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Casa Orsola, Barcelona |
31 enero 2025.- La Casa Orsola se ha convertido en un símbolo de la lucha por el derecho a la vivienda y contra los alquileres de temporada. Esta comunidad de vecinas del barrio de l’Esquerra de l’Eixample se enfrenta a su primer desahucio, programado para el 31 de enero, tras más de tres años de resistencia.
El vecindario de este edificio decidió no marcharse de sus casas para evitar que Lioness Inversiones SLU, el fondo buitre que compró la finca, convirtiera sus viviendas en alquileres de temporada a precios de lujo. Su lucha no es solo por sus hogares, sino por todo el barrio y por la ciudad de Barcelona, amenazados por la especulación inmobiliaria y los alquileres desorbitados.
La comitiva judicial ha decidido suspender temporalmente el desahucio de Josep, profesor de matemáticas que de pagar un alquiler de 700 euros al mes, ahora la propiedad le exige 2.100 euros. La ola de solidaridad mostrada hoy ha logrado su objetivo: Josep se queda en su casa.
Sin embargo, la comitiva ha respondido con un movimiento sin precedentes de juego sucio judicial. Para burlar la solidaridad mostrada hoy por miles de personas, pretenden volver a intentar desalojar a Josep durante la madrugada del lunes al martes. Concretamente, el texto que ha recibido Josep convoca la ejecución para las 05:30 de la madrugada. Lo que no se han atrevido a hacer a plena luz del día y ante las cámaras, quieren hacerlo de madrugada y en la oscuridad.
El Sindicato de Inquilinas no acepta que este "juego sucio" judicial eche a Josep de su vivienda y convocan a todo el mundo el lunes 3 de febrero a las 21:00 horas frente a Casa Orsola. En las próximas horas, darán más detalles de la convocatoria. De día y de noche, Casa Orsola será indesahuciable, aseguran.
Esta mañana han quedado en evidencia dos cosas: que las instituciones están dispuestas a llegar hasta donde sea para apoyar a los especuladores y que Barcelona no seguirá permitiendo que se vacíe la ciudad para enriquecer a una pequeña minoría rentista.
Para frenar el desahucio de hoy, ha sido decisivo el acompañamiento de un centenar de personas durante toda la noche en el interior y los alrededores de Casa Orsola, garantizando la protección de la finca ante cualquier dispositivo policial. A partir de las 08:00 de la mañana, más de un millar de personas han llegado a Casa Orsola para impedir el desalojo. Ante esta ola de solidaridad vecinal, la comitiva judicial se ha visto obligada a suspender temporalmente la ejecución.
Josep no solo ha contado con el apoyo del Sindicato de Inquilinas y de miles de vecinos. Un grupo de inquilinos de los bloques de Vivienda de Protección Oficial de La Caixa, llegados desde Sentmenat, han salido al balcón de Casa Orsola para anunciar a los concentrados que han iniciado la primera huelga de alquileres de Catalunya del siglo XXI desde sus edificios.
El intento de desahucio y la movilización se han podido seguir a través de una retransmisión en directo simultánea en YouTube, Instagram y X, un despliegue inédito del Movimiento por la Vivienda en Catalunya. La retransmisión se ha realizado desde un plató en el interior de la finca, con conexiones desde la azotea de un edificio cercano y desde la calle, y ha sido conducida por Joao França, Laura Grau y Adrià Crespo.
Desde ayer por la tarde, miles de personas se han conectado a las redes sociales para seguir los discursos y las actuaciones. La solidaridad recibida por parte de personalidades del mundo de la comunicación y la cultura ha sido excepcional. Ayer por la noche, el Sindicato organizó la Maratón por Casa Orsola, una serie de actos en la intersección de las calles Consell de Cent y Calàbria, con una cacerolada, tertulias, una cena popular, discursos políticos y actuaciones musicales a cargo de Tarta Relena, Svetlana, Joan Colomo y La Ludwig Band. Participaron referentes de la comunicación como Mònica Terribas, Jordi Évole, Alba Riera o Llúcia Ramis, y asistieron unas 2.000 personas.
El desahucio de Josep es solo el primero de todos los que se esperan en la finca. La propiedad es Lioness Inversiones, un fondo buitre propiedad de Albert Ollé Bartolomé, que pretende expulsar a todos los inquilinos para hacer contratos de temporada multiplicando su precio. En los últimos tres años de resistencia, Casa Orsola se ha convertido en el corazón de la lucha por el derecho a la vivienda en Barcelona gracias a la capacidad de resistencia de sus vecinos. Casa Orsola es también un símbolo de las nefastas políticas a favor del rentismo, que aún permiten el abuso a través de los contratos temporales de alquiler, también llamados contratos basura.
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