arqueología, El Argar
19 enero 2025.- El Argar. El inicio de la Edad del Bronce marca un momento crucial en la historia de Occidente. Es un periodo que vio nacer culturas comunes en amplios territorios, que vio crecer las redes comerciales y asistió a la domesticación definitiva del caballo, pero también un periodo en el que surgen las primeras armas concebidas como tales y en el que se agudizan las desigualdades sociales en paralelo al surgimiento de los primeros Estados —o, al menos, protoestados—.
La violencia había venido para quedarse, pero también unas redes de colaboración que podemos ver en el cuidado de los ancianos o los heridos o en los intercambios a larga distancia, elementos que, como también la guerra, siguen vivos en nuestro presente. Podemos observar cómo se ensancha la brecha en los roles de género, con funciones claramente diferenciadas, aunque aún hubiera ámbitos de igualdad, como la alimentación común o un cierto acceso al poder o a roles de prestigio.
Sin embargo, pese a la importancia de esta época en la configuración de lo que luego sería Europa y sus culturas de época histórica, es un periodo todavía poco conocido, una bruma en nuestro imaginario colectivo, que los distintos grupos de investigación que trabajan sobre este periodo se están esforzando en disipar. Nuevas formas de divulgar los resultados y grandes exposiciones, como la reciente del MARQ dedicada a los primeros reinos de la Europa prehistórica, están cambiando nuestra forma de mirar y comprender un periodo tan fascinante como fundamental. Las poderosas princesas, con sus diademas de plata, los monumentales edificios comunes, las revueltas que los redujeron a cenizas, empiezan a poblar nuestra imaginación y nos permiten acercarnos a quienes pusieron las bases de nuestro mundo.
La investigación interdisciplinar de los últimos diez años ha producido un avance sustancial en el conocimiento de lo que ocurrió en el III y II milenios antes de nuestra era (a. n. e.) y ha modificado de manera notable la forma de entender las sociedades de la Edad del Cobre y la primera Edad del Bronce en Europa. Si bien este desarrollo es un acierto de la ciencia actual, también nos obliga a ser cautos, pues nada indica que los descubrimientos de los próximos años no serán igual de sorprendentes y reveladores. Por tanto, ofrecer en estos momentos una síntesis de cómo se pudo haber formado la entidad arqueológica que definimos como El Argar en un contexto de cambios sociales en muchas partes del Mediterráneo y Europa tiene que ser entendido como una “meta volante” de una investigación en curso.
La Almoloya (Pliego) es uno de los yacimientos clave para el conocimiento de la sociedad de El Argar, tanto por la investigación y el carácter único de algunos de los hallazgos que se han realizado en él, como por la difusión para el gran público de esta sociedad. Asimismo, junto con La Bastida (Totana), también en la Región de Murcia, ha tenido un destacado protagonismo en el programa de investigación, conservación y difusión, a cargo de un equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Representación artística de La Almoloya, donde se encontró un gran recinto conocido como "Sala del parlamento", con un banco corrido, un podio y un gran hogar, en el que probablemente se celebraban reuniones colectivas.El yacimiento descubierto fue la cuna de la civilización de "El Argar", que habitó el sureste de la península Ibérica durante la Edad del Bronce. Su sociedad floreció entre el 2200 y el 1550 a. C. en el sureste de la actual España.
Hacia el año 1550 a. C., hace unos 3550 años, las comunidades argáricas dejaron de existir. Desde entonces, nadie ha vuelto a vivir en La Almoloya. Sin embargo, es posible que mujeres de élite hayan gobernado El Argar hace 4.000 años antes de que esto sucediera .
Las investigaciones sobre el yacimiento arqueológico de La Almoloya (Pliego, Murcia) se llevaron a cabo en 2013 y arrojaron un número considerable de hallazgos. Actualmente, ambos yacimientos son accesibles al público en general.
Algunos de los objetos encontrados en el entierro AY38. Cortesía del Grupo de Investigación Arqueoecología Social Mediterrània, Universitat Autònoma de Barcelona.La Almoloya se encuentra en una meseta a 585 m sobre el nivel del mar en las estribaciones septentrionales de Sierra Espuña, en los términos municipales de Mula y Pliego. El paraje tiene una extensión aproximada de 3.100 m2 y forma ovalada, de 85 metros de largo y 35 metros de ancho máximo. Se extiende sobre un territorio de al menos 1000 km2. Esta visibilidad horizontal confería al lugar un gran valor estratégico y fue sin duda una de las razones por las que un grupo de personas decidió vivir aquí hace unos 4.200 años.
Vista del interior de la tumba 38 de La Almoloya - figura cortesía del Grupo de Investigación de Arqueoecología Social Mediterrània, Universitat Autònoma de Barcelona.Lo consiguieron, y La Almoloya se convertiría en uno de los centros políticos más notables y quizá una de las primeras y más ricas y, al mismo tiempo, más grandes sociedades de la Edad del Bronce europea.
