Escapada a Moratalla, antigua encomienda de los caballeros de la Orden de Santiago
Este pueblo monumental reúne en su extenso término muchos de los encantos de la comarca Noroeste de Murcia, entre otros sierras, pozas naturales y abrigos con pinturas rupestres. Shutterstock |
Moratalla es el vivo ejemplo de que la Región de Murcia está llena de sorpresas por descubrir. En el Noroeste de la Región se asienta esta villa de larga historia , antigua encomienda de los caballeros de la Orden de Santiago. Su castillo se alza en la parte más alta del pueblo, con su Torre del Homenaje sobresaliendo sobre el anillo de callejuelas que lo rodean como un testimonio fiel de su ilustre y épico pasado.
Aquí se enfrentó Ibn Hilal a su primo Ibn Mardanix, conocido como Rey Lobo, hacia 1147. Sede desde 1245 de la Encomienda de Santiago, la Edad Media ve emerger a Moratalla con un periodo de historia repleto de batallas entre cristianos y almogávares donde la inseguridad llevó al refugio de la población en los castillos.
El paseo por sus intrincadas calles es una maravilla rural que no cabe perderse; pero es que además se conservan diseminadas por el municipio muchas huellas de su remoto pasado y paisajes naturales maravillosos y muy refrescantes. En la actualidad, su término municipal abarca una extensión de 954,82 kilómetros cuadrados, o lo que es lo mismo, el decimosegundo municipio más grande de España.
La estructura islámica original se levantó en el siglo IX sobre restos neolíticos e íberos, constituyendo un punto importante en la defensa de Al-Andalus. El nombre originario del municipio, según indican diversos historiadores, proviene de la época romana, en concreto del topónimo Murata tallea (la que está amurallada con palos).
Moratalla vivió su auténtico esplendor en la Edad Media a partir del siglo XIII. Es entonces cuando sobre su bastión primitivo árabe del siglo IX, erigido sobre restos neolíticos e íberos y luego aso fronterizo del al-Andalus, empezó a tomar forma el actual castillo de Moratalla, que se amuralló en el siglo XV.
De aquella fortificación se conservan partes del lienzo de muralla, la torre gótica del Homenaje, con 22 m de alto y 9 m de lado, y, en el interior, la Sala de Armas cubierta con una espléndida bóveda, comunicada por una escalera de caracol con la Sala del Homenaje. La Orden de Santiago que se instaló en este enclave reconstruyó el bastión. Cinco torres completaban su recinto: Redonda, Blanca, La Magdalena, Quebrada o de los Limones y de Los Cuatro Vientos.
ShutterstockOtros monumentos destacados del pueblo son el Ayuntamiento, varias casonas y palacetes con escudos heráldicos en las fachadas y la iglesia de la Asunción que data del siglo XVI e incluye una sacristía barroca añadida en el XVIII. Esta exhibe actualmente la Colección de Arte Sacro de la comarca, en la que sobresale una delicada talla de San Camilo. A este patrimonio religioso se suman varias ermitas y el convento de San Francisco (siglo XVI), con portada barroca y un coro que acoge en la actualidad exposiciones de arte.
Moratalla incluye en su término las pedanías de Benizar, San Bartolomé, Huerta Alhárabe, Campo de San Juan y Cañada de la Cruz. En todas ellas se pueden encontrar huellas de asentamientos íberos y romanos, así como abrigos prehistóricos algunos con pinturas rupestres. Todo ello se suma a la belleza de los bosques y sierras de una de las tierras más legendarias de Murcia. Entre estos testigos pétreos destaca el castillo de Benizar, cuyos restos perviven sobre un enorme peñasco que domina la comarca, haciendo de vigía y guardián de las tierras del entorno. De época islámica, fue construido en el siglo XII. Se aconseja subir a esta peña para admirar las vistas que se contemplan.
Fachada del convento de San Francisco./LionniEl origen de la Casa de Cristo, ermita-santuario que el viajero encontrará a tan sólo 6 km del casco urbano, está relacionado con el relato de la aparición de Jesucristo al pastor Rui Sánchez, el 19 de abril de 1493.
