MANO DE IRULEGI
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| Imagen: Sociedad de Ciencias Aranzadi |
Investigadores de un instituto de investigación vasco, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dicen que encontraron el documento más antiguo escrito en lengua vasca , que se considera una de las lenguas más misteriosas de Europa.
20 febrero 2024.- El documento contiene cinco palabras (40 signos, distribuidos en cuatro líneas) inscritas en la llamada ”La Mano de Irulegi”, que fue desenterrada en 2021 cerca de Pamplona, la tercera ciudad más grande de la gran región cultural vasca. España.
”La Mano de Irulegi” es una placa de bronce, con forma de mano humana, que contiene 40 símbolos misteriosos. Los expertos creen haber descifrado su primera palabra: 'sorioneku' (o 'buena fortuna')
Esta es la primera de las cinco palabras que se pudieron descifrar, en lo que ya se conoce como la “mano de Irulegi” . Se trata de una representación en bronce de ese miembro, diseñada para colgar en la puerta de entrada de una casa, probablemente como objeto ritual de protección del hogar.
Su antigüedad, primer tercio del siglo I a.C, lo convierte en un hallazgo excepcional, ya que es el documento más antiguo y también el más largo escrito en euskera (o proto-euskera). Junto con otros hallazgos, confirma el uso de la escritura por parte de los antiguos habitantes de esta zona, que se estima son los vascones. Para ello utilizaron una variante del signatario ibérico, conocida como “signatario vasconic”, escribe la Sociedad de Ciencias Aranzadi .
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Según un instituto de investigación vasco, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, es la evidencia más antigua conocida de un idioma vascónico escrito, un precursor del euskera que todavía se usa en partes del norte de España (actual Euskadi y Navarra) y el suroeste de Francia.
El descubrimiento es de gran importancia porque puede desafiar la creencia común de que los vascones comenzaron a escribir en su idioma después de la introducción de la escritura latina por parte de los invasores romanos.
Los vascones fueron un pueblo prerromano cuyo territorio se centró principalmente en la actual Navarra, aunque también se extendió por zonas de Gipuzkoa, La Rioja, Zaragoza y Huesca.
“Esta pieza cambia por completo lo que pensábamos hasta ahora sobre los vascones y su escritura”, dijo Joaquín Gorrochategui, catedrático de Lingüística Indoeuropea de la Universidad del País Vasco.
Realizó un análisis detallado de la pieza. La inscripción había sido tallada en la cara del artefacto que representa el dorso de la mano y el texto se lee con los dedos hacia abajo.
“Estábamos convencidos de que los vascones no sabían leer ni escribir en la antigüedad y solo usaban la escritura para acuñar monedas”, agregó el profesor Gorrochategui.
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En el centro del extremo cercano a la muñeca se encuentra una perforación y el lugar donde fue encontrado, su morfología y decoración, así como la inscripción confirman que se trata de un objeto ritual que se colgaba en la puerta de entrada de la casa. para proteger el hogar.” , indica Juantxo Egana de la Sociedad de Ciencias Aranzadi
Según los investigadores, la inscripción representa el texto antiguo más largo en proto-euskera conocido hasta el momento. Junto a los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epígrafes cuya atribución se debate -el mosaico de Andelo, el bronce de Aranguren y una inscripción en piedra de Olite-, muestra el uso de la escritura por parte de los antiguos vascones.
El testimonio supone también una singularidad en cuanto a la tipología y morfología del soporte (una mano clavada con los dedos hacia abajo) y la técnica de inscripción utilizada (punteada tras un esgrafiado).
El objeto ha sido hallado en el yacimiento arqueológico de la localidad situada en lo alto del monte Irulegi, a los pies del castillo del mismo nombre. Es un asentamiento habitado, desde finales de la Edad del Bronce Medio (entre los siglos XV y XI aC), hasta el primer tercio del s. I aC, cuando fue abandonado tras ser incendiado por las tropas romanas de Pompeyo.
El lugar fue abandonado a principios del siglo I a.C., tras ser atacado por tropas romanas en el marco de las guerras sertorianas (años 83-73 a.C.), conflicto civil entre los romanos Quinto Sertorio y Lucio Cornelio Sila, en el que los los habitantes indígenas tomaron partido.
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