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Los métodos actuales para diagnosticar la obesidad no reflejan la complejidad de la enfermedad, afirman los investigadores. Fuente: BSIP/Universal Images Group vía Getty |
Un nuevo enfoque para diagnosticar la enfermedad analiza cómo el exceso de grasa corporal afecta al organismo.
15 enero 2025.- En medio del creciente revuelo en torno a Ozempic y otros fármacos similares para adelgazar , un grupo de 58 investigadores está cuestionando la forma en que se define y diagnostica la obesidad , argumentando que los métodos actuales no logran captar la complejidad de la enfermedad. Ofrecen un enfoque más matizado.
La definición revisada del grupo , publicada en The Lancet Diabetes & Endocrinology 1 el 14 de enero, se centra en cómo el exceso de grasa corporal, una medida llamada adiposidad, afecta al cuerpo, en lugar de basarse únicamente en el índice de masa corporal (IMC) , que vincula el peso de una persona con su altura. Proponen dos categorías: obesidad preclínica, cuando una persona tiene grasa corporal adicional pero sus órganos funcionan normalmente, y obesidad clínica, cuando el exceso de grasa daña los órganos y tejidos del cuerpo.
Este cambio podría mejorar la atención clínica, las políticas de salud pública y las actitudes sociales hacia la obesidad, dice Elisabeth van Rossum, endocrinóloga del Centro Médico de la Universidad Erasmo de Rotterdam en los Países Bajos.
Problema global
Más de mil millones de personas en todo el mundo viven con obesidad, y la condición está relacionada con alrededor de 5 millones de muertes cada año por trastornos como diabetes y enfermedades cardiovasculares .
Debido a que es fácil de medir y comparar, el IMC se ha utilizado durante mucho tiempo como herramienta para diagnosticar la obesidad. Pero no ofrece un panorama completo de la salud de una persona, porque no tiene en cuenta las diferencias en la composición corporal, como la masa muscular frente a la grasa.
Los métodos convencionales conducen a tratamientos innecesarios para algunas personas y a que no se detecten otras que necesitan ayuda, afirma. Para abordar este problema, Rubino y sus colegas proponen un sistema de diagnóstico de la obesidad que va más allá del IMC y lo combina con otros métodos, como la medición de la circunferencia de la cintura, que es un indicador de la adiposidad, o escáneres corporales con rayos X de baja intensidad, que pueden medir directamente la masa grasa.

La densitometría corporal DEXA, que utiliza rayos X de baja dosis, puede medir la grasa corporal, pero puede resultar poco práctica o costosa para los diagnósticos rutinarios de obesidad. Fuente: John Carl D'Annibale/Albany Times Union vía Getty
Aunque no existe un umbral fijo para la obesidad, se considera que la grasa corporal es excesiva cuando supera el 25 % en los hombres y el 30-38 % en las mujeres. Dado que medir la adiposidad directamente puede resultar poco práctico o costoso, los marcadores de salud alternativos, como el perímetro de la cintura, la relación cintura-cadera o la relación cintura-altura, son importantes, afirman los investigadores. Sin embargo, añaden, es seguro asumir que una persona con un IMC superior a 40 tiene un alto nivel de grasa corporal.
El diagnóstico de la obesidad también debe tener en cuenta los resultados de las pruebas de laboratorio estándar, el historial médico y la información sobre las actividades diarias para evaluar cómo el exceso de grasa corporal puede afectar la salud de una persona.
Las evaluaciones personalizadas que tienen en cuenta la edad, el género y la etnia son igualmente importantes, porque ciertos grupos podrían enfrentar riesgos de salud con umbrales de IMC más bajos que otros, dice la coautora del estudio Louise Baur, pediatra de la Universidad de Sydney, Australia.
Dos categorías
Aunque las personas con obesidad preclínica tienen tejidos que funcionan normalmente, tienen un riesgo mayor de desarrollar problemas de salud que las personas sin obesidad. Pueden beneficiarse del asesoramiento y de medidas preventivas, como cambios en el estilo de vida, para reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud más graves, afirma el grupo.
La obesidad clínica se produce cuando el exceso de grasa daña los órganos o limita gravemente las actividades diarias, como caminar o vestirse. Las personas con obesidad clínica pueden requerir tratamientos destinados a mejorar la salud y prevenir complicaciones.
Rubino señala que este enfoque es especialmente importante con el creciente uso de medicamentos para bajar de peso, porque ayuda a proporcionar diagnósticos más precisos y a hacer que el tratamiento sea efectivo y rentable.
El desafío del estigma
El enfoque, que ha sido apoyado por docenas de grupos científicos y de defensa de los pacientes en todo el mundo, refleja una evidencia cada vez mayor de los efectos de la obesidad sobre la salud. Otro marco, publicado el año pasado 3 , también reconoció que el diagnóstico de la obesidad debería ir más allá del IMC para incluir una evaluación de sus impactos sobre la salud.
Sin embargo, muchos profesionales de la salud siguen considerando la obesidad como una cuestión de fuerza de voluntad en lugar de una enfermedad provocada por el exceso de grasa, independientemente de sus causas subyacentes, que pueden incluir cambios hormonales y factores genéticos. En los Países Bajos, por ejemplo, un estudio del que fue coautora descubrió que la mayoría de las personas con obesidad habían experimentado estigma en un entorno de atención médica 4 . Este estigma a menudo impide que las personas busquen atención, lo que resalta la necesidad de una mejor educación y comunicación sobre la condición.
Aunque el último enfoque pretende ofrecer una imagen más precisa de la obesidad, no está claro si conducirá a más o menos diagnósticos, o cómo afectará al tratamiento de la enfermedad en la clínica.
Relacionado: Por qué el IMC es erróneo y cómo redefinir la obesidad
Referencias
1. Rubino, F. et al. Lancet Diabetes Endocrinol. https://doi.org/10.1016/S2213-8587(24)00316-4 (2025). Artículo
2. GBD 2019 Risk Factors Collaborators Lancet 396, 1223–1249 (2020). Artículo
3. Busetto, L. et al. Nature Med. 30, 2395–2399 (2024). Artículo
4. Crompvoets, P. I., Nieboer, A. P., van Rossum, E. F. C. & Cramm, J. M. Health Expect. 27, e13954 (2024). Artículo
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