El entorno de Moratalla permite admirar la belleza natural de la comarca y el relieve de las sierras occidentales de Murcia. Picos, encinas, robles, enebros y sabinas cubren un territorio en el que la fauna encuentra refugios intactos. Su municipio es uno de los más extensos de la región murciana, abarcando nada menos que 941 kilómetros cuadrados. A ello se suma el encanto de los campos de lavanda, en su esplendor cada verano.
AdobestockEl entorno de Moratalla permite admirar la belleza natural de la comarca y el relieve de las sierras occidentales de Murcia. Picos, encinas, robles, enebros y sabinas cubren un territorio en el que la fauna encuentra refugios intactos. Su municipio es uno de los más extensos de la región murciana, abarcando nada menos que 941 kilómetros cuadrados. A ello se suma el encanto de los campos de lavanda, en su esplendor cada verano.
En los alrededores del pueblo, en dirección al paraje de El Sabinar, una planicie rocosa surcada por arroyos, la carretera pasa por la ermita de La Rogativa (siglo XVI), cuyo interior conserva pinturas murales. Otra visita de interés se halla en Los Castillos, declarado Conjunto Histórico-Artístico, donde también se contemplan vestigios de un poblado ibérico. Asimismo, sobre el cauce del río Alharabe, que junto con el Benamor riega los parajes de Moratalla, se puede traspasar el puente de Hellín, de origen romano. Otro yacimiento arqueológico es el de Los Molinicos.
El término de Moratalla no solo cuenta con el atractivo de su pueblo sobre una loma. Además incluye espacios protegidos, como la sierra homónima y numerosos parajes fluviales. Destacan los que surca el río Alhárabe que, a su paso por el municipio, crea las refrescantes pozas termales de los Baños de Somogil y el sinuoso cañón de Bolvonegro.
ShutterstockEn este desfiladero imponente corre encajonado el río Alhárabe. La acondicionada Senda de Bolvonegro (PR-MU 110), incluida en la Red Natura 2000, permite admirar la llamativa geomorfología de este lugar. El interés del cañón de Bolvonegro radica en que sus pliegos de roca reflejan miles de años de historia.
FIESTAS TRADICIONALES
En la calle Soledad de Moratalla, un museo recoge la historia de las principales celebraciones del pueblo. Una exposición permanente permite conocer la Fiesta del Tambor en Semana Santa y los Encierros que se celebran cada mes de julio. Además de las procesiones de Semana Santa, Moratalla es el único pueblo donde las hay que el tamborista toca este instrumento artesanal con la cara tapada y ataviado de coloridas vestimentas, todas distintas entre ellas.
Los días de toque del tambor son Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección durante todo el día. Los Tambores de Moratalla es una fiesta de Interés Turístico Regional y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Por su lado, la fiestas mayores de las distintas pedanías de Moratalla, en julio, también están declaradas de Interés Turístico Regional.
Los tamboristas tienen su momento álgido en la Semana Santa./lomasplus
UN VIAJE A LA PREHISTORIA
El término de Moratalla reúne el mayor conjunto de arte rupestre mediterráneo de la Región de Murcia. Los ejemplos se hallan en numerosas abrigos y cavidades abiertas en sus sierras. Algunas como la Cueva de Zaen han mostrado huellas tan lejanas como las de la Edad del Bronce. En las afueras del pueblo, en los abrigos de La Cañaíca, hay valiosos ejemplos de estas pinturas, que en conjunto con otras del Levante, están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Para completar su visita, saliendo de Moratalla por la carretera hacia Campo de San Juan se pasa por el Santuario Casa de Cristo (siglo XVI), en plena sierra del Buitre, que alberga el Centro de Arte Rupestre, destinado a promover y divulgar este valioso patrimonio arqueológico murciano.
Hay, asimismo, tumbas argáricas y murallas calcolíticas en el cerro de Las Víboras (3.000 años antes de Cristo). En Los Molinicos se ha encontrado un poblado ibérico (siglo IV a. C.).
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