alergias alimentarias
Las alergias alimentarias son un problema que afecta a un 4-6 % de los niños y a un 1-3 % de los adultos. Este menor porcentaje de adultos afectados en comparación con los niños se debe a que, a pesar de que no existe tratamiento, en algunas personas, las alergias desaparecen con el paso de los años.
22 julio 2023.- Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunitario a la ingestión de un alimento que contiene una sustancia, generalmente una proteína, que el organismo percibe como nociva. Esta reacción a la sustancia alergénica puede provocar desde picores o síntomas digestivos hasta síntomas graves, o incluso una reacción anafiláctica, una reacción alérgica muy grave que puede poner en riesgo la vida de la persona afectada.
Existen dos tipos de alergia alimentaria:
- Alergia mediada por anticuerpos IgE: la reacción alérgica se produce porque el sistema inmunitario libera inmunoglobulinas E, un tipo de anticuerpo que neutraliza la sustancia que causa la alergia y desencadena la liberación de histamina y otras sustancias químicas responsables de los síntomas de la reacción alérgica. Los síntomas, de intensidad variable, aparecen en las dos horas siguientes a la exposición al alimento.
- Alergia no mediada por anticuerpos IgE: la reacción se observa entre 2 y 48 horas después de ingerir el alimento causante y se manifiesta principalmente con síntomas digestivos.
Las alergias alimentarias más frecuentes en los menores de cinco años son las alergias a:
- Leche de vaca.
- Huevo.
- Pescado y marisco.
A partir de los cinco años son más frecuentes las alergias a:
- Verduras y hortalizas.
- Legumbres (lenteja, soja).
- Frutas (albaricoque, cereza, melocotón, ciruela).
- Frutos secos (cacahuete, almendra, nuez, avellana).
A partir de los 15 años, la alergia alimentaria por polen es la más frecuente. Se produce por la contaminación cruzada de algunos alimentos, especialmente frutas y verduras crudas o frutos secos, que contienen proteínas comunes con algunos pólenes. Los síntomas de la alergia por polen son similares a los de cualquier alergia alimentaria, sin embargo, los pacientes que padecen este tipo de alergia a menudo pueden tolerar el alimento problemático si se cocina o se calienta, ya que el calor desnaturaliza las proteínas y el alérgeno causantes de la reacción cruzada.
Diferentes pólenes se relacionan con diferentes alergias a alimentos, por ejemplo:
- Polen de abedul: manzana, almendra, zanahoria, apio, cereza, avellana, kiwi, melocotón, pera y ciruela.
- Polen de gramíneas: apio, melón, naranja, melocotón y tomate.
- Polen de ambrosía: plátano, pepino, melón, semilla de girasol y calabacín.
En algunas ocasiones, las alergias alimentarias pueden confundirse con las intolerancias alimentarias. Aunque también causan síntomas digestivos como dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea, las intolerancias no son consecuencia de una reacción inmunitaria, sino que están ocasionadas por deficiencias enzimáticas, como por ejemplo la intolerancia a la lactosa, y la persona afectada a menudo puede tolerar pequeñas cantidades del alimento problemático.
Síntomas de una alergia alimentaria
Los síntomas de las alergias alimentarias varían en función del tipo de alérgeno y la edad y el grado de hipersensibilidad del paciente, pudiendo provocar síntomas de leves a muy graves que, generalmente, aparecen desde minutos hasta dos horas después de ingerir el alimento causante.
Los síntomas más comunes son:
- Hormigueo o picor en la boca.
- Urticaria, prurito o eccema.
- Hinchazón de algunas partes del cuerpo, especialmente los labios, la cara, la lengua y la garganta.
- Congestión nasal o dificultad para respirar.
- Dolor abdominal.
- Diarrea.
- Náuseas y vómitos.
- Mareos o desmayos.
Una alergia alimentaria también puede provocar una anafilaxia, un tipo de reacción alérgica muy grave que, si no se trata a tiempo, pone en riesgo la vida. Una reacción anafiláctica se caracteriza por los signos y síntomas siguientes:
- Estrechamiento y constricción de las vías aéreas.
- Dificultad para respirar.
- Inflamación de la glotis y sensación de nudo en la garganta.
- Aceleración del pulso.
- Mareo y aturdimiento.
- Pérdida del conocimiento.
Cómo se diagnostica una alergia alimentaria
En ocasiones, las alergias alimentarias son difíciles de diagnosticar, ya que pueden confundirse con otras afecciones digestivas, sobre todo si los síntomas son leves o se producen en niños. Por este motivo, para determinar si se trata de una alergia alimentaria, se debe acudir al médico para realizar las pruebas diagnósticas necesarias.
Las pruebas más habituales para el diagnóstico de una alergia alimentaria son las siguientes:
- Pruebas cutáneas: se ponen unas gotas de diferentes líquidos que contienen pequeñas cantidades de diferentes alérgenos sobre el antebrazo y se escarifica la zona para que el alérgeno penetre en la piel. La prueba se considera positiva si, pasados unos minutos, el habón que aparece en la piel tiene un tamaño determinado.
- Pruebas de IgE sérica específica para el alérgeno: es un análisis de sangre que permite cuantificar y demostrar con precisión la presencia de anticuerpos específicos para un alérgeno determinado.
- Prueba de provocación: debe realizarse bajo control médico y consiste en ingerir el alimento sospechoso, exponiendo al organismo directamente al alérgeno para ver la reacción.
- Dieta de eliminación: consiste en evitar la ingesta del alimento sospechoso hasta que los síntomas desaparezcan y, pasado un tiempo, volver a introducirlo para ver si la reacción alérgica reaparece. Esta prueba debe realizarse bajo supervisión médica.
Qué hacer frente a una alergia alimentaria
En caso de que tengas una alergia o sospeches que puedes ser alérgico a un alimento, lo primero que debes hacer es evitarlo. Además, debes acudir al médico para que te oriente respecto a las pautas a seguir. Estas pueden incluir:
- Medicación: antihistamínicos, corticoides tópicos u otros fármacos que ayudan a aliviar los síntomas.
- Desensibilización: comer una pequeña cantidad del alimento cada día, siempre de manera controlada y bajo supervisión del alergólogo, con el fin de ir adquiriendo tolerancia.
- Epinefrina inyectable: para las reacciones graves o la urticaria generalizada. Las personas con alergias graves deben llevarla siempre consigo y saber cómo utilizarla. Después de administrarla se debe acudir al hospital.
En caso de que los síntomas sean leves y solo aparezcan en una parte del cuerpo, es posible que no requieran tratamiento.
Para saber más:
Alergias e Intolerancias alimentarias. Gobierno de España. Abril, 2023.
Alergia alimentaria. Mayo Clinic. Diciembre, 2021.
Alergia alimentaria. Clínica Universidad de Navarra. Abril, 2023.
Alergia a los alimentos. Manual MSD. Octubre, 2020.
Alergia alimentaria. Medline Plus. Octubre, 2020.
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