6 a 30 noviembre. La Comunidad de Madrid acoge el 42º Festival de Otoño
De Asia provienen dos muestras de danza y música que tienen al cuerpo y al esfuerzo físico en su centro. 12 & 14 del coreógrafo chino Tao Ye, y Tenmei de Yamato de Japón, con sus imponentes tambores wadaiko
Varios montajes se internan en la memoria personal o histórica del mundo, como The seven streams of the river Ōta de Robert Lepage, Journée de noces chez les Cromagnons de Wajdi Mouawad y Goodbye, Lindita del director revelación de la escena griega Mario Banushi
Los títeres protagonizan Dura, dita dura de Teatro de Ferro de Portugal sobre la dictadura lusa y Mémé, donde la artista belga Sarah Vanhee recuerda las duras vidas de sus abuelas
Thaddeus Phillips aborda la migración y las fronteras en 17 border crossings y Émilie Monnet y Waira Nina la explotación del medio ambiente en Nigamon/Tunai
María Hervás, bajo la dirección de las australianas Nat Randall y Anna Breckon, se enfrenta a un desafío interpretativo de 24 horas en The second woman
La danza nórdica ofrece el humor de la Jo Strømgren Kompani en The Ministry of Unresolved Feelings y una velada doble con la GöteborgsOperans Danskompani en Solo Echo by Crystal Pite and We Loved Each Other So Much by Yoann Bourgeois
De izq. a dcha. imágenes de escena de The Seven Streams of the River Ōta, Goodbye Lindita, Mémé, y Dura Dita Dura.16 octubre 2024.- Lo mejor del teatro y la danza internacional llega a España a través del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. En sus cuatro décadas, los espectáculos más selectos han pasado año tras año por Madrid dejando una memoria indeleble en los espectadores. Y esta dimensión internacional, rasgo de la identidad del festival, la que lo mantiene, como asegura la directora da su 42ª edición Pilar de Yzaguirre, una referencia cultural de nuevas tendencias, con influencia en todos los continentes y la presencia de las grandes compañías y creadores de vanguardia.
Los 17 espectáculos internacionales de esta edición configuran una cartografía heterogénea, de encuentro entre culturas escénicas de Oriente y Occidente, abierto a los cambios del mundo, a sus conflictos (guerras, migraciones, medio ambiente) más palpitantes. Grandes nombres como Tao Ye, Robert Lepage, Mario Banushi, Nat Randall y Anna Breckon, Jo Strømgren, Wajdi Mouawad, Rafael Spregelburd y Thaddeus McWhinnie Phillips, entre otros, invitan al público a experimentar un viaje sin parangón por la creación artística de la más alta calidad.
Teatro de la memoria
Varios montajes del Festival de Otoño se internan en la memoria personal, histórica del mundo, en el legado de la tradición y cómo determina las vidas de las personas, como sucede que The seven streams of the river Ōta, (Teatros del Canal 16, 17, 19, 20, 22 y 23 de noviembre) que el mago del teatro Robert Lepage construyó en 1994 como pieza fundacional de su compañía canadiense Ex Machina. Los espectadores del Festival de Otoño podrán disfrutar por vez primera de su versión íntegra, siete horas de duración que ilustran siete relatos entre 1945 y 1995: de la bomba de Hiroshima a los campos de concentración, al sida, a través de una gran historia de amor. Siete ríos que se separan, para volverse a unir en la bahía de Hiroshima, con el hilo conductor de la búsqueda de serenidad en medio de la muerte y del horror.
A la historia íntima, incardinada en la historia de su país, Líbano, remite Journée de noces chez les Cromagnons (28 y 29 de noviembre en Teatros del Canal), producción del Teatro Nacional de La Colline de Francia, que un joven Wajdi Mouawad escribió en 1991 En ella emergen su memoria infantil, la familia, la guerra, el trauma, temas que ha desarrollado a lo largo de su trayectoria. En ella une mundos que en su entorno y en el contexto geopolítico en el que nació seguían separando violenta y sangrientamente: el judaísmo y el cristianismo y el islam. Y lo hace a través de una familia que, en medio de la guerra, decide organizar una ficticia boda de hija mayor, como una forma de celebración entre amigos y vecinos en medio de las bombas que caen. En esta decisión late una forma de resistencia, de invitación al optimismo en una situación que en apariencia conduce a la desesperación.
También ha buceado en su memoria el joven y brillante director Mario Banushi para realizar Goodbye, Lindita (Teatros del Canal, 22 y 23 de noviembre). En ella, nos retrotrae a sus recuerdos en su tierra albanesa, donde nació en 1998 y de donde partió a Grecia a los seis años. Obra sin diálogos, en esta producción griega una serie de extraños sucesos sacan a la superficie un mundo oculto de sueños y pesadillas, en el que los muertos y los vivos se encuentran antes de la despedida final, y se alternan imágenes de triviales tareas domésticas con otras poéticas y rituales pertenecientes a las tradiciones balcánicas. Es un espectáculo que nos devuelve “a los rituales y las creencias que se han perdido en nuestra actual sociedad”, lamenta la directora del festival, Pilar de Yzaguirre, de ahí “la importancia -subraya- de poder hablar de la muerte y en un lenguaje que transmite tanta belleza”, como el de Goodbye, Lindita.