El Argar se considera un ejemplo temprano de un estado de clases con divisiones en materia de riqueza y trabajo. Conocido como "El Argar", fue una de las primeras sociedades que utilizaron el bronce en la región y construyó ciudades y monumentos impresionantes. El sitio fue descubierto en 1944.
Hoy volvemos a echar un vistazo a este magnífico yacimiento porque en los últimos años los científicos han obtenido mucha más información sobre "El Argar".
Fuente de la imagen de fondo: AntigüedadDel interior de los edificios se recuperaron diversos objetos, entre ellos metales, huesos, piedras, tejidos y cerámicas, todos ellos en excepcionales estados de conservación. De las cincuenta tumbas excavadas bajo los edificios de La Almoloya destaca especialmente una.
Revela los restos de un hombre y una mujer enterrados con el cuerpo en posición flexionada y acompañados de una treintena de objetos que contenían metales preciosos y piedras semipreciosas.
"Estos ajuares funerarios nos han permitido comprender el poder económico y político de este individuo, así como la clase dominante a la que pertenecía", anunciaron los investigadores.
Una de las piezas más destacadas es una diadema de plata a modo de corona que rodeaba el cráneo de la mujer. Los restos de la mujer fueron descubiertos bajo las ruinas del primer palacio desenterrado en Europa Occidental, que data de la Edad del Bronce (aproximadamente 3.200 - 1.200 a. C.).
El edificio, de aspecto palaciego, fue destruido en un incendio poco después de que los individuos fueran enterrados. La tumba real indica que ella y probablemente otras mujeres de la sociedad El Argar eran poderosas.
Parte del ajuar funerario de la tumba 38 de La Almoloya. La diadema de plata se encontró colocada sobre la cabeza de la mujer con el apéndice discoidal hacia abajo. Imagen: ASOME-UABTumba fascinante 38
El ajuar funerario de la Tumba 38 y la diadema descubiertos en La Almoloya son los únicos que se conservan en España.
En un gran jarrón de cerámica situado bajo el suelo de la habitación se encontraron los restos de un hombre de entre 35 y 40 años y de una mujer de entre 25 y 30. Según el análisis genético, estos dos individuos murieron simultáneamente o muy juntos a mediados del siglo XVII a. C. No tenían parentesco, pero sí una hija enterrada cerca de ellos. La mujer presentaba varias anomalías congénitas y marcas en las costillas que podrían indicar que tenía una infección pulmonar en el momento de la muerte. Por su parte, el hombre también presentaba desgaste en los huesos debido a la intensa actividad física, como la equitación.
Los investigadores reconstruyeron el rostro de la mujer.
Reconstrucción facial en el cuerpo de una persona enterrada en España hace 3.700 años. Crédito: Joana Bruno/ASOME/Universidad Autónoma de BarcelonaLa tumba estaba llena de unos 30 objetos valiosos y prestigiosos (casi todos pertenecientes a la mujer). Entre estos objetos había joyas y objetos personales como pulseras, tapones para los lóbulos de las orejas, collares, espirales y recipientes con ofrendas de animales.
Además, otras tumbas de El Argar pertenecientes a mujeres de la élite contenían ajuares funerarios de prestigio, pero sobre todo diademas que indican el destacado papel que desempeñaron estas mujeres en la sociedad.
"Curiosamente, las diademas descubiertas eran objetos simbólicos, emblemáticos, hechos para estas mujeres que representaban a la clase dirigente dominante", según Cristina Rihuete, una de las investigadoras involucradas en el estudio.
"Cada pieza es única, comparable a los objetos funerarios relativos a la clase dominante de otras regiones, como Bretaña, Wessex y Unetice, o en el Mediterráneo oriental del siglo XVII a. C., contemporáneos a nuestra Tumba 38".
Vista general de los principales edificios descubiertos en La Almoloya (Pliego, Murcia).¿Las mujeres eran gobernantes o sólo usaban objetos emblemáticos de forma simbólica?. Esta pregunta aún no ha sido respondida.
Por ahora sólo está confirmado que en esta fascinante sociedad avanzada, las mujeres de las clases dominantes eran enterradas con diademas, los hombres, en cambio, eran enterrados con espada y daga.
¿Los hombres de El Argar desempeñaron un papel ejecutivo mientras algunas mujeres eran miembros del gobierno?
No cabe duda de que El Argar es uno de los grupos arqueológicos más importantes de la Edad del Bronce del Mediterráneo occidental. Así se reconoció ya desde los inicios de la investigación con la ingente obra de los hermanos Siret, a partir de la calidad y variedad de los ajuares funerarios. A ello se ha sumado más recientemente la magnitud y el desarrollo urbanístico de algunos de sus asentamientos y la inversión efectuada en infraestructuras defensivas e hidráulicas.
Referencias:
Universidad Autónoma de Barcelona
Prensa de la Universidad de Cambridge
Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete, Eva Celdrán Beltrán - La Almoloya (Pliego, Murcia)
El Argar. Arqueología e Historio, Nº 58. Desperta Ferro Ediciones
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