Estrellas de mar: carnívoras, voraces y capaces de clonarse desde hace más de 100 millones de años
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Habitantes de nuestros mares desde hace cientos de millones de años, las estrellas de mar son un claro ejemplo de adaptación evolutiva radical
23 junio 2024.- A simple vista, las estrellas de mar pueden parecer animales pasivos, prácticamente inertes, destinados únicamente a vagar por el océano, arrastradas por la corriente. Sin embargo, desde el punto de vista biológico estos animales marinos son unas criaturas extraordinariamente hábiles y resilientes, lo que explica que hayan sido capaces de adaptarse a prácticamente todos los ecosistemas oceánicos del planeta. Y llevan cientos de millones de años perfeccionando su técnica.
LENTAS… PERO MUY INTELIGENTES
Probablemente, las estrellas de mar habrían sucumbido en algún momento de su larga historia evolutiva de no haber sido por su extraordinaria inteligencia. No en vano, estos extraños animales marinos capaces de adaptarse a entornos cambiantes y aprovechar al máximo los recursos escasos… y todo ello sin cerebro. No lo necesitan. Estos equinodermos, emparentados con los erizos y los pepinos de mar, cuentan con un sistema nervioso extraordinariamente desarrollado y complejo, formado por una especie de anillo nervioso alrededor de la boca y un nervio radial que recorre la región ambulacral (formada por los órganos con los que consiguen desplazarse lentamente por el lecho marino) de cada brazo.
Por si fuera poco, lo completan con un sistema nervioso periférico que incluye terminaciones en la epidermis. Aunque no cuentan con órganos sensoriales, también disponen de un complejo sistema neuronal sensible al tacto, la luz, la temperatura, la orientación y las características del agua que las rodea. Son como un complejo sensor marino capaz de detectar la más mínima variación de las condiciones del ecosistema en el que se encuentran.
COMEN DE TODO… INCLUSO RESTOS FECALES
A pesar de su lentitud, son unos depredadores muy eficaces. En épocas de poca abundancia, se conforman con la carroña dejada por otros animales, e incluso se han documentado algunas especies caníbales que no dudan ni un instante en alimentarse de sus congéneres.
¿Y cómo se alimentan? Se valen de múltiples estrategias: algunas especies atrapan sus presas con diminutos tentáculos que pasan la comida hasta la boca, las que se alimentan de corales producen fluidos digestivos que vierten sobre los pólipos hasta deshacerlos. Muchas son venenosas, otras las impregnan a sus presas con una especie de mucosidad antes de devorarlas.
SACAN EL ESTÓMAGO POR LA BOCA PARA ALIMENTARSE
En efecto, si hay algo que llama la atención de la clase asteroidea (como se denomina la clase a la que pertenecen las estrellas de mar), es su capacidad para alimentarse en cualquier tipo de circunstancias. Tanto es así que sacan, literalmente, el estómago por la boca, un comportamiento llamado ‘evaginación’, por el que estos animales ‘vomitan’ su estómago para alimentarse de presas que puedan ser mucho más grandes. Una vez expulsado, este órgano va digiriendo la presa de una forma lenta pero imparable hasta convertirlo en una especie de masa informe que la estrella introducirá de nuevo en el interior de su organismo para acabar la digestión.
Su alimentación no puede ser más generalista. Las estrellas de mar no le hacen ascos a nada: se alimentan de microalgas, esponjas, bivalvos, caracoles y otras pequeñas criaturas. Algunas especies incluso depredan pólipos de coral, mientras que otras no tienen el menor problema en alimentarse de materia en descomposición o incluso restos fecales.
SON UNOS ANIMALES TODOTERRENO
Y si la alimentación no es un problema, tampoco lo es la locomoción. A simple vista puede parecer que las estrellas de mar tienen problemas para desplazarse. Nada más lejos de la realidad. Estos animales tienen una suerte de surco que se extiende desde la boca hasta cada brazo comuna suerte de hileras llamadas pies tubulares equipados con ventosas que les permiten aferrarse al terreno sin problemas. Una red de vasos sanguíneos en cada brazo aspira agua y la canaliza hacia las patas tubulares, lo que permite la locomoción. Además, aunque parezcan rígidos, los brazos pueden doblarse y retorcerse, lo que les permite agarrar cualquier tipo de presa, incluso darse la vuelta.
ALGUNAS SON HERMAFRODITAS, OTRAS CAMBIAN DE SEXO, OTRAS SE CLONAN A SÍ MISMAS
Pero si hay algo que ha posibilitado que las estrellas de mar prosperen en tantos lugares durante tanto tiempo es su variabilidad reproductiva. Aunque la mayoría de las especies de estrellas de mar son gonocoristas –esto es, poseen solo un tipo de gónada, masculina o femenina–, algunas son hermafroditas, esto es, producen tanto óvulos como espermatozoides. Pero existe otro grupo que cambian de sexo: primero son machos y luego hembras, un fenómeno conocido como ‘hermafroditismo secuencial'.
Los científicos encontraron este espécimen fosilizado mientras regeneraba parte de sus brazos en algún momento hace más de 150 millones de años. GÜNTER SCHWEIGERT
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