Dos sorprendentes espectáculos de títeres se internan igualmente en la historia europea del siglo XX y sus consecuencias. De Portugal procede Dura, dita dura (Teatros del Canal 29 y 30 de noviembre), de Teatro de Ferro, que combina las marionetas con texto y música para narrar la larga dictadura lusa a través de los ojos de un niño.
La artista, performer y autora belga Sarah Vanhee, deja en Mémé (Centro de Cultura Contemporánea Condeduque 9 y 10 de noviembre) los escenarios no convencionales de sus afamadas producciones (una cárcel, la calle, el salón de un piso) y sola en el escenario, se rodea de objetos, vídeos y títeres. Con estos últimos entabla una conversación para evocar la época sus dos abuelas, que dedicaron su vida al servicio de los demás, y un presente donde las mujeres siguen explotadas. A aquellas y a estas dedica Vanhee una oda que celebra esas vidas y las trasciende.
Atento a las derivas del mundo, el Festival de Otoño sondea en sus espectáculos algunos de los grandes conflictos de nuestro tiempo, como hace con la migración y las fronteras Thaddeus McWhinnie en 17 border crossings (Teatros del Canal, 26 y 27 de noviembre). El actor y fundador del colectivo teatral Lucidity Suitcase Intercontinental realiza un viaje, a medias real, a medias imaginario, por países como Egipto, Bosnia, Cuba, Brasil, Marruecos, Italia y Méjico. Solo en escena, sentado en una silla, ante una mesa, Phillips narra historias cómicas y surrealistas como la un extraño que lanza grandes paquetes desde la ventana del tren; la de un migrante que se interna en el desierto; o la de un jardinero de Mozambique que viaja oculto en el tren de un avión.
Otra de las lacras de la sociedad actual, la explotación del medio ambiente, se plasma en Nigamon/Tunai de la artista indígena Émilie Monnet y Waira Nina de la nación Inga, en la Amazonia (Teatros del Canal, 21 de noviembre). Esta experiencia sensorial y visual hace una llamada a la protección medioambiental en un escenario que evoca La Amazonia o un bosque tropical, donde Monnet y Nina, ataviadas con hábitos indígenas, realizan acciones acompañadas de sonidos y voces de líderes espirituales indígenas, activistas, ancianas y niños: voces de protesta y defensa del territorio atacado por la deforestación y la acción de las empresas mineras y petroleras.
Uno de los espectáculos más sorprendentes del festival llegará el 9 de noviembre a Teatros del Canal: las 24 horas continuadas de teatro de The second woman de Nat Randall y Anna Breckon. Todo un desafío para su única actriz, la talentosa María Hervás. Encapsulada en una habitación transparente, será visitada a lo largo de un día por un centenar de compañeros de escena, desde actores profesionales a otros muchos que no lo son, con los que representa el mismo ritual: una conversación de 10 minutos entre una pareja cuya relación ha perdido fuelle y romanticismo. Estrenada en Australia en 2017, The second woman ha tenido una gran repercusión internacional allí donde se ha representado: Nueva York, Londres, Amsterdam y, este mismo año, Grecia.
To Move in Time (Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, 21 y 22 de noviembre) nos invita a viajar por el tiempo a través de las palabras. La obra del británico Tim Etchells sitúa a un personaje en el interior de un círculo. Desde allí, el actor Tyrone Huggins, sin apenas moverse de ese límite circular, emprende su viaje. Su personaje se lanza a especulaciones: ¿podría evitar el asesinato de Martin Luther King, el nacimiento de Hitler? ¿Y si accidentalmente provocara una guerra…? Sus especulaciones continúan y lo que iba a ser un viaje al más allá físico, se convierte en un pequeño tratado ético sobre las decisiones que tomamos en la vida.
El creador argentino Rafael Spregelburd escribe, dirige e interpreta una comedia de terror sarcástico, Inferno (Teatro de la Abadía, 29 y 30 de noviembre), éxito de la cartelera del país austral del 2022. Inspirada en El jardín de las delicias de El Bosco, sus cuatro actores interpretan hasta 16 personajes: desde un periodista de turismo al que despiertan dos catequistas para comunicarle que El Vaticano ha abolido el infierno, a una crítica de arte, un profesor de matemáticas o una abogada. La obra se dispara en múltiples direcciones y tramas. Todo transcurre a una velocidad endiablada en un escenario caótico, atestado de objetos. Y ahí están de nuevo las obsesiones de Spregelburd: el mundo como creación del lenguaje, el caos, la catástrofe, la culpa y la estafa.
