomaban ácido o bebían mescalina u hongos mágicos expresaban su rechazo a una realidad empírica única e inequívoca.
Pero las cosas están cambiando: las drogas responsables de estas experiencias exóticas ahora se toman en serio como terapias médicas. La mayoría de los beneficios los verán las personas con problemas de salud mental , como el trastorno de estrés postraumático y la depresión . Pero las posibilidades se extienden a otros ámbitos médicos. Los psicodélicos están mostrando valor, por ejemplo, para mitigar el dolor crónico severo de condiciones como la migraña y el dolor de cabeza en racimos.
Liderando el paquete de terapias psicodélicas está la psilocibina, el ingrediente que agrega la magia a ciertos hongos. También se están realizando esfuerzos para encontrar aplicaciones médicas para la mescalina , que se deriva de la planta del peyote, Lophophora williamsii , y otros cactus nativos de las Américas. Pero también se está investigando intensamente para desarrollar drogas sintéticas que brinden los beneficios para la salud de los psicodélicos sin lanzar al usuario a un perturbador viaje alucinógeno .
Aprovechar el potencial de estos medicamentos depende de saber cómo funcionan . Los avances en las imágenes del cerebro están revelando los mecanismos biológicos que se activan bajo la influencia de los psicodélicos , conocimiento que debería ayudar a los médicos a adaptar mejor las terapias a las condiciones. Y los investigadores están cada vez más cerca de descubrir si la microdosificación, la práctica de tomar estos medicamentos en pequeñas cantidades, puede brindar beneficios terapéuticos .
Traducir los ensayos clínicos a la terapia de rutina no será poca cosa. Por un lado, no hay suficientes profesionales de la salud mental para brindar el tipo de supervisión que estos medicamentos probablemente necesiten y las restricciones regulatorias representan otra barrera para la investigación. Es posible que los psicodélicos aún no hayan llegado a la corriente principal de la medicina, pero están más cerca que nunca.
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