Danza y música
De Asia provienen dos muestras de danza y música que tienen al cuerpo y al esfuerzo físico en su centro. La abstracción de la danza del coreógrafo chino Tao Ye la define de entrada el nombre de sus espectáculos titulados por números. En el Festival de Otoño presenta 12 & 14 (Teatros del Canal, 9 y 10 de noviembre), dos piezas de sus Numerical series. Con una concepción minimalista del movimiento, la danza de Ye transforma el cuerpo en arte a partir del entendimiento del cuerpo como “origen de nuestra existencia y templo de nuestro espíritu”, según el artista y director de TAO Dance Company, una de las formaciones más solicitadas de China en la escena internacional.
Los imponentes tambores wadaiko de Japón transmiten con su sonido rítmico “el pulso mismo de la vida y el epítome del espíritu japonés”, señala Masa Ogawa, fundador y director artístico de la compañía Yamato, que ofrecerá cinco funciones de Tenmei (Torrejón de Ardoz, 15 de noviembre, Alcorcón, 16; Teatros del Canal, 17; Móstoles, y San Sebastián de los Reyes 30 de noviembre). Con su energía indomable, los percusionistas de Yamato invitan a un espectáculo tradicional, desenfrenado, con humor y una gran variedad musical.
La geografía nórdica nos regala el humor de la Jo Strømgren Kompani en The Ministry of Unresolved Feelings (Teatros del Canal, 19 y 20 de noviembre). El célebre coreógrafo Jo Strømgren, autor de más de 150 piezas de danza, representadas en 64 países, imagina en esta obra la existencia de un singular ministerio que ayuda a la gente a llevar una vida normal resolviendo sus problemas, tales como la vergüenza, complejos de inferioridad, defectuosos conductos lagrimales que impiden llorar… que les producen sufrimiento y baja autoestima. Al ritmo de músicas como la de la canción Ne me quitte pas, de Jacques Brel, o de la ópera Eugene Onegin, Strømgren mostrará que la danza, la música y el humor pueden aliviar las penas del mundo.
La velada de la GöteborgsOperans Danskompani en el Festival de Otoño (Pozuelo de Alarcón 29 y 30 de noviembre) exhibe Solo Echo by Crystal Pite and We Loved Each Other So Much by Yoann Bourgeois, dos visiones de la danza, una poética y otra furiosa, que reflejan la ductilidad de la compañía sueca, formada por 38 bailarines de más de 20 países
En Solo Echo, la coreógrafa canadiense Crystal Pite se inspira en el poema Lines for winter, del poeta canadiense Mark Strand, donde el paisaje invernal que describen sus versos se tiñe de melancolía. A través de la música de Brahms, Pite traza un arco de tiempo que transcurre entre la adolescencia y la madurez con sus aceptaciones y sus pérdidas.
Un derroche de intensidad y energía se transmite en los 35 minutos que dura We Loved Each Other So Much, la nueva pieza del coreógrafo francés Yoann Bourgeois, cuya formación circense ha determinado su carrera. Sus acrobacias y la incorporación de las artes marciales a esta pieza llevan al límite el esfuerzo físico de sus 16 bailarines, que en un proceso acelerado de movimientos ejecutan un juego que desemboca en una guerra despiadada de cuerpos que rebotan y casi vuelan.
Nathalie Miravette (pianista) y Laurent Cirade (violonchelo) se baten en escena en Duel opus 3 (San Lorenzo de El Escorial, 9 de noviembre). Lo que aparentemente se presenta como un recital de piano y violonchelo convencional se convierte en una batalla campal y humorística entre los dos músicos, cuyo trasfondo apunta a la eterna batalla de los sexos, a la que le ponen una banda sonora que salta de Mozart a Strauss, de los Bee Gees, Ennio Morricone, Barry White a la Velvet Underground. El 10 de noviembre repiten, en una versión adaptada para niños y jóvenes, en el Espacio Abierto Quinta de los Molinos.
Los seis músicos (cuatro hombres y dos mujeres) de L'Orchestre d'Hommes-Orchestres de Canadá exhiben humor y canciones en Performs Tom Waits (Teatro de la Abadía, del 20 al 22 de noviembre), construido a partir de las canciones de uno de los mitos de la música estadounidense, el cantante, actor y compositor Tom Waits. Los músicos de L’Orchestre… se apiñan en espacio muy reducido, rozándose, interrumpiéndose mientras ejecutan sus temas con platos, zapatos, sartenes, cascos de moto, globos, bates de béisbol, y otros instrumentos inventados. Alocados y extravagantes, lleva al público a un viaje por la cultura estadounidense al ritmo del jazz, el blues, el rock, el hiphop y la poesía.
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